Rigoberto Marsans conoce lo que es la disciplina y la responsabilidad. Su hoja de servicios en las Fuerzas Armadas Revolucionarias le reportó además del grado de coronel, un buen puñado de satisfacciones y experiencias. En todas las misiones que cumplió, fidelidad y entrega fueron palabras de orden y deber.
Sin embargo, a nuestro protagonista lo acompañan la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, dos padecimientos que lo incorporaron a los grupos de riesgos de la Covid-19.
“Son tiempos difíciles. Desde el comienzo de la pandemia decidí aislarme. Conocía que esas enfermedades me hacían vulnerable, por eso me “acuartelé” en casa”, asevera pertrechado por su inseparable nasobuco.
“Mi rutina tiene como punto máximo no salir nunca. Desde el hogar me mantengo informado. Veo los espacios noticiosos, con especial interés el parte que brinda diariamente el Minsap. Dentro de la casa mantengo la limpieza. El jabón y el hipoclorito son dos amigos inseparables que nos reportan tranquilidad”.
Afirma el veterano de 74 años que su hija lo visita solo para traerle la comida. “Son estancias cortas. Siempre bajo las más estrictas normas de higiene. Ella sabe que así nos cuidamos mejor. Después que pase este mal rato habrá tiempo para conversar y abrazarnos. Ahora me enfoco en leer bastante y disfrutar de la programación televisiva, sin olvidar alguna ligera gimnasia”.
Marsans es el secretario del núcleo zonal del Partido en su zona del Casino Deportivo, del municipio Cerro, en La Habana. En tiempos de coronavirus su misión ha cambiado, pues como persona sensible debe extremar medidas.
“La Covid-19 me obliga a estar aislado. Aun así, dos compañeros de la dirección del núcleo me mantienen informado. Cada tres días llamamos a los militantes para saber de ellos y sus familias. Algunos contactos son a través de la reja de mi casa y con la distancia exigida. Esa es otra de las formas de controlar la peligrosa enfermedad”.
El experimentado combatiente se despidió agradeciendo al personal de la salud pública por su entrega. También llamó a una mayor conciencia, pues el virus tiene varias maneras de propagarse.
“La responsabilidad y la cordura son dos poderosas armas en estos tiempos. Si el pueblo las sigue aplicando, pronto expulsaremos a la Covid-19 de Cuba. Que a nadie le quepa duda”.