Por Susana Rodríguez Ortega
Yunaisy Otero Rivero, de 32 años, está recostada en una camilla del Banco Provincial de Sangre mientras una máquina extrae de su cuerpo dos bolsas de 300 mililitros de plasma.
Es un componte hiperinmune, cargado de anticuerpos que en las próximas horas ayudarán quizás a que uno o dos pacientes en estado grave o crítico tengan una respuesta más favorable a la COVID-19.
Hace poco esta mujer, su esposo y sus dos hijas, vivieron la angustia de ser positivos a la nueva enfermedad que tanto ha dado de qué hablar en el mundo por su fácil propagación y creciente letalidad.
Los cuatro vencieron el Sars-CoV-2 sin contratiempos y ahora el matrimonio siente que está en deuda con la vida; por eso vienen cada semana a donar. Él acude los lunes y ella los martes. No asisten juntos porque alguien debe quedarse con las niñas en casa; pero ambos se apoyan mutuamente y conversan en familia sobre el bien que reportan a otros con su altruismo.
“Esta es mi segunda donación y la hago con todo el amor del mundo. Ojalá Dios permita que podamos salvar a muchas personas”, expresó la donante.
Sobre el protocolo seguido en Cuba para la obtención de plasma hiperinmune conversamos con Lidia Licort Monduy, directora del Banco Provincial de Sangre:
“Los donadores deben tener entre 18 y 60 años, ser convalecientes del Sars-CoV-2 y haber cumplido un tiempo de recuperación de 21 días”, explicó.
“No pueden padecer enfermedades cardiovasculares, oncológicas, pulmonares u otras dolencias crónicas no transmisibles.
“Antes de cada donación les realizamos un PCR en tiempo real para corroborar la inexistencia del coronavirus en la sangre. El IPK es el encargado de analizar estas muestras. Una segunda prueba procesada por el Centro de Inmunoensayos de La Habana nos permite verificar el nivel de anticuerpos del donador y por último aplicamos los test de biología molecular que descartan otras enfermedades de transmisión viral como las Hepatitis B y C, el HIV o una serología reactiva por sífilis”, añadió la especialista.
Las donaciones tienen lugar cada siete días durante un mes completo. Las siguientes cuatro semanas el donante descansa y se incorpora luego de este tiempo si así lo decide.
El ritmo de donaciones también puede espaciarse a 15 o a 21 días, según lo disponga el voluntario.
El equipo sanitario del Banco Provincial de Sangre fue debidamente capacitado para garantizar el éxito de la plasmaférisis automatizada.
Integran el mismo un médico, una enfermera y dos tecnólogos especializados en medicina transfusional.
(Tomado del periódico Guerrillero)