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Covid-19: Una batalla a ganar con nuestra conducta (+Video)

El doctor Jorge Pérez Ávila está insatisfecho; esta vez no puede estar donde siempre, «en la candela». A dos meses de cumplir 75 años y con más de una condición crónica de salud que lo ubican en los grupos de riesgo frente a la covid-19, trabaja ahora como asesor desde su casa, muy próxima al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, ese IPK que ayudó a fundar y dirigió durante años.

 

Doctor Jorge Pérez, asesor del IPK. Foto: Agustín Borrego Torres.

 

Pero estar en lo que él llama “la retaguardia” no hace su aporte menos valioso. Estudia, revisa y realiza sugerencias sobre los diferentes protocolos terapéuticos que hoy maneja la comunidad científica internacional para atender a las personas que contraen el nuevo coronavirus, en comunicación constante con sus colegas en la primera línea de combate a la enfermedad.

El doctor está muy al tanto de la historia de los coronavirus y de las características principales del SARS-CoV-2, esta nueva variante que posee como rasgos fundamentales su gran capacidad de infestación, con un largo período de incubación de hasta 14 días que lo hacen trasmisible incluso antes de que empiecen los primeros síntomas.

“El peligro radica en que infesta a muchas personas y muy rápido. Además, causa mucho daño en la población con más de 50 años, y sobre todo en adultos mayores que padezcan cardiopatías, diabetes, hipertensión, inmunodepresión y problemas respiratorios”, argumentó.

La afectación sobre la función pulmonar, que en los casos más críticos obliga a usar una máquina respiradora, genera una crisis asistencial por la imposibilidad de atender a tantas personas a la vez. “Las noticias que llegan de otros países sobre la desconexión de una persona para ponerle la máquina a otra, son una disyuntiva ética muy grande para un médico”, razonó.

“Es el gran problema de este virus. Volvemos a lo que pasó cuando empezó la epidemia de sida”, dijo, al recordar el pánico que él mismo pudo apreciar al visitar la ciudad de San Francisco en 1989.

El doctor Jorge profundiza en las distintas combinaciones de medicamentos en uso para atenuar la covid-19, entre los cuales hay fármacos para otras enfermedades como la malaria, los propios antirretrovirales, el Interferón y hasta la Azitromicina.

No obstante, el experimentado médico enfatizó que lo principal es evitar el contagio. “Esta es una enfermedad que puedes contraer en un avión, en una cola, sentado en cualquier lugar. Por eso es la insistencia en que las personas permanezcan en sus casas”.

Cuba preparada y con retos

Conocedor de la salud pública internacional, el doctor reconoce las fortalezas y también nuestras amenazas frente a la pandemia. “Cuba tiene un sistema de salud y un gobierno que toma medidas a favor del pueblo, sin escatimar recursos. Tenemos servicios de salud muy asequibles, con médicos de familia, policlínicos. Pero también estamos en un momento difícil, con el bloqueo arreciado y limitaciones con el combustible que pueden dificultarnos, por ejemplo, el traslado de pacientes y hasta de las muestras de los análisis. Por eso lo importante es que la gente capte este mensaje: si te sientes mal, ve al médico, para tener un diagnóstico”, advirtió.

“El mundo no estaba preparado para esta infección. Cuba está mejor preparada que otros lugares, pero también somos parte de ese mundo. Si la gente no cumple con las medidas, podemos sufrir más esta epidemia, de la cual no es posible escapar. Hace falta que, con el accionar de todos, no se propague esta infección.

“La gente llega de otros países y no siempre tiene conciencia del riesgo, ¿y si se sienten mal y no dicen nada, si tienen miedo de ir al médico o de hacer la cuarentena? Son factores humanos. Por eso el llamado a que toda la ciudadanía coopere.

Foto: Agustín Borrego Torres.

 

“Hace unos días di una conferencia a médicos de la familia en el municipio de 10 de octubre, y les insistí: ese es el papel de ustedes, del residente que está allí, detectar los casos, ir a las casas, hacer la pesquisa activa, como hacen los estudiantes de medicina”, dijo, al comentarnos que una de sus nietas está en cuarto año de esa carrera: “Hay que explicarles bien por qué se hace”.

“Tenemos un pueblo instruido, con confianza en el sistema de salud. Es la hora de demostrar que no somos egoístas. Estamos en el deber de decir, fulano llegó y se está escondiendo. Y a ese que actúa de forma egoísta, hay que sacarlo de la casa y llevarlo al médico. Donde único se puede hacer eso es aquí en Cuba. En ninguna otra parte del mundo es posible, por la voluntad, el espíritu que tenemos y la forma de actuar nuestra”.

El doctor también hizo referencia a factores de nuestra idiosincrasia que es preciso tratar de contener: “somos muy de besos, cariños, abrazos, te paso la mano y te la vuelvo a pasar… Ahora no se puede hacer. Hay que guardar distancia. Esta batalla la tenemos que ganar con nuestra conducta”.

Posible curso de la covid-19

En relación con la preparación del personal de salud, Jorge Pérez destacó la cultura existente en el manejo de enfermedades infecciosas. Puso como ejemplo al propio IPK, un centro que desde su diseño en los años 80 del siglo pasado tuvo en cuenta tales precauciones, con edificios o bloques independientes entre sí, cuartos de aislamiento en las salas hospitalarias y lavamanos a la entrada de cada cubículo, por citar solo algunos ejemplos.

Desde la epidemia del virus del Ébola en África, el IPK cuenta además con una sala para aislamiento riguroso y un hospital de campaña donde recibió entrenamiento el personal médico cubano que en aquel momento prestó ayuda a las naciones afectadas. “Desde que un estudiante o profesional como parte de su preparación entra a nuestro Instituto, no puede dar un paso sin antes recibir las primeras clases de bioseguridad”, apuntó.

“Ahora hacemos otra vez seminarios, por dónde caminar, qué botar, cómo hacerlo… todo eso es educación”, explicó, al recordar que la efectividad de esa capacitación la demostró el hecho de que solo un médico internacionalista enfermó de Ébola, a quien él personalmente trajo consigo desde tierras africanas, atendió y curó, y que luego pidió regresar a completar su misión.

“Hay cultura sobre esto, y no solo en el IPK —aseguró el doctor Jorge—. Tenemos epidemiólogos, infectólogos, especialistas en estos procedimientos, que difieren de un virus a otro”.

Por último, el especialista nos ofreció su valoración sobre el posible curso de la covid-19 en el país, aunque admitió que no maneja los modelos matemáticos y previsiones oficiales, por lo cual las suyas son apreciaciones “desde fuera”.

“Creo que esto está comenzando. Muchas personas de Cuba faltan por entrar al país, y de ellas pudieran resultar positivas al diagnóstico un 2 o un 5 %. Si hacen bien la cuarentena, lo podemos contener. El número de casos debe ir en aumento durante unos quince días, y después, si la gente de verdad cumple las medidas, la cantidad debe comenzar a bajar, en alrededor de un mes”.

“Este virus tampoco tiene cara, como decíamos del VIH. No puedes reconocer quién lo porta antes de que los síntomas aparezcan. Tenemos más de mil personas ingresadas, y seguramente entre ellas habrá casos positivos.

“Las enfermedades respiratorias se trasmiten mejor en el invierno, y más mal en el verano. Pero ya este nuevo coronavirus está hasta en África, y aquí tenemos ahora 27 y hasta 30 grados de temperatura y se trasmite. No nos podemos confiar en eso”.

“De las medidas que se han ido implementando y de la conducta de nosotros, los cubanos, dependerá que está epidemia se abra más o menos”, concluyó.

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