Al cierre de la primera marea de captura y en el ámbito de la segunda, casi a finales del mes de julio, los resultados de la planta procesadora de langostas de la Empresa Pesquera Industrial (EPI) Pescaisla, del Municipio Especial cubano auguran mayores aportes a la economía nacional, en tiempos de restricciones financieras.
En comparación con temporadas anteriores, el colectivo de la unidad empresarial de base (UEB) Induisla, para iniciar el pasado día primero el procesamiento del crustáceo —cotizado rublo exportable en los mercados euroasiáticos—, y cumplir el plan anual de 625 toneladas (t), enfrentó retos superiores, entre estos, las dificultades en la ejecución de los mantenimientos, el montaje de nuevos equipos y la transportación del producto terminado.
“Sin embargo, 20 días después del comienzo se produjeron 104,1 toneladas, lo que representa el 70,3 % de lo planificado para el mes (148) y la segunda marea debe comportarse igual; por tanto, prevemos concluir con 200 t, lo que equivale a un 35 % por encima de las proyecciones”, explicó Ramón Contino Méndez, director de la UEB Induisla.
Estas cifras son, en gran parte, resultado de las buenas prácticas de manipulación y procesamiento empleadas por los trabajadores, quienes aprovechan al máximo las bondades de la denominada reina del Caribe y aportarán, solo en este mes, lo equivalente a 20 mil dólares (USD) por concepto de eficiencia industrial.
“Como norma, para obtener una tonelada del surtido langosta entera cruda se necesita una tonelada con 20 kilogramos (kg), y aquí lo logramos con una y 11 kg. Aportamos nueve kilos por cada tonelada. Hasta ahora hemos alcanzado casi mil kilogramos y así ocurre en otras producciones, como la cola de langosta”, comentó Contino Méndez.
Esos éxitos en la cadena productiva se reflejan en el salario. Pescaisla cuenta con un sistema de pago a destajo colectivo. Existen tasas de pago asociadas a los diferentes surtidos en Induisla y los trabajadores reciben su compensación monetaria, tanto en CUC como moneda nacional, de acuerdo con el coeficiente de participación laboral y la responsabilidad de cada uno.
Nada detiene la campaña
Roberto Viamontes Almenares, director de Tecnología, Operaciones y Calidad de la EPI, comentó que los trabajadores superaron los problemas causados por la crisis económica asociada a la COVID-19 y durante la etapa de veda de la langosta, habitualmente escogida para la preparación de la industria, profesionales de servicios técnicos, rehabilitaron el equipamiento y se concluyeron algunas obras.
“Entre estas destacan un nuevo almacén de insumos que permitirá una gestión de recursos más expedita y el remozamiento del centro de acopio en Punta del Este, dotado ahora de mejores condiciones para la vida laboral”, ejemplificó Viamontes.
Ramón Contino Méndez, director de Induisla, aclaró que aún queda pendiente el montaje de un condensador evaporativo, para mejorar la eficiencia en el área de refrigeración por parte de operarios de la Empresa de Refrigeración y Calderas del Ministerio de la Industria Alimentaria, quienes, tras culminar su labor en Batabanó, viajarán al territorio.
“Para poder procesar los grandes volúmenes entregados por los langosteros en esta etapa de buena manifestación de la especie, se instaló un compresor de refrigeración, pero falta una pieza para activar otro. Aunque todavía la capacidad de congelación está limitada —las langostas que podrían estar listas en alrededor de 10 horas, tardan hasta 16—, la industria marcha favorablemente, con una producción diaria promedio de 14 toneladas”, argumentó Contino Méndez.
Durante los primeros días de campaña, no contar con el barco Siboney, embarcación encargada de transportar 15 toneladas de producto terminado hacia La Habana para su posterior exportación por la Empresa Comercial Caribex, volvió casi insostenible el almacenamiento en las cámaras de frío, en su momento abarrotadas.
“Directivos del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria han coordinado con autoridades del ministerio y el país para darle un impulso a la reparación de la nave en el astillero del Mariel. No obstante, el apoyo de la dirección del municipio, del puerto y de la unidad transportadora de productos refrigerados Atlas ha resultado crucial para solucionar esta situación”, explicó el director de la UEB.
Hace unos pocos días solo habían sido enviadas a la capital cerca de 35 toneladas de producto terminado y en la actualidad quedan 23 t en las cámaras de frío de las más de 100 procesadas. El enlace entre estas entidades para el traslado de la importante mercancía debe continuar hasta el regreso del barco Siboney, previsto para finales del mes de julio, según declaró Ramón Contino.
Además de los 12 surtidos de langosta —dentro de los que sobresalen la langosta entera cruda y precocinada, cola cruda y pelada, masa cruda y precocinada, cabeza de langosta cruda, masa, pata y rejo—, la industria pesquera en Isla de la Juventud cuenta con otros rublos exportables, como la tenca HG, el pepino de mar y los pescados con más de cinco libras. Asimismo la empresa tiene compromisos con el mercado interno para la captación de divisa y con la venta a la población local.