Cuando anunciaron que el territorio de Nuevitas, al norte de Camagüey, sería la sede provincial por las celebraciones del aniversario 67 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, nadie se imaginó que cierta pandemia lo intentaría empañar.
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Pero la idea fue clara: el 26 se celebra con la solución de planteamientos históricos y con la mejora de la calidad de vida de los más de 62 mil habitantes que tiene el territorio.
“Desde que aparecieron los primeros casos positivos a la Covid-19 sabíamos que sería una batalla dura, sin embargo hicimos apuestas para renovar a Nuevitas, para mantenerla como ciudad industrial y bella”, asegura Marilín Bruzón Eduards, vicepresidenta del Consejo de Defensa Municipal.
Quizás por eso la primera de las tareas fue recuperar algo de un fondo habitacional marcado con un 70% entre regular y mal. “Esta ciudad pegada al mar, explica la también Presidenta del Gobierno, tiene muy deteriorada las viviendas y su centro histórico. Es un reclamo de siempre de los nueviteros y es hacia allí donde se centran los esfuerzos”.
El plan se orienta, según determina la dirigente, en recuperar más hogares para no tener que hacer una gran inversión, pero por razones objetivas la recuperación va lenta. La demora y mala calidad de algunos materiales de construcción y la falta de elementos necesarios para dar la terminación de las casas son cuestiones que demoran; pero, como alega Bruzón Eduards, “el 26 de julio es algo que se celebra todo el año”.
Otra de las alegrías que trae este 26 es la mejora de la calidad del agua. Ya la Planta Potabilizadora recibió mantenimientos que le permiten tratar unos 300 litros por segundo. Y, como apuntó Rosaida Cabrera Romero, directora de la UEB, “en estos momentos se le da mantenimiento a los filtros, se limpian y se levantan las placas. Todo esto redunda en un agua con mejores condiciones para el pueblo”.
No obstante, para que la llegada del líquido a la población aumente es necesario invertir en la reparación de las redes hidráulicas, un plan que aún no tiene fecha de inicio.
Las calles nueviteras también trastocan su imagen, ya que tras años de reclamos se logra pavimentar la mayoría de los viales. Las instituciones culturas, como la Casa de Cultura, el Cine y el Museo también reciben reparaciones. Mientras que el malecón y centros gastronómicos mejoran su imagen.
Pero como el sentir de la población es lo que guía las acciones, la producción de alimentos también es prioridad. Los polos productivos Las Flores y Camalote son los principales exponentes que destacan en la siembra de plátano, pero, para ampliar la variedad, la yuca y el boniato son otras producciones que ya se siembran.
El cordón industrial, marcado por una obsolescencia tecnológica, es otra de las tareas que tiene el territorio. Como explicó Bruzón Eduards para ello es necesario “realizar grandes inversiones que ya están pactadas a nivel de país. Actualmente se hacen pequeñas obras en la termoeléctrica para ir dando mayor volumen.
“En el puerto se amplía la capacidad de los almacenes y se incrementan servicios como el del incinerador, que nos aumenta la calificación. Además se labora en la recuperación de los muelles para mejorar el sistema de atraque. También se mejora la fábrica de cemento con una fuerte inversión, lo que daría grandes producciones al territorio.
“Y es que la cultura del nuevitero es industrial y eso seguirá siendo nuestra razón de ser, aun cuando logremos resultados en el turismo o en otros sectores”.
Aunque este 26 no haya fiestas o grandes actos y la celebración sea hacia al interior de los hogares e instituciones, en aras de continuar protegiéndose de la Covid-19, Nuevitas trabaja para celebrar un día de victorias y de empeños.
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