Intentemos definir la palabra concentración…..Sí, es ese “estado de la persona que fija el pensamiento en algo, sin distraerse”, uno de los primeros significados que nos arroja cualquier diccionario al buscar el término.
Por el otro extremo está brainfog, término usado por los ingleses para referirse a la “niebla mental” que sustrae la concentración. Según la revista especializada para el rendimiento mental BrainEffect, el suministro insuficiente de nutrientes, por ejemplo, puede ocasionar un desequilibrio que generaría trastornos o falta de concentración, entre otras irritaciones que podrían durar minutos, semanas e incluso años si no se diagnostica y soluciona su causa.
Entre las 10 causas más comunes de brainfog la citada publicación refirió: nutrición, incompatibilidades y alergias a ciertos alimentos, deshidratación, deficiencia de nutrientes, abstinencia de café, entre otras no vinculadas directamente con la alimentación. ¡Sí, cinco de estas causas tienen una relación directa con nuestros hábitos alimentarios!
Sin embargo, es importante señalar que la alimentación correcta no es el único factor que incide en la concentración. También son claves para conseguirla el descanso, las buenas condiciones del lugar en el que se realiza la actividad, la iluminación, la postura, por ejemplo, como enumera el apartado Técnicas de Concentración del portal educaweb.
El tema ha merecido la atención de psicólogos y otros especialistas en tiempos de pandemia y de internet, pues también el confinamiento, el bombardeo de noticias y el uso no dosificado del móvil, por ejemplo, pueden atentar contra la concentración. Definitivamente existe una estrecha relación entre la concentración y el estilo de vida.
El pasado mes, la revista española Vogue, que posee una sección dedicada al bienestar, publicó un interesante artículo: ¿Cómo concentrarse en tiempos de desconcentración?, afirmando que “estamos muy conectados pero poco concentrados”. Entre las estrategias citadas para reducir ese estado de brainfog, del psicólogo Jesús Paños, responsable de la Unidad de Psicología de la Salud en Blue HealthCare, aparecen: estar bien hidratados, evitar comer alimentos ricos en grasas antes de hacer cualquier actividad que requiera atención mantenida –quizás se tendría que adicionar grasas no saludables- y beber café (con azúcar), pero sin abusar.
Existen profesiones que exigen mayor concentración que otras, por ejemplo,en el caso de los pilotos o controladores de tráfico aéreo, donde una falla en la concentración puede ser letal.
¡Aquí les dejo cinco alimentos excelentes para la concentración, que propone la web sobre alimentación y salud CuerpoMente! ¡No hay pretextos para no concentrarnos! Un detalle del que seguramente se percató….ciertamente hay una relación entre los hábitos alimentarios que ayudan a la concentración y los que promueve la tendencia Slow Food, que defiende el Movimiento de Alimentación Sostenible en Cuba (MAS). La alimentación saludable es la clave, una vez más.
- Aguacate: Su riqueza en grasas monoinsaturadas resulta beneficiosa para el cerebro y mejora la comunicación neuronal.
- Plátano: Al ser rico en triptófano –el aminoácido que ayuda a gestionar el estrés- y una buena fuente de potasio, magnesio y vitamina C, es la mejor fruta para cuidar de la memoria y el cerebro “.
- Lentejas: Como la mayoría de las legumbres son ricas en proteína y fibra. Además, son ricas en hierro y zinc, lo que previene el cansancio físico y mental.
- Cacao: Poseen una gran capacidad de antioxidante y ligeramente estimulante que puede favorecer la concentración.
- Avena: Es uno de los cereales más digestivos y a la vez nutritivos, rico en fibra e ideal para nutrir el cerebro con azúcares sanos y vitaminas del grupo B.