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Cargando...Guillermo Quintana Pacheco no recuerda cuando le comenzó el gusto por los trenes. Solo sabe, a ciencia cierta, que es de las cosas que más ama en la vida. De las que se enorgullece, aún cuando pase 17 horas seguidas o más trabajando y casi ni duerma.
Él es conductor del tren Habana- Guantánamo, el cual tiene base en Camagüey, provincia donde radica la Agencia de Rutas Nacionales de Trenes (Run), entidad territorial que abarca las provincias desde Ciego de Ávila a Las Tunas.
Dicho centro, creado hace poco más de un año al igual que otros cinco a lo largo del país, se encarga de garantizar la transportación de pasajeros por vía férrea mediantes los trenes 13 y 14 con destino Habana – Guantánamo, Guantánamo – Habana.
“Cuando llegaron a Cuba los nuevos coches chinos, cuenta Yoel Marsillí Ruiz, jefe de la agencia agramontina, era necesario cambiar un poco el sistema. Hasta ese momento se operaba a través de la coordinación de las direcciones de la Unión de Ferrocarriles y otras empresas asociadas. Ahora solo un organismo asume la transportación, lo que permite mejorías en todos los sentidos”.
Cambios necesarios
Antes de que crearan las agencias y llegaran los equipos nuevos, Guillermo formaba parte de la tripulación del conocido tren guantanamero. Eso, dice, le da la certeza de comprobar cuanto se ha cambiado en un año. “A la verdad que muchos de nuestros trenes estaban en malas condiciones, explica, y eso influía en el trabajo y en la aceptación de la población.
“Pero ahora hemos dado un giro total; tenemos mejor confort, tanto la población como el personal a bordo. Es otro nivel y aunque este es el tramo más largo y deba trabajar cerca de cuatros días, casi ni lo siento porque todos tenemos mejores condiciones”.
Según comentó Marsillí Ruiz, la principal meta de los 25 trabajadores de la agencia es ofrecer un servicio con calidad a tono con el ambiente mejorado de las locomotoras. Para ello, se gestó un sistema que permite representar y beneficiar a los trabajadores.
“Ellos tienen muy buen salario, pueden llegar a cobrar tres mil pesos, pero eso no es lo más importante. Cuando llegan a la provincia velamos por su traslado a casa, les ofertamos módulos alimenticios y estamos atentos a todas sus necesidades desde que salen. Así se genera mayor compromiso”, apuntó el directivo.
Algo que ratifica Guillermo. Para él es un orgullo poder tripular esos trenes y sin embargo, asegura, “el servicio debe ser único. Somos una familia, pero que no dejamos pasar nada mal hecho porque aunque los equipos estén nuevos, somos nosotros los que garantizamos la seguridad abordo”.
En un año, comenta Marsillí Ruiz, “hemos crecido, nos hemos organizado mejor, pero el objetivo es seguir esforzándonos para que el pasajero se sienta satisfecho del servicio que prestamos”.
