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El agua que no cae del cielo: sequía en Cuba

El primer ciclón del año se formó antes de que la temporada ciclónica comenzara, pues esta tiene lugar entre los meses de junio y noviembre y Arthur -tal es su nombre- tenía la categoría de Tormenta Tropical desde la madrugada del día 17 de mayo.

 

Aunque podría parecer lo contrario, estas son buenas noticias, ya que el país necesita las aguas que estos organismos traen consigo y, en el caso de Arthur, no afecta directamente el territorio nacional, pero si nos envía sus lluvias asociadas.

Esta sería siempre la situación ideal, pues los huracanes que inciden directamente en la Isla significan daños de otros tipos, sobre todo materiales, de manera que se ha estimado que Cuba pierde en promedio 27 mil millones de dólares en cada temporada ciclónica activa, teniendo en cuenta los datos que publica el Instituto de Meteorología en sus resúmenes de las afectaciones meteorológicas a Cuba.

Ahora mismo estamos influenciados por la presencia del evento meteorológico El Niño que presenta una fase normal, pero los modelos indican la proximidad en la temporada ciclónica del evento La Niña, el cual trae más lluvias, pero también los peligrosos huracanes.

En la Mesa Redonda del día 28 de marzo de 2020, Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, explicaba que los acumulados de lluvia en el mes de marzo lo ubicaban como el más seco desde 1961, de ahí la necesidad de tomar medidas.

Esta era solo una parte de las estadísticas correspondientes a un año que, según el Instituto de Meteorología (INSMET), había tenido grandes déficits en los acumulados de las lluvias en el 54 por ciento de toda el área geográfica de Cuba.

Al cierre de los últimos 12 meses, en período recogido entre mayo de 2019 y abril 2020, un 15 por ciento del territorio presentó afectación por sequía catalogada de severa a extrema, el 17 por ciento moderada y el 22 por ciento débil.

Estas afectaciones aumentaron a principios de 2020, pues el sitio del INSMET reporta que al cierre del trimestre febrero – abril, el 96 por ciento de todo el territorio nacional presentó afectación por sequía meteorológica con un incremento de las áreas en la categoría severa-extrema.

La titular del CITMA se refirió también a que, al cierre del trimestre enero-marzo, el 88 por ciento del país presentó afectación por sequía meteorológica, uno de los cuatro tipos de sequía y el que más afecta a Cuba por su gran variabilidad.

Esta sequía meteorológica se refiere a los momentos en que las lluvias son inferiores a los niveles históricos y el impacto del cambio climático puede incidir en ella.

Desde el sur de Camagüey y hacia Occidente son los territorios más afectados, y 31 municipios presentaban problemas de este tipo, a la vez que el territorio nacional acumulaba el 26 porciento de la media histórica por lo que no se proyectaba el fin de la sequía meteorológica.

Otro tipo de sequía, la agrícola, (circunstancia en que las raíces de las plantas no pueden obtener humedad del suelo) también está afectando al país, pues en noviembre de 2019 se evidenciaba en 20 % del área nacional y al cierre del actual abril alrededor del 99 % del país la presenta ya que la escasez de precipitaciones durante esta temporada incrementó las áreas dañadas.

Sobre la sequía agrícola, vital para la producción de alimentos, Pérez Montoya precisó que esta no comienza cuando cesa la lluvia, sino cuando las raíces de las plantas no pueden obtener más humedad del suelo.

La región occidental presenta la situación más compleja, sobre todo en las provincias de La Habana, Mayabeque y el municipio especial Isla de la Juventud.

Ya que la sequía es un fenómeno complejo y multicausal, requiere de seguimiento científico e innovación y para medir su comportamiento, en la Isla existe un sistema de vigilancia hidrometeorológica y un centro para el estudio del clima en el Instituto de Meteorología.

Este centro actualmente publica en sus estudios la recomendación de continuar prestando atención a la evolución del fenómeno, principalmente en las zonas más afectadas y tomar las medidas para reducir sus impactos.

La perspectiva es que, en mayo, con la llegada del período lluvioso, los acumulados se recuperen de forma progresiva, ya que los meses de más lluvia (mayo, junio, septiembre y octubre) traen al país el 74 por ciento de las precipitaciones anuales.

Elba Rosa Pérez Montoya reiteró que en el período lluvioso se estima un comportamiento normal, aunque superior entre los meses de agosto a octubre, si bien las altas temperaturas podrán suponer la amenaza de alta evaporación.

Por ahora, sin embargo, el agua no ha llegado como se espera; abril, mes en que se acumula el 24 por ciento del total de lluvia anual, finalizó con un 46 por ciento de todo territorio nacional con déficits en los acumulados de las lluvias.

Esta sequía tiene un impacto directo no solo en la agricultura, sino también en la vida de las personas, según explicó en su momento Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), pues los embalses en el país se encuentran al 45 por ciento de su capacidad.

A partir de la propia sequía, hay 406 fuentes de abasto afectadas, advirtió Rodríguez, y por ello más de 708 mil personas se han perjudicado, ya que se han tenido que buscar alternativas como el alargamiento de los ciclos de distribución o el tiro en pipa para poder abastecerlas.

En el mes de marzo se distribuía en Cuba agua en pipa a más de 596 mil personas, la mayoría de las provincias de Santiago de Cuba, La Habana y Villa Clara, pues estas presentan la situación más compleja.

Ante esta situación también se hizo necesaria la regulación del líquido a varios organismos para evitar el malgasto, a la vez que se trabaja en la supresión de salideros y, aunque persisten problemas con la materia prima, no se detiene el trabajo.

Aunque lloverá, la recuperación no será a corto plazo, y el ahorro es fundamental para combatirla, además de todas las estrategias que lleva a cabo el país, este es un tema a seguir evaluando muy de cerca, pues afecta a disímiles sectores.

Los expertos consideran que la sequía meteorológica se mantendrá, pues por mucha lluvia que caiga es imposible revertir la situación en el corto plazo, pero, a decir de la ministra del CITMA, se avizora que el complejo escenario podrá minimizarse, sobre todo a partir de agosto, coincidiendo con los meses más activos de la temporada ciclónica.

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