El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, destacó este jueves que las enseñanzas que nos está dejando la ofensiva contra la COVID-19 en la vinculación entre el Gobierno y la ciencia hay que sistematizarlas, para que se conviertan en un estilo de trabajo al abordar todos los temas fundamentales del país.
En un nuevo intercambio con los científicos y expertos que participan en el enfrentamiento a la epidemia —el duodécimo que encabezan el Presidente y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz — el mandatario comentó sobre la realización, en los próximos días, de un primer encuentro con todo el sistema de ciencia e innovación relacionado con la producción de alimentos, una de las urgencias de la nación.
Díaz-Canel subrayó que hay que llevar el mismo modelo que se ha planteado con la ciencia para el enfrentamiento a la COVID-19, hacia la producción de alimentos en el territorio nacional. Para ello, indicó, tenemos que identificar centros de investigación, líderes científicos, académicos, expertos, innovadores y campesinos que aplican resultados científicos, dijo, con más celeridad que algunas instituciones estatales.
“Eso nos permite conformar este mismo sistema para otra prioridad grande que tenemos, incluso dentro del enfrentamiento a la pandemia, que es producir alimentos, depender menos de las importaciones e ir buscando la soberanía alimentaria”, recalcó.
A través de ese método de trabajo, que tiene su reunión cada jueves en el Palacio de la Revolución, los investigadores presentan a la máxima dirección del país los resultados de su quehacer, que en esta jornada estuvieron dirigidos al estudio de casos asintomáticos del SARS-COV-2; a la actualización de los modelos de pronósticos; y al programa de publicaciones científicas sobre la COVID-19 en revistas de alto impacto.
El doctor en ciencias Pedro Más Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, explicó que en el país el mayor número de personas sin síntomas al momento del diagnóstico está en los menores de 20 años, con 60,1%. En tanto, llama la atención que en el grupo de 80 años — la población más vulnerable— el 51,7% de los contagiados no presentaron síntomas al prescribírseles la COVID-19.
Por territorios, afirmó el destacado epidemiólogo, las cifras más altas de asintomáticos están en Mayabeque, con 85,4%; Isla de la Juventud, con 81,0%; Ciego de Ávila, con 62,5%; y Villa Clara, con 61,5%. En el país esa estadística se ubica en 53,9%. Ello, agregó, es un problema importante en el control de la pandemia.
El investigador comentó que “la tendencia, a medida que ha transcurrido la epidemia, es a la disminución de los casos sintomáticos y al aumento de los asintomáticos”. La letalidad en el caso de los primeros es de 6,71% y en el de los segundos, de 1,15%, precisó.
El incremento en los asintomáticos, consideró, “puede deberse a que el virus se está haciendo menos agresivo, pero también es muy probable que se deba a que han cambiado los protocolos para hacer las pruebas PCR. Antes se hacían casi exclusivamente a los sintomáticos, mientras que ahora se hacen a todos los contactos, tengan síntomas o no”.
Estudios recientes, argumentó Más Bermejo, muestran que la transmisibilidad del SARS-COV-2 es similar entre ambos tipos de pacientes. Más del 95% de los asintomáticos se mantienen así durante todo el periodo de infección y, en general, la eliminan de forma natural.
En el debate sobre este tema, el presidente del grupo empresarial BIOCUBAFARMA, Eduardo Martínez Díaz, apuntó que ese es un asunto multifactorial, en el caso de Cuba ha influido la aplicación masiva de medicamentos a las personas susceptibles, para fortalecer su sistema inmunológico. Lo que debemos esperar, refirió, es que cuando se infecten pasen la enfermedad como asintomáticos o de manera leve, porque lo que hicimos fue prepararlos para que combatieran el virus.
Entre esos medicamentos, frutos de la biotecnología cubana, se encuentran la Biomodulina T, usada sobre todo en hogares de ancianos; el Interferón Nasal, fundamentalmente para el personal de Salud; y la vacuna VA-MENGOC-BC, en personas vulnerables de La Habana. A ellos se suman el medicamento homeopático Prevengho-Vir, que llegó a las familias cubanas través de la atención primaria de Salud.
