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FarmaCuba: Esquivando el bloqueo

Adis Nuvia Neyra Muguercia nació, creció y se ha realizado como profesional en medio del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba. Podría no conocer otra realidad, pero su labor en el ámbito de la industria farmacéutica le ha permitido constatar que existe una manera natural, otra, de relacionarse con proveedores, intermediarios, banqueros, navieras…

Adis Nuvia Neyra Muguercia directora general de FarmaCuba. Foto: Agustín Borrego Torres

Para Cuba, en cambio, el asunto, tal como lo ha vivido Adis Nuvia es mucho más complejo, semejante quizás al dilema del pez que nada contra la corriente acosado por su peor depredador, el águila de cabeza blanca, rapaz, que no por gusto figura en el escudo nacional del gigante estadounidense.

Para los nacidos en la Mayor de las Antillas, la proeza de sortear, esquivar, burlar el bloqueo, se convierte en una acción de cotidiana sobrevivencia. Así lo ha constatado Neyra Muguercia, directora general de FarmaCuba, empresa importadora-exportadora de la Organización Superior de Dirección Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, BioCubaFarma.

¿Qué impactos directos tiene el bloqueo en las operaciones de FarmaCuba?

FarmaCuba trabaja con más de 400 proveedores extranjeros, mayormente europeos. Varios se han ganado la categoría de colaboradores, pues a pesar de la situación de nuestra organización, en la que no siempre contamos con los recursos financieros necesarios, garantizan un flujo de suministros estables y esa podríamos decir que es una de las primeras respuestas al bloqueo.

Las acciones de EE. UU. contra Cuba son cada vez más agresivas, persiguen todas nuestras operaciones. Muchas veces tenemos que importar desde un segundo, tercer y hasta un cuarto país por el temor de los proveedores a ser sancionados.

La industria farmacéutica concentra su principal mercado de materias primas en India y China. Con China tenemos un amplio volumen de operaciones, pero con India necesitamos de intermediarios. Así sucede con productores de otras naciones que no siempre están dispuestos, o no pueden comerciar directamente con Cuba.

Hay productos imprescindibles que solo se fabrican en EE.UU. Si no existiera el bloqueo, acceder a estos podría ser fácil y barato, quizás, pero debemos empeñarnos muy duro para conseguirlos o, si es posible, prescindir de ellos.

En marzo, por ejemplo, una naviera retornó dos contenedores de materias primas al puerto de origen. Ya estaban en La Habana pero no los descargó, pues le advirtieron que sería sancionada. Eso significó la pérdida de 30 días de travesía (también hemos tenido casos de 60 días), igual plazo para el regreso, nuevas gestiones (nuestras, de los proveedores y de transitarias cubanas) para embarcarlos con otra naviera que tardó 30 días más.

Eso se traduce no solo en costos, sino también en falta de disponibilidad de medicamentos. Estamos hablando de desabastecimientos largos, pues la situación financiera de FarmaCuba —comprometida asimismo por las dificultades que EE. UU. pone para traer el dinero que se deriva de nuestras propias exportaciones—, impide garantizar los llamados empates de los ciclos productivos.

Visita del Presidente Miguel Díaz-Canel a uno de los laboratorios de producción de medicamentos. Foto: Tomada del sitio de Farmacuba

La carencia de materias primas hace que la industria pierda capacidades de producción, y no siempre las pueda recuperar. No obstante, cuando llegan determinados volúmenes, el esfuerzo que hacen en las fábricas es extraordinario, se organizan en turnos diarios para no parar y recuperar el tiempo perdido, aunque a veces resulta imposible.

Este tipo de situaciones la hemos vivido con los medicamentos que van a la asistencia médica en general (pacientes ingresados y graves), y a la farmacia comunitaria, adonde las personas se acercan con una receta o su tarjetón y no encuentran lo que buscan. Esos medicamentos, altamente sensibles, son para nosotros lo que algunos de los productos de la canasta familiar para el Ministerio de Comercio Exterior: prioridad uno.

Otra arista en la que sufrimos directamente el bloqueo es la bancaria. Hace aproximadamente 21 días, por citar un ejemplo reciente, habíamos financiado a un proveedor de materias primas el equivalente a más de un millón de dólares para la compra de una materia prima. Cuando ya estaban listos los contenedores, el banco intermediario devolvió los fondos argumentando que no podía realizar esa transferencia porque sería penalizado bajo las leyes del bloqueo.

El proveedor no pudo embarcar la mercancía y hubo que buscar otra ruta bancaria para hacerle llegar los fondos. Nuevamente desperdiciamos tiempo, lo cual deriva en pérdida de capacidades y en desabastecimiento.

En definitiva, el bloqueo se traduce en sufrimiento humano, pues no acceder a un medicamento afecta directamente la calidad de vida y compromete la salud de las personas. En FarmaCuba hemos encontrado proveedores que dicen: “Te busco el producto”, y de momento escriben cancelando porque el fabricante no lo puede vender si el destino es Cuba. Tenemos evidencias de cómo persiguen nuestras operaciones, los bancos nos han enviado cuestionarios que nos hacen desistir de ciertas operaciones pues pondrían en riesgo los recursos financieros del país.

¿Qué colaboración reciben de otras entidades en la lucha contra el bloqueo?

En esta labor de sortear los obstáculos que nos impone EE. UU. es decisiva la colaboración de varias instituciones cubanas, entre ellas el Banco Central y las entidades bancarias en general. Colaboran en la búsqueda de soluciones, ya sea para financiar compras, como para retornar las ganancias de nuestras exportaciones.

Hemos contado, además, con el acompañamiento del Ministerio de Comercio Exterior, especialmente en las últimas semanas, para garantizar el aprovisionamiento necesario y fabricar los medicamentos que se utilizan para la profilaxis y tratamiento de la COVID-19: el interferón alfa-2B, azitromicina, cloroquina, biomodulina T…

Las acciones del bloqueo también ponen a prueba la capacidad de gestión y habilidades de nuestros compradores, pues hay que operar con limitados recursos financieros y multiplicarlos, lo cual pasa por la preparación profesional y el compromiso moral con el país.

FarmaCuba cuenta con 273 trabajadores, la gran mayoría de alto nivel profesional, entre ellos predominan ingenieros químicos e industriales; licenciados en Farmacia, Química; biólogos y microbiólogos; así como abogados. Todos se han especializado en comercio exterior, y unos 60 se encargan de gestionar los contratos internacionales.
En tiempos de la COVID-19 FarmaCuba se ha mantenido activa en sus operaciones, empleando las modalidades de organización del trabajo autorizadas por el país

 

FarmaCuba importa materias primas, envases, reactivos, maquinarias, equipos, piezas de repuesto, medios de protección y servicios de asistencia técnica, así como todo el material gastable de la industria biofarmacéutica. Exporta hacia América Latina, África y el Medio Oriente medicamentos genéricos, productos naturales, suplementos, vacunas alergénicas, servicios biotecnológicos, así como productos dentales y dermocosmecéuticos, alimentos concentrados para animales y animales de laboratorio.

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