La soledad y el silencio no han sido cómplices de la Covid-19, en el parque zoológico de Ciego de Ávila.
Un personal imprescindible, sin descuidar el cumplimento de las medidas higiénico-sanitarias, se ocupó de reparar, pintar, alimentar los animales y organizar los preparativos, con vistas a la cercana reapertura de la prestación de servicios.
Mientras se espera por el momento de la bienvenida a los niños, un grupo de especialistas trabajan en un proyecto encaminado al enriquecimiento ambiental de lo que le llaman en el lugar la pradera africana.
Allí habitan el avestruz, la gallina guinea, el antílope y la girafa, esta última dispone de un recinto remodelado y ambientado, pero requiere de árboles altos y frondosos para evitar ser alcanzados por la más alta especie terrestre, así como también propiciar sombra e imagen visual en el entorno.
El equipo multidisciplinario lo integran el Doctor en Ciencias agrícolas Ioan Alberto Rodríguez Santana, Dairo Martel Ortiz y María Luisa Sisne Luis, profesores del centro universitario; y el ingeniero agrónomo Ariel González Moleiro, el médico veterinario Jorge Orlay Serrano Torres y Juan Manuel Libera, especialista del departamento de desarrollo del Zoo avileño y sus trabajadores.
Ariel González argumentó que, junto a la realización de las misiones medioambientales, transformaron la imagen de las cafeterías, el restaurante, la cremería, los recintos de los animales y otros locales que están listos ya para atender a los pequeños de casa y sus familiares.
En tanto, Juan Manuel Libera destacó la realización de videos dirigidos a infantes y adultos, publicados principalmente en las redes sociales de la Internet, con mensajes educativos relacionados con el enfrentamiento a la Covid-19.
«Si todas las personas cuidamos el medioambiente, como una de Ias prioridades cotidianas, el desarrollo será sostenible y la vida más saludable en el planeta», concluyó sus declaraciones a Trabajadores González Moleiro.