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Prodal no va a parar (+ Fotos)

Marysandra Llerena Patterson es procesadora en el área de termo formado de la empresa Prodal. Es de las encargadas de trabajar con la salchicha que allí producen, o como se diría en buen cubano: ella fabrica “perritos”.

Al centro Marysandra Llerena Patterson. “Estamos acostumbrados a trabajar en situaciones de contingencia. Tengo dos hijas en edad escolar, pero por mí Prodal no va a parar”. Foto: José R. Rodríguez Robleda

Su turno de labor lo componen 58 trabajadores, de ellos 20 mujeres, cinco de ellas con niños pequeños. Son tiempos difíciles: producir alimentos en medio del coronavirus, en momentos en que están suspendidas las clases en las escuelas, en que varían procederes en los círculos infantiles… en fin, cuando todos, las mujeres, en primer lugar, tienen que multiplicarse. Eso bien lo saben en la entidad, donde alrededor de 590 de ellas trabajan.

Marysandra tiene dos hijas, una de seis años y otra de 12. “Aquí  hemos aprendido a trabajar en situaciones de contingencia. Incluso lo hemos hecho de madrugada tras el azote de un huracán, o tras el tornado que golpeó La Habana el año pasado”, asegura.

“Por suerte, mi esposo también trabaja 12 horas y en horario alterno al mío. Cuando yo estoy aquí, él está con las niñas en la casa. Sí, estamos muy poco juntos, pero si no fuera así hubiéramos tenido que inventar. Ahora todas las mujeres, y la propia empresa, buscamos soluciones y no creo que se vaya a parar la producción”, refiere convencida de lo que dice.

Y como Marysandra hay muchas en Prodal. Diannys Pérez Cedeño, especialista en Higiene, es una de ellas. “Tengo dos hijos. Por suerte el mayorcito cuida de la más pequeña. También tengo mucha comprensión de mi esposo. Él formó parte del colectivo de Prodal y sabe que cuando hay tensiones en el país esta fábrica no puede parar”.

Nada de lamentos

A decir verdad, en medio de la difícil coyuntura por la COVID-19, esperaba encontrarme en Prodal con producciones disminuidas y máquinas paradas. Pero nada de lamentos, los niveles productivos de hoy son similares a los de semanas atrás.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

“Nuestro plan indica 60-65 toneladas diarias de productos. Eso es lo que estamos produciendo, y con el mismo surtido: hamburguesas, albóndigas, salchichas, jamonadas, chorizos, croquetas y otros”, nos indica Lester Domenech Parra, director comercial de la entidad.

“La peculiaridad es que por la casi desaparición del turismo, el único mercado que tenemos es el minorista: todo va para allí, incluso las 15-20 toneladas que diariamente enviábamos a hoteles y otros centros turísticos ahora van directamente a la población de todo el país, especialmente de La Habana, que recibe más que hace dos o tres semanas”, destaca Domenech Parra.

“Claro, agrega, si la situación se pone más complicada y se imponen afectaciones por falta de fuerza de trabajo, hemos previsto reordenamientos y sustitución de algunas fórmulas. Por suerte, hasta ahora podemos mantener el mismo equilibrio de producciones, especialmente las líderes: croqueta criolla y salchichas (los conocidos perritos).

 

Experiencias de otros tiempos difíciles

La mayoría de los cubanos conocen las producciones de Prodal. Su relación calidad-precio las convierte en aliadas de nuestras familias a la hora de sortear muchas de las dificultades al momento de ir a la mesa. Para percatarse del quehacer de esta emblemática empresa en tiempos de coronavirus hay que hablar con Isabel Noy, técnica en Seguridad y Salud del Trabajo.

“Ya tenemos experiencia de producir en situaciones difíciles, dijo. Aquí normalmente hay que cumplir rigurosas normas de seguridad e higiene, pues hay que garantizar la inocuidad de los alimentos, lo que ha favorecido ahora incrementar esas normativas. Es más, hay establecidas multas por incumplimiento de las normas de higiene. Pero ahora el rigor es mayor.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

“Desde que comenzó este problema hicimos audiencias sanitarias en cada área, colocamos pomos con agua clorada, y hacemos pesquisas diarias a todo el personal para descubrir cualquier síntoma sospechoso. En tiempos normales ningún enfermo puede trabajar aquí, pero ahora somos más inflexibles.

“Fíjese, ayer, de 651 trabajadores que teníamos en la fábrica, enviamos a 14 para sus casas por fiebre y tos. Felizmente ninguno ha tenido contagio.

“Como nosotros generamos gran cantidad de desperdicios y otros desechos contactamos con la entidad encargada de su recogida y decidimos que vinieran dos o tres veces al día. Además, es fundamental la exigencia para que ninguno de nuestros estibadores olvide el uso de mascarillas y guantes, toda vez que recibimos un alto nivel de mercancías importadas.

“Tenemos un problema grande, y es que en nuestras áreas nunca se permitió el uso de nasobucos. Hay aglomeración de personas en algunas líneas de producción, en especial en la de envase. Hemos pedido permiso para usarlos y necesitamos esa aprobación”.

 

A pesar de todo, no faltan previsiones

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Para tiempos difíciles, en que se dificultan cada vez más las importaciones, en Prodal hay previsiones. “La inmensa mayoría de nuestros insumos y materias primas son de importación. Por eso desde hace varios años dirigimos nuestros esfuerzos a identificar qué sustituir y ya tenemos varias fórmulas aprobadas con preparados alimenticios nacionales. Con su uso podríamos ahorrar hasta 100 toneladas de los que hoy importamos. Para ello establecimos estrategias productivas con distintos proveedores del país”, subraya Elizabeth Lendo, jefa de Aseguramiento.

“Es fundamental el encadenamiento con la industria nacional. Por ejemplo, podemos sustituir el llamado MDM (masa cárnica deshuesada) por picadillo de pescado y hoy el 70 % de las croquetas que van a la población son con picadillo de pescado nacional.

Ciertamente Prodal no paraliza su importante accionar, y desde la dirección de la entidad hay prudencia. “Indicamos un diagnóstico para saber si habría que suplir al  personal  impedido  de venir —principalmente mujeres— o si tendríamos que reagrupar brigadas”, señala.

Y agrega finalmente: “Si se complejiza el escenario crecerán los impactos, pero tenemos alternativas. No vamos a parar”.

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