Sin apenas concluir la recuperación de los más de dos mil derrumbes totales ocasionados por el huracán Matthew hace cuatro años, Maisí fue escenario el pasado 17 de mayo de una tormenta local severa que anotó al saldo de rehabilitación unas 11 viviendas y 10 demoliciones.
En ese arduo devenir han vivido los días de la Covid-19 los habitantes del municipio más oriental de Cuba, quienes con el trabajo conjunto de factores del gobierno, organizaciones políticas y de masas, e incluso la población han logrado recuperarse.
Así lo destacó a la prensa Eddy Legrá Lores, Intendente del municipio al valorar que si bien las tareas constructivas fueron protagonizadas por la Empresa Provincial de la Construcción en Guantánamo (Epcons), ha sido decisiva la colaboración de otros sectores para cumplir cada cual su rol en el efectivo restablecimiento.
Resaltó que mientras los campesinos y agricultores atienden los daños a cultivos de ñame, plátano y malanga para el consumo de la población, tampoco se ha desatendido al café, principal renglón exportable del territorio.
Asimismo, Legrá Lores argumentó que la reconstrucción de viviendas se dispone con celeridad, en tanto los trabajadores de la Empresa Eléctrica lograron restablecer el servicio en los hogares, inmediatamente luego del paso del fenómeno natural, que tomó por sorpresa el dominical confinamiento hogareño de un centenar de convivientes del consejo popular Vertientes, donde -por suerte- no hubo que lamentar vidas humanas.
Bajo la sombra de Matthew
Al concluir el pasado año se habían recuperado seis mil 439 viviendas, de las más de ocho mil que se estimaron en el 94 por ciento devastadas por el poderoso huracán, categoría cuatro en la escala Saffir Simpson.
Luego de cinco horas ininterrumpidas azotado por Matthew, con vientos de hasta 250 kilómetros por hora, el extremo este de Cuba logró en tres años el 75 por ciento de la recuperación de sus casas, daños a la infraestructura eléctrica, de las telecomunicaciones, viales y acueductos, así como a los principales cultivos de la localidad.
La incomunicación vía terrestre con otros municipios debido a la pérdida de puentes y carreteras, árboles caídos y piedras arrastradas por el mar también ha mantenido ocupado al pueblo maisiense, en tanto experimenta en los últimos años los cambios y anomalías climáticas que afectan sobre todo a la región oriental del país, y sobre los cuales alerta y socorre la Tarea Vida.
Prolongados ciclos de sequía y cortos periodos de lluvias extienden sus nocivos efectos a redes hidrológicas (superficiales y subterráneas), además deteriora los cultivos y los suelos e influye en la productividad.
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