Desde los estimados 2 millones 250 mil años del surgimiento de la civilización humana sobre la faz de la tierra, el primitivo e ingenuo homo sappiens con rudimentarios instrumentos de madera o pedernal se dispuso a transformar la naturaleza en su beneficio, como sus principales objetivos. Siglos después, las generaciones que le sucedieron dotadas de modernas tecnologías, bases científicas y modernos equipos, obtuvieron asombrosos logros en ese campo.
Entre los mayores obstáculos para avanzar en la consecución de este empeño se encuentran los desiertos que ocupan el 25% de la superficie terrestre. Extensos y desolados arenales carentes de agua potable y con elevadas temperaturas, el cambio climático y sus nocivos efectos en el medio ambiente por la acción depredadora del hombre y la falta de voluntad de las grandes potencias mundiales de aunar esfuerzos en detener este fenómeno.
Sin tomar en cuenta el desierto Antártico ( 9 0 65253 kilómetros 253 kilómetros cuadrados) que a causa del cambio climático ha perdido enormes glaciares, los desiertos más áridos y agresivos del planeta corresponden al Sahara ( 9 065 253 kilómetros cuadrados)
Desierto del SÁHARA (9.065.253 km²)
Desierto de ARABIA (2.300.000 km²)
Desierto de AUSTRALIA (1.371.000 km²)
Desierto de GOBI (1.300.000 km²)
Desierto de KALAHARI (930.000 km²)
Logran cultivar arroz en el desierto de Dubai con agua de mar
Para lograr revertir esta situación un equipo de científicos chinos ha logrado cosechar con éxito arroz en los desiertos de Dubai tras desarrollar una cepa que permite que el cultivo crezca en agua salada. El grupo ha estado liderado por el que es considerado el «padre del arroz híbrido» de China, Yuan Longping, que si bien había comenzado a cultivar en agua de mar diluida como experimento casero, ahora ha llevado la técnica a Oriente Medio, donde el agua dulce es demasiado valiosa como para usarla en la agricultura y, por la eminente científica emiratí, la Directora del Centro Internacional de Agricultura Biosalina, de Emiratos Árabe Unidos la doctora Ismahane Elouafi
La directora del Centro Internacional de Agricultura Biosalina (CIAB), de Emiratos Árabes Unidos, doctora Ismahane Elouafi, se opone a la idea de que los desiertos son estériles y apuesta por convertirlos en terreno cultivable.
Según Elouafi, que tiene un doctorado. en Genética por la Universidad de Córdoba, España y a la que la revista CEO-Middle East incluyó entre las 100 mujeres árabes más poderosas del mundo propone encontrar plantas y árboles resistentes a la salinidad eirrigarlos con agua de mar . De igual manera, pretende variar el esquema alimenticio por el que casi un 60 % de la humanidad depende del trigo, el maíz, el arroz y la papa. Según la doctora, hay solo 150 cultivos en el mercado de los 7 mil que los ancestros solían cosechar.
Este cuarteto alimenticio que sustenta a la mayoría del planeta, recibió diseños genéticos durante la revolución industrial europea, y, su crecimiento y desarrollo no encajan fuera del hemisferio norte. De ahí que el CIAB apunte a una cobertura alimentaria con plantas como el mijo, una de las primeras semillas cultivadas en la Media Luna Fértil, un área de Medio Oriente donde comenzaron a utilizar la agricultura las primeras civilizaciones.
Elouafi busca especies vegetales capaces de crecer en las condiciones climáticas de Emiratos Árabes Unidos con experimentos de semillas de cultivos antiguos. Los científicos del CIAB esperan abordar la inseguridad alimentaria de Medio Oriente mediante la modificación genética para que reciban los nutrientes de agua sacada del mar. La escasez de agua dulce influyó en que EAU y gran parte de la región dependa de la importación para alimentar a sus poblaciones.
Los hombres y mujeres de ciencias que han obtenido estos notables logros confirman ( que se aúnan esfuerzos comunes) pueden domeñar la naturaleza en beneficio de toda la humanidad.