La constante renovación que acuña la gestión del hotel Sol Palmeras, en Varadero, vuelve a hacerse tangible por estos días, cuando la instalación aprovecha el stop impuesto por la pandemia del nuevo coronavirus Sars-Cov-2 para arreglar pendientes y alistar nuevas inversiones en el hotel mixto más viejo de Cuba.
Antonio Herranz Ortiz, subdirector general, asegura que le están sacando ventajas al cierre de las operaciones turísticas para reabrir en plenitud de forma, porque todo cuanto se hace beneficia la imagen del hotel que el 10 de mayo llegó a los 30 años de inaugurado.
“Un equipo integrado por mitad directivos y mitad empleados estamos sustituyendo redes hidráulicas en varias áreas como la de los bungalós, tan antiguas como la instalación. Es un trabajo fuerte, pero grato”, afirmó Herranz Ortiz.
Explica que es tal la importancia de la faena, que favorecerá disminuir entre 120 y 130 metros cúbicos el consumo diario de agua, ahorro que al término del 2020 debe traducirse en 70 mil dólares de utilidad.
El mantenimiento a parte de los 200 bungalós y las 604 habitaciones, el retoque de áreas exteriores, pintura, cambio de elevadores y la reparación de baños públicos figuran en una lista de relevantes transformaciones.
Algunas de esas acciones son parte de un proceso inversionista de mayor peso. Una cifra superior al millón y medio de dólares respaldará, entre otros objetos, el ranchón de comida cubana. Será, explica el subdirector, complemento ideal para dos productos muy demandados como la plaza del helado y el sitio de los jugos naturales, ubicados cerca de la piscina.
Convertido en una marca dentro y fuera del país, la envergadura de los trabajos en curso hacen presumir que este hotel, propiedad de Cubanacán y gestionado por la cadena internacional Meliá, estaría listo para temporada turística 2020/2021.
De cualquier manera, en el momento de su reapertura, lucirá rejuvenecido el primer mixto surgido en Cuba, un Sol Palmeras que sigue marcando el paso entre los 52 hoteles de Varadero, el balneario que se ufana de tenerlo enclavado en su bella geografía.