Prótesis, ortesis, bandaje, soportes, calzado médico especializado a la medida… son palabras cotidianas para el colectivo de trabajo del Laboratorio de Ortopedia Técnica Docente Cuba-RDA, que se crece ante cada dificultad, y no ha permitido que el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos o los dictados de la situación epidemiológica actual tronchen su labor.
Desde su surgimiento el 2 de mayo de 1965, a partir de la iniciativa del entonces ministro de Salud y hoy Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura, la docencia constituyó una de sus principales funciones, en aras de formar al personal necesario para crear otros laboratorios en el país, inaugurados paulatinamente hasta 1993.
En este minuto, la institución cuenta con una brigada en Uruguay y otra en Haití, pero a lo largo de estas cinco décadas ha prestado servicios en Venezuela, Pakistán, Angola, Uganda… Asimismo, es responsable del 40 % de las prótesis que se elaboran anualmente en Cuba y es uno de los 37 laboratorios que conforman el Centro Nacional de Ortopedia Técnica.
Como tal, ha contribuido a entregar más de 47 mil unidades de dichos aditamentos, 382 mil pares de calzado ortopédico especializado a la medida y 1 millón 500 mil ayudas técnicas (bastones, muletas, andadores).
De todo lo anterior puede dar fe el técnico especialista docente Armando Márquez Díaz, el único de los fundadores que se mantiene laborando allí y que atestigua la continua evolución en cuanto a equipamiento, preparación del equipo de trabajo, atención al paciente y volumen de las producciones.
En la actualidad la empresa germana Ottobock, líder mundial en el equipamiento de pacientes con discapacidad, materializa varias acciones con la institución cubana. En el 2015, y a través de una carta de intención, la compañía realizó una donación de 500 mil dólares en equipamiento que ha posibilitado aumentar la producción, reducir los tiempos de entrega y mejorar la calidad.
“Entre esos contamos con un equipo único en el país: Lasar posture, que permite alinear correctamente las prótesis y disminuye las probabilidades de que no se ajusten al paciente. Posee un 100 % de efectividad y fiabilidad”, aseveró el doctor Geovani Suárez Fernández, director del Centro Nacional de Ortopedia Técnica.
Gracias a una colaboración entre la mencionada empresa europea y el Ministerio de Salud Pública, estaba proyectada para abril la implementación de una iniciativa que beneficiaría a pacientes que hubieran perdido alguna extremidad: Cuba en movimiento. El proyecto se propone dotar con prótesis mioeléctricas a un grupo de pacientes que coinciden con los requerimientos específicos.
“Aun con esta ayuda, desafortunadamente muchas veces no logramos ponerles los artificios necesarios a algunas personas, porque estos llevan componentes norteamericanos y nosotros no podemos adquirirlos”, explicó Márquez Díaz.
“Las afectaciones del bloqueo se traducen también en la dificultad para realizar transacciones financieras con bancos, lo que trae como resultado un encarecimiento de las materias primas y otros insumos. Por otro lado, hay bancos que no nos aceptan los créditos y navieras que no nos quieren traer la mercancía ya que esto les impide tocar puerto estadounidense.
“A través de la empresa importadora y exportadora del Ministerio de Salud Pública, MediCuba, nos vemos obligados traer muchos productos desde China con la demora de hasta 45 días, compras que pudieran realizarse en Estados Unidos, y que permitiría ahorrar dinero en el transporte y el comercio con terceros países.
“Para paliar esta crisis nos hemos apoyado en la fortaleza de nuestro movimiento anirista y en la recuperación de muchas de las partes de las prótesis dañadas que pueden ser reutilizadas por otros pacientes”, manifestó Suárez Fernández.
No obstante, las dificultades no se han traducido en excusas contra el progreso y la innovación. Dan fe las fajas para contrarrestar el prolapso uterino, los cascos para niños con patologías neurológicas y los soportes para diabéticos. Todos son productos de exclusiva fabricación cubana que difieren de los del mercado internacional en características y costo.