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Ahora sí que Chachi es Mujer-isla (+Fotos)

No imaginó la poetisa Marina Lourdes Jacobo (Chachi) que su generosa iniciativa Pesquisa literaria, para las personas que deben permanecer en sus casas por la actual epidemia, iba a hacer realidad su poema Mujer-isla. Ahora tampoco lo imagina.

Llamo por teléfono a la también presidenta de la Uneac en Las Tunas. Después de los cariñosos saludos fraternos a que acostumbramos, y preguntarle por su salud y la de su octogenaria mamá, a su cuidado, le digo que me interesan detalles de su iniciativa Pesquisa literaria. Pero lo primero que hace es relatarme las innúmeras acciones que emprenden a diario los artistas y escritores de la provincia para quienes están en sus hogares como parte de las medidas de prevención dictadas con el fin de contener la propagación de la pandemia, empleando para ello las redes sociales y medios de difusión locales como el Periódico 26, Tunasvisión o Radio Victoria:

—Es increíble lo que están haciendo. Mira, Péglez, han dado recitales o clases on line, hacen lecturas de textos literarios, responden consultas de todo tipo…

—Sí, sí, sí, Chachi, pero… ¿y tu Pesquisa literaria? Ya se ha hablado mucho de ella…

—Ah, sí, tú sabes que los amigos son muy generosos. Creo que la primera en promoverla fue la periodista Anybis Labarta, que explicó en las redes que yo estaba atendiendo por el teléfono de mi casa, el 31340446, a todo el que quisiera consultarme algo sobre literatura, que les leyera un poema de su autor preferido, o simplemente conversar, y todo ha sido muy lindo. Después, la también periodista y poetisa Yelaine Martínez Herrera publicó en el Periódico 26 una pequeña entrevista que me hizo, donde yo explico todo esto, y que me han llamado personas de casi todas las edades y de casi todas las provincias. Por eso te digo que mis amigos periodistas han ayudado mucho…

—Dicen que tu teléfono no para de sonar.

—Imagínate, ¡pero es una cosa tan linda! ¡La gente necesita tanto comunicarse!

—¿Y no estás yendo al Comité Provincial de la Uneac?

—Bueno, desde que se orientaron las medidas de recogerse en los hogares, paso mucho tiempo en casa, donde como sabes debo atender a mi mamá… pero no creas, las tareas no se detienen, y varias veces a la semana tengo que ir a la Uneac para ocuparme de asuntos que no deben esperar.

—Imagino que será difícil calcular la cantidad de llamadas que has recibido.

—¡Ufff, imposible! Esto empezó el 24 de marzo. ¡Pero es tan lindo, Péglez! Mira, me llamó un guajiro de la Sierra Maestra para leerme sus décimas, un niño de Pinar del Río para que le dijera un poema a su abuelita, un profesor jubilado de Regla, para conversar simplemente, varias parejas de novios desde distintas latitudes, otra persona que quería conocer sobre la obra de Pablo Neruda, otras que quieren saber más de Nicolás Guillén o de Dulce María Loynaz… en fin, es una cantidad enorme de experiencias, todas diversas y de una emotividad humana muy grande.

“¡Ah, y un matrimonio de La Habana, de muchos años de casados!. Primero me habló el esposo y me dijo que le daría mi teléfono a su esposa para que ella me llamara y yo le leyera un poema en su nombre. Entonces ella se comunicó conmigo sin saber de qué se trataba, y yo hice lo que él me pidió. ¡Y ella se echó a llorar! Y aquella mujer no podía hablarme en medio de los sollozos, hasta que al fin pude calmarla y entonces me contó:

“Mire, es que mi esposo y yo nos conocemos desde niños y nos casamos muy jóvenes, y la gente me pregunta por qué yo lo quiero tanto, y ya usted ve, la respuesta está ahí, por cosas como esta es que yo amo a mi esposo”.

—¿Y qué haces cuando suena el timbre del teléfono?

—¿Yo? ¡Sonrío siempre y me voy a atender la llamada! Para mí siempre es ese un momento feliz.

Pero yo estoy seguro de que a Chachi no le ha pasado por la mente otra hermosura, por esos misterios que nos depara la propia poesía: la del intenso y bello parentesco que tiene esta experiencia que está protagonizando con aquel poema en una décima que ella escribió hace años:

Mujer-isla

Soy esa mujer que nombro,

que se lanzó sin la cuerda.

Soy un pez aunque se pierda

entre la Isla o tu hombro.

Viento aún, soy del asombro

para buscar el espejo,

el que cruzo, luz que dejo.

Esa mujer que se ofrece

en sombras, desaparece,

soy una voz, su reflejo.

Marina Lourdes Jacobo García (Chachi) (Puerto Padre, Las Tunas, 1965) es Profesora Instructora de arte en la especialidad de danza, Licenciada en Estudios Socioculturales, poetisa e investigadora. Tiene publicados los poemarios Abanicando relojes (Editorial Sanlope, 1995) y Con un rey ausente (Sed de Belleza Editores, Santa Clara, 2000). Aparece publicada en diferentes antologías en Cuba y el extranjero: En los límites de la voz (España, 1996); Mujer adentro (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2000); y Erodianas (Editorial Sanlope, Las Tunas, 2000). Sus textos poéticos se encuentran en diversas publicaciones periódicas, también nacionales y extranjeras. En el 2009 mereció el Premio Nacional de Reseña de libros de la revista cultural tunera Quehacer. Ha presidido, en Las Tunas, el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la Fundación Nicolás Guillén. Actualmente simultanea sus funciones como presidenta del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas con el Doctorado en Ciencias Pedagógicas que está cursando.

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