Los 52 hoteles de Varadero cumplen un estricto programa de vigilancia epidemiológica dirigido a enfrentar al Coronavirus y contrarrestar sus intentos de pernoctar en los alojamientos del principal balneario cubano de sol y playa.
Aunque algunos trabajadores se sienten animados por el hecho de que las altas temperaturas frenarían los deseos del Covid-19 de querer alojarse por una larga estancia, no niegan la posibilidad de que, seducido por la belleza de la prestigiosa Playa Azul, la infección insista en asomarse.
“Por eso todo cuidado es poco para lidiar con esta enfermedad”, asegura Teresita Roosburgh Sotolongo, secretaria general del Buró Sindical del complejo hotelero Villa Cuba-Las Morlas, gestionado por las cadenas cubana Gran Caribe y la internacional Be Live Experience.
La experimentada dirigente sindical da fe del protocolo seguido para el cuidado de los clientes internos (los empleados) y también de los clientes externos (los turistas). Mientras ella lo explicaba, un trabajador se acercó con un líquido desinfectante para enjuagar mis manos, antes de servirme un delicioso café mañanero.
Ya se ha vuelto una práctica habitual en la instalación para enfrentar este nuevo problema, confiesa el jefe de turno de Seguridad, Rolando Pérez. “En el punto de acceso y de entrada de los trabajadores, están obligados a desinfectarse las manos con las preparaciones existentes (agua clorada) y lavarse las manos”.
Esa alternativa, aclaran, se le aplica también a todo el visitante que llegue a un complejo hotelero preferido por países como Italia, Canadá, Alemania y Rusia.
La doctora Sandra Martínez y el Licenciado en Enfermería Jesús Moreno, forman el equipo médico de un complejo receptivo de un elevado porcentaje de visitantes italianos, consecuencia de un club de clientes de esa nación europea, con sede en el Be Live Experience Las Morlas, donde 100 de las 148 habitaciones la ocupa ese segmento.
Eso explica el esmero en cada paso dado, por ser estos clientes de un país de riesgo. De hecho, muchos llegan a Varadero de la mano de Neos, la aerolínea italiana con dos frecuencias de vuelo al aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez, conocido como la terminal de Varadero, en la provincia de Matanzas.
“Ha sido fundamental para nosotros la participación en los consejos de dirección, para ir explicando las etapas de avances del Coronavirus e ir adoptando medidas actualizadas, como la de regresar a su casa al empleado que venga con alguna manifestación respiratoria.
“El mismo procedimiento aplica para los visitantes. Todo el personal que vea a un huésped con algún signo, se informa y se lleva al lugar indicado para atenderlo con lo mejor que se tenga”.
Explica la doctora que todo la observación de los clientes se realizas sin perturbarle su estancia en la instalación. “Se trata de detectar a tiempo cualquier sintomatología, sin que ello implique molestarlos. Eso sí, estamos muy pendientes”, acota el enfermero Jesús Moreno.
La doctora Sandra refiere la disciplina de los trabajadores en el acatamiento de procederes como el constante lavado de las manos, la limpieza de las superficies en el área de recepción, donde se le realiza la entrada a los huéspedes, o en los bares y cafeterías, así como también mantener la distancia de los huéspedes, una acción que alcanza a los empelados, a los que se les ha sugerido evitar saludarse con un beso en el rostro, una tradición cubana.
Un parte diario se envía a la dirección provincial de Higiene y Epidemiología con el total de clientes, en especial con los países clasificados como de riesgo.
La aplicación de estas medidas para preservar la salud de los clientes en el complejo Be Live Experience Villa Cuba-Las Morlas, no son un hecho aislado. En todo el país, se cierran las puertas para impedir que el Covid-19 pida alojamiento en el turismo cubano.
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