La tarde en Luyanó este domingo 8 de marzo fue para mujeres especiales. El pretexto era excelente: 20 años del tercer oro olímpico de Sídney de las conocidas mundialmente como Espectaculares Morenas del Caribe. Y hasta la peña deportiva En Caliente, del restaurant La Fela, llegaron diez de ellas, dispuestas a contar historias, a recordar, a volver a rematar con su carisma, sencillez y nobleza de siempre.
Regla Torres, Yumilka Ruiz, Norka Latamblet, Mercedes Pomares, Marta Sánchez, Marlenis Costa, Zoila Barros, Libertad González, Mirta Luis y Raisa O´Farril comenzaron a emocionarse con las primeras imágenes. Luego los colegas René Navarro y Luis Alberto Izquierdo harían de coach, cual permanentes guardianes de miles de narraciones y títulos que sus voces inmortalizaron en el corazón de los cubanos.
Y un bombo de preguntas sacó de ellas nuevos premios. Pomares describió la realidad de cuánta falta hace recuperar en la generación actual de voleibolistas el empeño y el amor con ellas jugaban, a la par de entrenar más en la parte técnica. Marlenis pasó el balón —como lo hizo en Barcelona, Atlanta y Sídney— con sentencias únicas: “para nosotras lo más importante era la disciplina y el compromiso con nuestra gente”.
Norka recordó que entre tantos equipos enfrentados el de Estados Unidos en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983 fue el más espinoso y cual golpe de nostalgia y definición Mirta, la hermana de la grande Mireya Luis, prefirió la palabra honestidad para resumir a dos profesores ilustres: Eugenio George y Antonio Perdomo.
Libertad rememoró la lógica renovación que hubo entre varias generaciones de Morenas del Caribe (término acuñado por el profe Navarro no sin pocos cuestionamientos en aquella época), mientras Marta Sánchez descubría que su primer deporte fue el baloncesto y su mayor inspiración como atleta fue y será siempre Ana Fidelia Quiros.
De momento una llamada internacional no prevista rompió por segundos la ronda de confesiones. Mireya, la capitana de siempre, “la de Camagüey y para el mundo” no pudo aguantar las emociones por lo que veía desde Internet y solo atinó a hilvanar palabras de respeto, admiración y cariño para quienes “tuvieron el honor de educarnos como cubanas patriotas, por encima de cualquier medalla mundial u olímpica”.
El ritmo de las preguntas sufrió también de bloqueos, cuando Raisa O Farril detuvo una posible selección de seis jugadoras para un equipo de ensueño, “no por ser injusta, sino porque habría que hacer más de cuatro selecciones ideales”. Tocó el turno a Zoila, quien habló de sus amistades y admiraciones fuera del voleibol y no pudo evitar volver a mencionar a Ana Fidelia, las judocas que dirigía Ronaldo Veitía o baloncestistas como Leonor Borrel.
La recta final encontró a Yumilka Ruiz definiendo qué significa ser una Espectacular Morena del Caribe. “Es aprendizaje, unidad, trabajo, no rendirse nunca, ser perseverante, no defraudar nunca a tus entrenadores, familia y al pueblo. Era un peso muy grande que todavía llevamos hoy aunque ya no estemos en la cancha”.
Y Regla Torres entonces quedó para el cierre. Como en Sídney y el último punto frente a las rusas. Se atrevió a colocar en un podio los mejores momentos del voleibol cubano que ella vivió. En bronce dejó los títulos ganados en Grand Prix; en plata los tres títulos olímpicos y para el oro escogió el partido final contra Brasil en el campeonato mundial de 1994, cuando en poco más de una hora silenciaron a las auriverdes en su propia casa con un primer parcial que todavía es récord para esa disciplina 15-2.
La tarde en Luyanó este domingo 8 de marzo fue para mujeres especiales. Fotos, autógrafos, vestidas con la elegancia que siempre tuvieron tras salir de los tabloncillos, y dispuestas a continuar siendo un ejemplo para el deporte cubano no hubo mejor cierre para esta crónica que el de un joven habitual a la peña deportiva: “las vi jugar de niño y he cumplido un sueño, verlas frente a mí de grande”.
Las Espectaculares Morenas del Caribe nunca han salido del corazón de su pueblo. ¡Felicidades!