Mar en calma, olas embravecidas, pescadores sobre sus botes, leyendas de piratas y naufragios. Es Cojímar refugio y baluarte de todo lo anterior. Las aguas que acarician las orillas de esta pintoresca localidad habanera reflejan no solo la luna y el sol, sino también el sentir de sus habitantes. Orgullosos de ser testigos y custodios de un amplio horizonte de identidad.
Tiene mucho que contar este paraje, capaz de convocar a los enamorados, a los artistas que buscan la inspiración. Durante años ha sido punto obligado de infinitos recuerdos, que además de ennoblecer a sus pobladores, ilumina mucho más, su paisaje forma parte de una de las más bellas postales de Cuba.