Por fin, buen día para Villa Clara. Y ojalá sea para vencer definitivamente la Covid-19 en este territorio, uno de los más impactados por el contagioso virus en el país.
Todos los abuelos que protagonizaron el suceso de transmisión local del Hogar de Ancianos número 3 de Santa Clara, un hecho que conmocionó a Cuba, están de alta médica.
El evento ocurrido en el Poligráfico Enrique Núñez Rodríguez no reporta complicaciones y ha sido controlado desde el mismo momento en que fue detectado.
Para alegría de la familia, del equipo médico que la atendió, para la ciencia cubana y para ella misma, la paciente con la Covid-19 con más larga estadía hospitalaria en Cuba, incluida su atención en los servicios de terapia intensiva, se encuentra próxima a recibir su alta médica. Se le conoce como Yaquelín, la enfermera de Caibarién, que regresó de colaboración en Venezuela, y regresó infestada a nuestro país.
El foco activo de coronavirus en el poblado de Castaño, en el municipio de Ranchuelo, mantiene solo cinco casos positivos; no obstante, la vigilancia es estricta sobre los 213 contactos, pero se aprecia un indicador favorable: 198 de ellos han dado negativo a los test rápidos y PCR.
Por otra parte es loable que no existen pacientes críticos ni graves ingresados, solo se mantienen 16 positivos en el Hospital Militar Manuel Fajardo, una institución que ha demostrado altísimo nivel profesional de su personal y excelencia en la atención.
Con anterioridad fueron cerrados diferentes focos en distintos municipios, entre ellos Cifuentes, Remedios, Santa Clara, así como los eventos producidos en Camajuaní, los que llevaron a tomar la decisión de establecer cuarentena en dos áreas de ese territorio.
Los propios hechos mencionados anteriormente demuestran que cuando se actúa con responsabilidad se evitan las complicaciones. Ese es el caso del poligráfico, que cumplió el protocolo establecido propiciando el control del evento de forma inmediata.
Por el contrario, el episodio relacionado con el poblado de Castaño evidencia que cuando se incumple una sola de las medidas establecidas como, por ejemplo, la vigilancia en fronteras, las consecuencias son adversas, cuando pudieron haberse evitado.
Tanto las autoridades sanitarias de la provincia, y en particular Yudí Rodríguez Hernández, presidenta del Consejo de Defensa Provincial (CDP), insisten en la responsabilidad personal, en la necesidad de mantener la estricta vigilancia y no dejar brechas por donde entre este enemigo invisible que, además, se comporta de manera asintomática en prácticamente el 60 % de los casos.
No obstante, aunque las noticias de este jueves en Villa Clara apuntan hacia la estabilidad en la provincia nada ha terminado, el éxito y el fin del contagio dependen de la disciplina, el aislamiento social, el cumplimiento de las medidas indicadas y de todo el protocolo establecido, el cual ha sido muy bien pensado por el Estado cubano en el que existe coherencia e integralidad.
La pandemia en Cuba ha probado muchas aristas de nuestra sociedad: que la ciencia cubana es salvadora de la nación, que nuestro sistema de salud pública es el mejor del mundo, que nuestras organizaciones políticas y de masas pueden ser participativas.
Esta circunstancia ha develado las oportunidades que ofrece nuestro proyecto social socialista, además de sus fracturas. Ambas cuestiones se vuelven camino para el futuro, pero los cubanos tenemos en esta hora, ante tanto esfuerzo, un aporte definitorio y urgente: quedarnos en casa.