Por: Yuleiky Obregón Macías y Yeris del Sauzal Francisco
Cuando hace casi tres años Waldy Germán Pérez, recibió su título de graduación como Médico se imaginó vistiendo su pulcrísima bata blanca y atendiendo a sus vecinos en el consultorio del barrio. Pensó en los tantos retos que tendría que enfrentar en las guardias del policlínico, o tal vez, se vio poniendo su estetoscopio a algún venezolano.
Lo que nunca le pasó por la mente, fue que tendría que arroparse de ese verde intenso, no momentáneamente para entrar a un área quirúrgica, sino durante 24 horas para enfrentar una pandemia en su propio país. Porque cuando pensaba en una situación similar, lo hacía viajando al pasado o a otras latitudes.
Pero Waldys fue unos de los primeros galenos espirituanos en incorporarse al centro de aislamiento habilitado en Sancti Spíritus, el Hospital de Rehabilitación Faustino Pérez Hernández, para atender a las personas sospechosas de portar el virus SARS CoV-2.
“Recibimos preparación con anterioridad en el área de Salud y luego la orientación llegó de primera mano, la impartieron los colegas que la recibieron directamente en el IPK. Pero es muy importante la autopreparación. Es una enfermedad emergente y por tanto, es necesario estar al tanto de todo lo nuevo que se dice con respecto a ella. Así es la vida del médico, de constante estudio y preparación”, refiere el galeno.
“Nos pidieron disposición y -claro- mi esposa y yo dijimos que estábamos listos para colaborar en nuestro país, o donde hiciera falta”, enfatiza el profesional, ya especializado en Medicina General Integral (MGI).
“Nunca pensé vivir una situación como ésta en mi propia provincia. Pero ha sido un orgullo profesional formar parte de esta experiencia, aunque quisiera que nunca hubiese sucedido. Para enfrentarla con éxito se necesita compromiso, valentía y muchos conocimientos, porque es una tarea grandísima luchar por la salud de tu pueblo”.
Aunque a través de la vía telefónica resulta imposible apreciar la expresión del joven galeno, su voz delata sentimientos de compromiso fidedigno por su profesión. De seguro, el orgullo de poder servir a su pueblo en tiempos difíciles, acentúa el verde intenso de su bata estéril.
Waldy atendió directamente a las personas bajo vigilancia epidemiológica que fueron contactos de los tres turistas italianos, quienes, luego de pernoctar una noche en un hostal de Trinidad, fueron confirmados como los primeros pacientes portadores del nuevo coronavirus en Cuba. Pero pasados casi 15 días del suceso, ha sido vigía fiel de la salud de muchos otros coterráneos.
“Los pacientes ameritan mucho apoyo psicológico además, del chequeo cotidiano a su evolución, a una enfermedad de base, o el tratamiento sintomático. Tienen dudas y preocupaciones sobre el tiempo en que estarán hospitalizados. Luchan con la incertidumbre de salir positivos y padecer una enfermedad que ha sido nefasta para muchos. Pero por lo general, todos lo que he atendido, han referido sentirse bien y satisfechos de la consagración del personal asistencial y de servicios; y de la gran preparación del sistema de salud cubano”, puntualizó.
La Covid- 19 ha supuesto muchos retos que involucran a toda la ciudadanía para ser responsable de cuidarnos unos a los otros. Para quienes están más cerca, la disciplina es antídoto personal, profesional y familiar.
“En el hospital todo está organizado desde el primer momento. Tenemos las condiciones necesarias de vestuario, incluidos los nasobucos, gafas, guantes, soluciones desinfectantes, y todo lo que se necesita para cuidar nuestra salud, y la de las personas aisladas. Cuando llegamos a casa, luego de desinfectarnos en el hospital, como establecen los protocolos, redoblamos las medidas, porque la salud de mi familia, también es muy importante”, acotó el joven médico espirituano.