El enfrentamiento a la pandemia del nuevo coronavirus en nuestro país nos deja también valiosos aprendizajes sobre la importancia de preservar y fortalecer valores humanos y afianzar los principios rectores del modelo de sociedad socialista que pretendemos construir.
Un buen ejemplo en una fecha como la de hoy, Día Internacional de la Familia, es la necesaria unidad y armonía que debe predominar siempre en los hogares, y por extensión, también en nuestros barrios, comunidades y colectivos laborales y estudiantiles, como entornos de apoyo y solidaridad, y contrarios a cualquier forma de discriminación.
Por tal motivo resulta muy elocuente que, como otras muchas actividades cotidianas trascendentes que debieron trasladar su escenario hacia el espacio virtual de Internet para contribuir al distanciamiento social, este año la edición 13 de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia transcurren por nuevos derroteros como parte de su labor educativa, a través de las redes sociales y las publicaciones digitales.
Quizás a alguien le parezca alejado este tema de las prioridades del momento, pero para nada lo está. Los principios de justicia social que después de semanas de tanto esfuerzo hoy ubican a Cuba en una situación favorable en relación con el control y prevención de la Covid-19, son los mismos que sustentan ese empeño formativo que lidera desde hace más de una década el Centro Nacional de Educación Sexual, Cenesex, en función de superar viejos motivos de desunión por los prejuicios y las incomprensiones alrededor de la orientación sexual y la identidad de género.
Todo lo que contribuya a que las personas sean más plenas y libres, responsables y felices, tiene que merecer esa misma atención particular en un país como el nuestro, donde siempre está expresa la voluntad política de no dejar a nadie detrás, y de involucrar a toda la ciudadanía en la solución de los más graves conflictos, tal y como ahora acontece ante la presencia del virus SARS-Cov-2.
Con particular énfasis en la universalidad y alcance de los derechos que cada individuo merece disfrutar, estas Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia también permiten la continuidad de los análisis para la implementación progresiva de todas las bondades que recoge nuestra nueva Constitución, una tarea que sin dudas prosigue en el centro de la atención por parte de nuestras instituciones, más allá de la actual coyuntura.
Las experiencias de estos dos últimos meses, en condiciones de separación o restricción de contacto y movimiento para frenar al virus, nos renuevan también la convicción o el hallazgo, de cuáles son las verdaderas cosas importantes de esta vida, tan hermosa y frágil a la vez.
El amor más allá de cualquier diferencia en la forma de entregar nuestros sentimientos; la responsabilidad, el apoyo y la comprensión alrededor de las personas más vulnerables que requieren el cuidado de las familias y la sociedad; los lazos de cooperación y ayuda entre instituciones e individuos, deben ser las brújulas de nuestra actuación, ajenas por completo a cualquier motivo o pretexto para separar, enconar o discriminar a las personas por razones injustificadas.
Así que en este Día Internacional de la Familia, y próximo a celebrar también el próximo domingo 17 de mayo el Día Mundial contra la Homofobia y la Transfobia, reflexionemos sobre cuánta buena voluntad, respeto y comprensión podemos extraer también de una circunstancia tan adversa como esta pandemia, donde una vez más los hechos demuestran que lo que vale es unir y nunca, nunca, discriminar.
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