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Alertan sobre creciente extinción de animales vertebrados

Los humanos estamos impulsando la sexta extinción masiva de especies animales, sugiere un reciente estudio centrado en la acelerada desaparición de numerosas variedades de vertebrados.

Gorila de la montaña. Quedan unos 600 ejemplares distribuidos en distintas partes de África. La carne y los souvenirs hechos de este animal son vendidos a precios sumamente altos. Foto: Hotbook

El impacto humano ha acabado con cientos de especies de vertebrados terrestres y puesto al límite de la extinción muchas otras a una velocidad sin precedentes, según una investigación científica divulgada por Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

«Miles de poblaciones de especies animales vertebradas en peligro crítico de extinción se han perdido en un siglo, lo que indica que la sexta extinción masiva es causada por humanos y se está acelerando», reza la sinopsis del estudio, liderado por Paul Ehrlich, biólogo de la estadounidense Universidad de Stanford.

De acuerdo con los investigadores, la mayoría de los animales que se enfrentan a la extinción se concentran en regiones tropicales y subtropicales afectadas por la actividad humana.

La investigación identifica a presiones humanas como factores desencadenantes de este crecimiento en el número de extinciones: el aumento de la población mundial, la destrucción de hábitats de muchas de las especies, la crisis climática, la contaminación ambiental y el comercio de animales.

Según el reporte, al menos 543 variedades de vertebrados terrestres se extinguieron durante el Siglo XX, mientras que la reciente investigación estima que casi el mismo número de especies (515, el 1,7 % de los vertebrados analizados), desaparecerán de la faz del planeta solo en las próximas dos décadas.

En su labor investigativa, los expertos examinaron 29 mil 400 especies de vertebrados terrestres, y determinaron cuáles se encuentran  al borde de la extinción debido a que su población es inferior a los mil individuos; y de estos últimos, cabe apuntar, la mitad cuenta con menos de 250 integrantes.

Osos polares. El aumento en las temperaturas del planeta como resultado del calentamiento global es la principal amenaza al hábitat natural de esta especie animal. Foto: Medium

La gran mayoría (el 84 %) de las especies con poblaciones inferiores a los 5 mil ejemplares viven en las mismas zonas que variedades de animales que tienen un número inferior a mil individuos.

Esta circunstancia puede crear las condiciones para una reacción en cadena en la que la extinción de una especie podría desestabilizar el ecosistema —puesto que cada especie desempeña algún tipo de función ecológica—, y ello pondría a otras variedades de animales en un mayor peligro de extinción. De hecho, la pérdida acumulativa de colonias de numerosas especies ha tenido ya un impacto en la supervivencia de otras.

Los científicos afirman que la extinción o merma considerable de estos animales afecta directamente a numerosos ecosistemas —desde los bosques de manglares y arrecifes de coral, hasta las selvas y los desiertos—, por cuanto en condiciones de normalidad, dicha biodiversidad los mantiene en funcionamiento y fuertes.

Pero esta pérdida de vitalidad constituye una grave amenaza para la vida en el planeta, ya que cuando se encuentran degradados, los ecosistemas son menos capaces de preservar climas estables, proporcionar agua potable, polinizar y proteger la biodiversidad —incluyendo a la especie humana— de los desastres naturales y de las enfermedades.

Oso panda, originario del suroeste de China, del cual quedan menos de 2 mil 500 ejemplares en hábitat natural. La especie es un símbolo de la lucha contra la deforestación y la caza ilegal. Foto: Telesur

Finalmente, los autores instan a la comunidad internacional a realizar las acciones de conservación pertinentes, por cuanto los resultados del trabajo científico realizado identifican los factores con mayor influencia en el aumento de las tasas de extinción y destacan las especies y regiones que necesitan una atención más urgente.

«Cuando la humanidad extermina a las poblaciones y especies de otras criaturas, está cortando la rama en la que está sentada, destruyendo partes funcionales de nuestro propio sistema de soporte vital», sentencia el líder del estudio, profesor Paul Ehrlich.

(Con información de varias páginas web)

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