Las ideas de Raúl sobre el papel de los trabajadores y los sindicatos son válidas para todos los tiempos y han demostrado su justeza en situaciones difíciles como las que está atravesando el país.
Reflexionar en torno a las ideas del General de Ejército acerca del papel de los sindicatos y la responsabilidad de los trabajadores es una manera comprometida de homenajearlo en su 89 cumpleaños.
En el XIX Congreso de la CTC señaló que siempre había creído en la necesidad de los sindicatos y su importancia en el socialismo aunque cambiando los métodos y teniendo muy en cuenta la diferencia de ser representante de los intereses de obreros explotados en el capitalismo, a serlo de los dueños colectivos de los medios de producción, de la clase dirigente de la sociedad socialista.
E insistió en que las soluciones solo podían salir del trabajo práctico cotidiano de los dirigentes sindicales, del contacto directo con los trabajadores, sus problemas y aspiraciones.
En aquella oportunidad recordó lo dicho muchas veces que uno de los más difíciles retos del trabajo ideológico es lograr que el trabajador se sienta dueño colectivo de las riquezas de la sociedad y actúe en consecuencia.
Recalcó que era algo logrado casi de forma espontánea en los momentos de definiciones, cuando hay que enfrentar una gran y decisiva tarea o un peligro inminente amenaza a la Revolución, pero es más difícil de alcanzar en el trabajo cotidiano.
Al mencionar los hechos de corrupción y robo y las ilegalidades y las indisciplinas, señaló que en las condiciones del socialismo era muy difícil enfrentar estos peligrosos vicios sin el concurso de los trabajadores, ellos, afirmó, son la fuerza esencial.
Y recordó que si bien erradicar esos males era una tarea de la administración, no se podía exonerar de su gran responsabilidad a los únicos dueños de las riquezas del país, que no son otros que loa trabajadores y el resto del pueblo.
Sin terapias de choque
En la actual coyuntura adquieren especial vigencia las palabras de Raúl en el XX Congreso de la CTC cuando aseguró: “ Aunque lo he expresado en otras ocasiones no es ocioso y mucho menos ante el Congreso obrero, reiterar que en la Cuba revolucionaria nadie quedará desamparado y no habrá espacio para las denominadas terapias de choque contra el pueblo.”
Y en cuanto a los salarios, un tema de preocupación permanente de los trabajadores, señaló entonces: “Tengamos presente el principio esencial de que para distribuir riqueza, primero hay que crearla y para hacerlo tenemos que elevar sostenidamente la eficiencia y la productividad”
Habló del crecimiento de las formas de gestión no estatal de la economía y recalcó que ello no podía conducir a generar estigmas contra los trabajadores por cuenta propia y cooperativistas, “quienes en su mayoría se han afiliado al movimiento sindical, se atienen a lo establecido y cumplen con sus obligaciones tributarias”
No obstante recordó que “el sistema económico que prevalecerá en la Cuba socialista, independiente y soberana, continuará basándose en la propiedad de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción y que la empresa estatal es y será la forma principal en la economía nacional, de cuyos resultados dependerá la construcción de nuestro socialismo próspero y sostenible”.
Organizar, movilizar y formar valores
Consideró que en tales circunstancias crecía el papel del movimiento sindical cubano y las importantes misiones que le corresponden que eran y son por una parte, organizar, integrar y movilizar a los trabajadores en interés de la formación de valores laborales, patrióticos y morales, y por la otra, representarlos y defender sus derechos ante la administración en un clima de exigencia mutua.
Y que para alcanzar esos resultados la labor sindical debía despojarse de formalismos y de la vieja mentalidad surgida a lo largo de años de paternalismo, igualitarismo, gratuidades excesivas y subsidios indebidos.
Vale reiterar lo dicho por él en aquella intervención, que puede calificarse de medular para el sindicalismo cubano:
“La CTC y sus sindicatos deben concentrarse en lo esencial, que es ejercer su actividad en interés de la implementación exitosa de los Lineamientos y desarrollar un trabajo político-ideológico diferenciado y abarcador en defensa de la Unidad de los cubanos, teniendo en cuenta que su labor se complejiza en condiciones de un creciente sector no estatal en la economía, donde no son aplicables los métodos y el estilo tradicionalmente utilizados en el sector estatal, los que por demás, también deberán perfeccionarse”.
La nación vive momentos difíciles sin embargo las orientaciones de Raúl mantienen actualidad. Ha sido el compromiso de los trabajadores de todos los sectores, incluido el no estatal, el que ha permitido que el país resista y esté tensando sus fuerzas para sobreponerse a un mal que ha cobrado millones de vidas y destrozado economías en todo el mundo.
Y en ello ha estado presente la labor movilizadora y de orientación del movimiento sindical cubano que ha participado codo a codo con sus afiliados y el pueblo en general en las múltiples tareas de la actual coyuntura, lo que no significa que su labor tenga que seguir ganando en influencia como lo reclamó Raúl.