Dos operaciones involucran a Venezuela por estos días convulsos que estremecen al mundo con la pandemia de la Covid-19.
Una de ellas se genera en Washington, donde el presidente Donald Trump anunció una operación naval sin precedentes que será desplegada muy cerca de las costas del país sudamericano bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
El anuncio de la intervención del Comando Sur sucede después de que la Casa Blanca pusiera precio a la cabeza del presidente Nicolás Maduro y otros cargos del Estado venezolano, a quienes acusa de ser cabecillas de un cartel que introduce cocaína en territorio estadounidense.
El general Mark Miller, jefe del Estado Mayor Conjunto, anunció que miles de soldados, tropas navales, buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros están involucrados en esta acción.
Otra operación, totalmente distinta, ocurre en Venezuela, donde el gobierno está desplegado en el apoyo a numerosos compatriotas que, incluso a pie, llegan desde Bogotá y otras ciudades de Colombia en busca de resguardo ante el avance de la Covid-19.
Ello ocurre luego que el presidente colombiano, Iván Duque, rechazara una donación prometida por su homólogo venezolano de respiradores y otros insumos necesarios para enfrentar la enfermedad.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez informó en Caracas que Maduro ordenó el despliegue del Movimientos Somos Venezuela para atención de connacionales que regresan de Colombia ante la emergencia sanitaria que atraviesa la vecina nación suramericana.
En comparecencia televisiva la vicemandataria dijo que los compatriotas que retornan de Colombia reciben atención médica adecuada y deben estar en cuarentena por 14 días para evitar nuevos contagios.
Al propio tiempo, pidió la intervención de Naciones Unidas luego que cientos de venezolanos residentes en Colombia fueran desalojados y echados a la calle.
«Estamos viendo el regreso de muchos compatriotas. Los estamos recibiendo con los brazos abiertos. Vemos imágenes del estado Táchira, donde ya estamos aplicando protocolos», agregó.
Venezuela decretó cuarentena obligatoria por dos semanas en los estados receptores de las naciones fronterizas. Además, insistirá en conseguir coordinación epidemiológica ante la epidemia «pese al inaudito rechazo de Duque», indicó la alta funcionaria.
Todo esto ocurre cuando el gobierno colombiano, y otros que conspiran contra las autoridades venezolanas en el llamado Grupo de Lima, se sumaron a la «iniciativa» del gobierno estadounidense sobre un «gobierno de transición» en Venezuela.
No es nuevo este nuevo plan injerencista que va contra la institucionalidad de la patria de Bolívar, sus leyes y gobierno constitucional. Antes el propio Grupo de Lima, a cuyos integrantes Delcy Rodríguez calificó de «satélites» de Washington, manejaron injerencismos parecidos.
El exasesor presidencial peruano Alberto Adrianzén, calificó como una vergüenza el comunicado del grupo en apoyo al plan de Estados Unidos que, remarcó, amenaza militarmente a Venezuela.
Adrianzén se preguntó si las cancillerías de los países del Grupo de Lima, como Perú, ‘han sido atacadas por el virus de la mudez y la complicidad’ ante el despliegue militar que amenaza a Caracas.
Y no son pocos los analistas para quienes la fórmula estadounidense es un intento camuflado para incitar a las Fuerzas Armadas Bolivarianas y a los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela a la división y la traición. Otra conspiración más.
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