Al respecto, el viceprimer ministro, Roberto Morales Ojeda, ratificó “la importancia de cumplir todas las medidas que se han aprobado por la dirección de nuestro Gobierno para la etapa pos-COVID-19, relacionadas con los estudios poblacionales, incluyendo los que van a continuar en aquellas provincias que, aun cuando iniciaron la fase uno de la recuperación, tienen grupos poblacionales y zonas de riesgo donde se seguirán haciendo las pesquisas de laboratorio”.
Recordó que este jueves en La Habana se informaron 15 nuevos casos, de los cuales 14 eran asintomáticos. “Eso habla de que tenemos que seguir ampliando las capacidades de laboratorio y estudiando aquellas zonas que tienen un silencio epidemiológico, pero que por su riesgo tendremos que insistir en identificar que realmente no exista allí ningún caso o podamos encontrar aquel que nos evite una transmisión”.
Como sucede habitualmente en estos encuentros con la dirección del país, el doctor en ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, actualizó acerca de los modelos de pronósticos sobre la enfermedad, los cuales “continúan mostrando que la epidemia está bajo control”.
Se había previsto, dijo, aproximadamente un periodo de 120 días para la duración de la epidemia y en general hemos visto que la mayoría de la provincias ha cumplido en 90 y este 18 de junio comenzaron en la fase uno de la recuperación. En el caso de La Habana y Matanzas mantienen una situación epidemiológica y siguen apareciendo casos.
Guinovart Díaz consideró que “ha habido un buen manejo de la enfermedad, pero esto no puede generar confianza en nosotros”. Hoy tenemos 188 casos activos y lo más probable es que en 20 días todavía tengamos personas hospitalizadas con la COVID-19, comentó.
Al hacer una comparación entre los confirmados y recuperados, señaló que desde finales de abril y hasta concluir mayo, aunque hubo algunos eventos específicos, esa relación fue favorable y disminuyeron los casos activos. Pero infelizmente ocurrieron los sucesos de Laboratorios AICA y la tienda La Época, que descontrolaron esa correspondencia. “Ahora hemos vuelto a la situación favorable, pero hay que observar que en estos días ha oscilado bastante el número de confirmados”.
El investigador consideró que el país tiene reservas y se pude lograr que no surjan nuevos casos, sobre todo si se trabaja en los centros laborales para que se cumplan de manera rigurosa las medidas epidemiológicas que se han determinado desde el inicio del enfrentamiento.
En esta reunión también se analizó la necesidad de seguir publicando en revistas de alto impacto los resultados científicos obtenidos por Cuba en el tratamiento a la COVID-19. Según puntualizó la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, hasta el momento se han logrado colocar 141 artículos en revistas científicas nacionales y 11 en internacionales.
Para aumentar esos números y lograr mayor alcance, se ha diseñado un programa de publicaciones científicas sobre la COVID-19 que responden a resultados de investigaciones, intervenciones y ensayos clínicos, lo cual posibilitará dar más visibilidad al trabajo que se ha desplegado y romper el cerco mediático sobre la Mayor de las Antillas.
La agenda en el Palacio de la Revolución concluyó con el chequeo del grupo temporal para la prevención y el control del nuevo coronavirus, que encabezaron este jueves el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el vicepresidente, Salvador Valdés Mesa, y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
Mediante videoconferencia, volvieron a rendir cuenta sobre su situación epidemiológica las provincias de La Habana y Matanzas, además de Holguín, que hoy pasó a la primera fase de la recuperación y sus autoridades aseguraron que el día transcurrió con total tranquilidad, a partir de la apertura de los servicios y las actividades productivas, mediado todo por los requerimientos higiénicos que se mantienen, para seguir preservando la vida, también, en la nueva normalidad.