La autora de Medidas drásticas para la prevención (+Video) aclara:
No significa que la situación sea alarmante, ni que estemos en el pico de la enfermedad, pero precisamente el sentimiento popular es que no se quiere llegar a ese extremo, por el costo en vidas humanas que conllevará.
Y agrega:
La situación de la COVID-19 amerita la adopción de medidas drásticas para lograr el aislamiento social y la autoprotección, así lo están exigiendo los cubanos y lo ha reiterado varias veces el doctor Durán en las conferencias de prensa online.
No clamo por “una carga al machete”, como creo tampoco lo hace la mayoría, pero advierto el desgaste en crear una percepción de riesgo que cuando llegue, quizás sea demasiado tarde. Incluso en mi propio barrio observo cómo algunas familias no dejan de recibir visitas, de besar a los niños, de hacer grupos para arreglar una moto, tomarse unos tragos, conversar en la calle, de deambular; escucho, aunque menos, que los revendedores no dejan de hacer su “trabajo”.
No se trata de alarmar, sino de que la gente entienda, vea el peligro y actúe en consonancia.
Entre la cantidad de Comentarios Digitales, seleccionamos algunos:
Daina dice:
A mí me sigue llamando la atención la cantidad de personas en las calles de forma diaria. Las provincias con más casos son Villa Clara y La Habana, esta última es preocupante con el tema no solo de los que se reúnen y visitan, sino de las colas y otros deambulando no sé haciendo qué, entre ellos los revendedores en las colas.
Considero que dentro de extremar las medidas, además del accionar de la fueras policiales, deben acabar de cerrar todos los lugares a donde las personas hacen colas (tiendas) y que el país prepare módulos de aseo y alimentación para cada familia y sea distribuido por la libreta de abastecimiento y lo demás sea cerrado.
Parecerá increíble, pero las personas ya no saben para qué van a hacer la cola, tú pasas por una y preguntas y la gente está haciendo la cola para ver lo que entra y si entró algo hacen la cola de hoy y van preparando la de mañana.
Esa es una de las medidas más importantes porque además en las colas (aunque se tenga el nasobuco) la gente se tira donde quiera, toca cualquier cosa y en ocasiones no se respeta el distanciamiento.
Idarmis dice:
Estoy muy de acuerdo en que tomen medidas drásticas y profundas ante las negligencias y violaciones que se acometen por parte de seres ignorantes e irresponsables, sobre todo en aquellos repartos donde apenas se ve un oficial, andan por todo el barrio sin nasobuco, en sus casas entran y salen personas etc. Es hora que den un basta ya y confío en las autoridades y gobierno porque de lo contrario los muertos y contagiados lloverán a pesar de todo el sacrificio que hacen nuestros profesionales, pero si el pueblo no ayuda no sirve de mucho. Por favor quiéranse más y aboguen por sus vidas y las de sus familias.
Raúl Montané dice:
Nuestro país en largo rato podrá prescindir de la venta normada de productos. Al mismo tiempo, la descentralización de las ventas tiende a que disminuya el enorme deambular de personas por toda la ciudad buscando ofertas.
Es increíble la cantidad de personas de municipios cercanos a La Habana que diariamente se trasladan para comprar productos y revenderlos. En igual medida pasa con personas del interior, sin contar las que están basificadas aquí de manera ilegal, compran y otros vienen a buscar los productos. Es todo un entramado que funciona y que es perfectamente verificable. Miles de menesterosos han hecho de este quehacer un medio de vida. Pienso que ahora estamos en un momento crítico, pero intuyo que se avecinan momentos más duros. A luz vista la entrega normada de productos se mantendrá. De ahí que, desde mi punto de vista, el reacondicionamiento de las bodegas urge y ampliar su papel es una medida muy necesaria para descentralizar las ventas, evitar trasiego de personas y disminuir el acaparamiento. Algo similar sucede con las carnicerías y los puntos de venta de productos del agro. Alimento, aseo e higiene deben normarse.
En resumen: Las mayorías están pidiendo actuar enérgicamente con quienes continúan en las calles sin un motivo apremiante y se concentran en lugares públicos, dificultando cortar la propagación, por lo cual ya desde hace un buen rato debía de pasarse de la exhortación, a obligar a que esas personas vayan para sus casas, y aplicarles las sanciones posibles en estos casos si se resisten a hacerlo.
Y en cuanto a quienes además de desafiar las medidas de aislamiento social están empañando el quehacer del pueblo con sus actividades ilícitas de acaparar y revender, ya es algo que debió de haberse enfrentado y resuelto.
Se han tomado medidas para distribuir lo poco que existe, lo mismo que se ha explicado la necesidad del aislamiento social, por lo que no queda nada más que aclarar, sino de acometer con toda la severidad que el caso requiere, pues está en juego la vida de las personas.
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