Cuando fue invitada a participar en la Jornada de Socidrogalcohol 2020 en Madrid, capital de España, la Especialista de Segundo Grado en Fisiología Normal y Patológica, profesora de la Facultad de Ciencias Médicas en Guantánamo, Anselma Betancourt Pulsán no imaginó jamás ver el dolor y la muerte en forma tan horrendas.
Aunque en otras circunstancias cualquier intercambio con ella derivaría en una necesaria entrevista sobre la vida y propósitos de una también Heroína del Trabajo de la República de Cuba o de la destacada investigadora, pionera de los temas de Drogadicción en el país, hoy incluso vía telefónica o por mensajes de whatsapp, sus experiencias compensan todo lo adverso que esparce el COVID-19 y que, por azar, le tocó vivir.
Si algo pude comprender entre mensajes de voz y escritos fue que para nada se regodea en el significado del Santo que le dieron al nacer, “protegida por Dios” y sí en ser como esas Mujeres que siempre están al principio de todas las grandes cosas…
¿Desde cuando está en España y por qué ?
Llegué aquí el pasado cuatro de marzo para participar en la jornada de Socidrogalcohol, prevista del 5 al 7 en Madrid. Al llegar supe que había sido cancelado. Se trata de un encuentro profesional, científico y actualizado, que pone a disposición de profesionales de todas las áreas implicadas en el abordaje de las adicciones (medicina, psiquiatría, psicología, enfermería, trabajo social, terapia ocupacional, educación social…) un espacio de trabajo donde compartir experiencias y conocimientos.
Me invitaron porque hace más de 20 años formo parte de esa asociación y mi línea de investigación durante prácticamente más de tres décadas está relacionada con la prevención de alcoholismo y otras drogas. Ahora me permitieron traer dos ponencias, una de ellas resultado del trabajo que desempeña la cátedra de Drogodependencia en Guantánamo. La otra contiene una intervención comunitaria para la prevención del alcoholismo en los jóvenes.
¿Cómo recibió la noticia de que habían cancelado el evento?
Cuando llegué supe que el Ministerio de Sanidad había decidido cancelarlo mientras yo estaba viajando hacia Madrid. Todo el mundo estaba preocupado, porque lo de la epidemia fue como muy de repente… Estuve primero varios días en Madrid y tuve contacto con algunos compañeros como parte del intercambio científico que abarcaba el encuentro. Me trasladé el ocho de marzo a Valencia para cumplir con otras actividades que desarrollaríamos hasta el día siguiente, cuando todavía no se habían tomado medidas de confinamiento. El programa del congreso acogía también visitas a las ciudades de Barcelona y Lérida con el objetivo de participar en otras actividades científicas y promocionar el Segundo Encuentro Internacional Estilos de Vida contra Hábitos Tóxicos.
¿Cómo han sido estos días allá ?
Esta es una situación realmente insólita para la humanidad. Ha sido una experiencia muy difícil estar acá. Mi criterio es que cuando se habla de prevención hay que estar muy atentos a lo que los científicos y profesionales de la salud alertan.
Creo que no debo juzgar pero fue de gran impacto para todos cuando se tomaron las medidas de confinamiento, cuando se empezaron a dar las cifras cada día más elevadas y alarmantes de contagiados y muertos, fue de mucha tensión… ya no era ver tranquilamente las noticias de China o Italia…
Llevamos más de un mes sin salir de nuestros lugares y la experiencia más impactante fue ver cómo la gente que llevan 30 años viviendo en el mismo edificio o en el del frente y no conocen al vecino o no se saludan, ahora a la hora de los APLAUSOS que aquí llegaron desde Italia y los hacemos a las 8, se han visto, se sonríen y hasta lloran…
Este enemigo que no distingue sexo, raza, edad, clase social, nos ha sacudido y entre otras muchas cosas, lo más hermoso que tenemos que es la solidaridad y el amor al prójimo.
Precisamente hace unas horas usted publicó en su perfil de Facebook la importancia de los APLAUSOS…Como profesional de la salud, qué ha significado escucharlos y devolverlos desde un balcón en Madrid?
Nuestras manos con mensajes de esperanza, de fe, de certeza que cuando pase esta hora terrible, seremos más solidarios, más unidos…
Todos merecen esa ovación: los trabajadores de la salud en la primera línea, quienes aseguran los alimentos desde el campo y el que expende en las bodegas, desde el farmacéutico hasta el policía…
Yo soy una persona de fe, creo en Dios y en la ciencia, creo como Martí en el mejoramiento humano, en la virtud, en los hombres y mujeres de bien, en el sujeto moral… y confío en que vendrán tiempos mejores…por eso van mis APLAUSOS…
¿Ha hablado con su familia en Cuba…qué les ha aconsejado?
Hablo con mi familia toda: con mis dos hermanas principalmente… He tenido el apoyo del Ministerio de Salud Pública, del Director Provincial de Salud en Guantánamo, he recibido llamadas incluso de funcionarios de la Federación de Mujeres Cubanas, el Partido, y el Cónsul de Cuba que me han reconfortado mucho.
Tanto a mi familia como a nuestro heroico pueblo aconsejo cumplir todas las orientaciones de nuestro Gobierno y todas las medidas que orientan nuestros expertos y profesionales de la salud.
¿Qué actividades le involucran ahora?
Como cubana estoy dando lo mejor…
Somos pequeños por extensión territorial pero gigantes en solidaridad y amor a la humanidad…Por eso ahora ayudo a personas de la tercera edad y ancianos…
Creo que la verdadera fe es la vida y la acción y estoy orgullosa de ser una médica cubana…y de estar aqui en este momento.
A sus casi 61 años de vida Anselma Betancourt Pulsan ha recibido por más de un lustro la condición de Vanguardia Nacional, asimismo, La Fama, Símbolo de la Ciudad de Guantánamo en 2004, el Premio al Mérito Científico 2015 y el título máximo al deber, el de Heroína del Trabajo hace sólo dos calendarios.
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