En el asentamiento costero de El Castillo de Jagua, en el litoral de la bahía de Cienfuegos, pasan de generación en generación leyendas de aparecidos, tesoros enterrados por los piratas, embarcaciones que aparecen y desaparecen… Me consta que así sucede porque lo he visitado infinidad de veces y tengo allí amistades excelentes con quienes converso mucho.
Pero ninguna ha trascendido más en el tiempo que la de la Dama Azul en la Fortaleza Nuestra señora de los Ángeles de Jagua, construida con el propósito de evitar y enfrentar los ataques de corsarios y piratas.
La leyenda está llena de quimeras, pero siempre resulta entretenida e interesante. Está estrechamente relacionada con el primer comandante del castillo, Don Juan Castillo Cabeza de Vaca y su esposa Leonor de Cárdenas. Al ella fallecer fue enterrada en la capilla de la Fortaleza.
Cuentan que por las noches, cuando la guarnición descansaba y el mar cercano estaba tranquilo, un ave rara de gran tamaño y bello plumaje, lanzaba agudos graznidos y revoloteaba haciendo espirales.
Como si hubiese una respuesta a ese llamamiento, se desprendía de las paredes un fantasma o sombra de mujer alta, elegante, vestida de brocado azul y cubierta de cabeza a pies por un velo transparente del mismo color y entonces levitaba hasta desaparecer súbitamente.
La fantástica visión se repetía cada noche y producía, lógicamente, temor entre los soldados. Pero estaba en el castillo un joven alférez, recién llegado, arrogante y decidido que afirmó no creer en fantasmas y se dispuso a sustituir al centinela nocturno. Cuando vio a la Dama Azul dominó sus nervios y fue a su encuentro.
Nadie puede afirmar lo que sucedió entre la Dama y el alférez. A la mañana siguiente los soldados encontraron al joven tendido en el suelo, sin conocimiento y envuelto en un manto azul. Cuando se recuperó de su aturdimiento, había perdido la razón y tuvo que ser recluido en un manicomio.
Todavía es creencia de muchos “castilleros” que la Dama Azul hace sus apariciones nocturnas y se pasea entre los muros de la fortaleza cienfueguera.
Al lado del mar
Retomo algunos pasajes de un material publicado hace cinco años, con motivo entonces del aniversario 270 del Castillo de Jagua.
Majestuosa se yergue, en la entrada misma de la bahía de Cienfuegos, la Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Los lugareños la han llamado siempre Castillo, el mismo nombre que dieron al poblado de pescadores que surgió y creció a su lado, con las tipicidades de los pequeños asentamientos de familias que le arrancan cada día las riquezas al mar para vivir.
Es la única fortificación militar española construida a finales del siglo XVIII en Cuba. Fue declarada Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978, y el museo que acoge quedó abierto al público el 24 de marzo de 1998.
Fue fundada en 1745 con el objetivo ya descrito.
Son muy variados los hechos que hablan, desde el siglo XVI, de los intentos por fortificar la bahía de Jagua, dado lo propicio del lugar para la estancia y aprovisionamiento de los corsarios y piratas, así como las facilidades que la soledad del paraje proporcionaba al comercio de contrabando.
En 1554, los muy conocidos filibusteros Jacques de Sores, Francis Drake, John Morgan, Jean, el Temerario, y Gilberto Girón visitaron, cada quien en su tiempo, la rada. Con ellos comerciaban los habitantes de la comarca, contrabandeando los productos que no tenían otra posibilidad de salida debido a la política restrictiva de la Metrópoli.
La Real Compañía de Comercio de La Habana se propuso costear la fortificación. En 1733 el ingeniero militar francés Joseph Tantete Dubruller recibió la orden de ejecutar la construcción del castillo. Doce años después quedaría terminado y más tarde se vería convertido en el protagonista de las acciones militares que, desde el interior del país, se dirigieron para el rescate de la capital durante la toma de La Habana por los ingleses, en el año 1763.
Se cuenta que la fortaleza fue escenario de combates navales contra embarcaciones piratas. En la mayor parte de las oportunidades posibilitó el rechazo de los ataques y evitó la entrada de las embarcaciones y sus tripulaciones. No pocas veces sirvió de prisión a muchos de los que se rebelaron contra el poder de la Metrópoli.
Las gruesas paredes son hoy mudos testigos de siglos de historia.
Algunas características
De acuerdo con lo recogido en la enciclopedia Ecured, la fortaleza cienfueguera posee características arquitectónicas de la Edad Media europea, por sus naves abovedadas y el foso que la rodea, pero su adaptación a la configuración del terreno y su planta geométrica la convierten en una fortificación típicamente americana.
En los extremos están situadas dos garitas cilíndricas que posibilitan la observación. El castillo cuenta con un aljibe que tiene capacidad para 100 metros cúbicos de agua.
Ahora, no obstante sus 275 años, viste aún sus mejores galas y resulta un sitio ideal para visitar y acercarse a la historia, una vez que la pandemia del coronavirus abandone el orbe.
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.
Gracias Odalys Raquel por sus elogios inmerecidos.
Felicidades para este periodista Ramon Barreras Ferran por su meritoria labor periodistica dentro y fuera del pais. Me gusta sus trabajos son muy buenos y lo demuestra los meritos y reconocimientos recibidos.