Lo mismo llevando bata de médico que bata de casa, igual sosteniendo en la mano una herramienta, una tiza, una espumadera o un fusil, las mujeres en esta Isla hacen Cuba cada día, dándole la razón al Presidente, quien las calificara de “guerreras cotidianas” con motivo del Día Internacional de la Mujer celebrado el pasado año.
En este país la economía igual crece con nombre de mujer, baste recordar que, repartidas entre los más de 85 mil colectivos laborales, más de 1 millón 600 mil trabajadoras aportan su empeño a la actualización del modelo económico cubano.
Cuando se tensan esfuerzos para que la industria nacional rinda al máximo, para incrementar las exportaciones, potenciar encadenamientos productivos y usar de modo eficiente recursos y presupuestos, ahí está también la presencia femenina.
Así lo reconocía durante el X Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la segunda secretaria del Comité Nacional de esa organización, Arelys Santana: “Esa presencia es cada vez más notable, pues las cifras de la participación femenina en los sectores de la economía de la Isla continúan en ascenso. Marcamos una diferencia sustancial con la realidad de otros países”.
Sin melindres, dando lo mejor de cada una, las cubanas van hombro con hombro junto a sus compañeros de trabajo sumando dedicación por una cada vez mayor calidad de los productos y servicios, por ahorrar cuanto sea posible, por crear e innovar.
En el sector de la economía estatal suman el 49% del total; en el no estatal, el 19,2%. Según datos del Anuario Estadísticos de Cuba (ONEI), en el apartado Empleo y Salario edición 2019, los sectores de la economía que acogen al mayor número de mujeres son Salud pública y asistencia social (con 328 mil 800), Educación (con 306 mil 900), Comercio (con 167 mil 700); y Hoteles y restaurantes (con 126 mil).
También en la agricultura, en la administración pública, la defensa, la industria manufacturera… donde quiera que Cuba crezca y produzca, lo mismo bienes que servicios, allí estará la mujer.
Todo ello, frente a las cada vez más rabiosas arremetidas del bloqueo estadounidense, que igual golpea en el trabajo que en la casa, donde arcaicos prejuicios sexista todavía hacen que sobre las mujeres recaiga la responsabilidad de los quehaceres hogareños.
Trabajadoras con doble jornada
Aun cuando existen señales de que van desdibujándose desigualdades, estereotipos y mitos en cuanto al género, mientras los hombres dedican, como promedio, 17 horas semanales a las labores domésticas, las mujeres dedican 27 horas.
Y más compleja se vuelve aún esta carga cuando se trata de mujeres trabajadoras, quienes luego de concluir su jornada laboral, inician -como tendencia- una segunda jornada no remunerada entre calderos, escobas y ropa por lavar.
Así lo determinó la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, cuyos valiosos resultados también evidenciaron que los hombres dedican al trabajo remunerado 12 horas semanales más que las mujeres.
Dicho estudio además reveló prejuicios todavía enraizados en cuanto a los trabajos que supuestamente son para las mujeres. Más del 90% de las personas entrevistadas consideraron como “oficios adecuados” para Ellas los de secretaria, auxiliar de limpieza, enfermera, cuidadora de otras personas, maestra de niños preescolares y dirigente de alto nivel. Paradójica y felizmente, la realidad económica de la Isla evidencia otra verdad.
Incluso, no son escasos los medios de prensa, incluido nuestro periódico Trabajadores, que han dedicado espacios a divulgar sobre la ocupación de mujeres en oficios no tradicionales. Mujeres árbitros de béisbol, operadoras de grúas, prácticos de puerto, jefas de cooperativas, pilotos…
No obstante los rezagos sexistas que la propia Encuesta Nacional puso al descubierto, la misma también ratificó que el 88,7% de los encuestados considera que en Cuba se aplican las leyes que protegen a las mujeres.
Suman 14 las políticas y 35 los programas referidos a Educación, Salud, Deporte, Cultura, Trabajo y Seguridad Social, entre otros, donde se integra, mediante diversos procesos, mecanismos y normas, el Objetivo de Desarrollo Sostenible referido a la igualdad de género.
Un puntal significativo en la protección a la mujer lo es la nueva Constitución de la República, que establece importante base legal en favor de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en Cuba, a la vez que dedica un aparte a las familias en su diversidad. A partir de esa Ley de leyes, se desarrollará y actualizará el marco normativo en cuanto a esos temas.
No se borran de un plumazo los estereotipos, pero coexistiendo todavía con ellos, Cuba fue el primer país del mundo en firmar la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y luego fue el segundo en ratificarla.
Voces femeninas en el sindicato
Aun cuando su presencia es innegable en la cotidianidad de esta geografía caribeña, ningún prejuicio ni estereotipo sexistas asomó su oreja peluda cuando las mujeres pidieron la palabra en sus colectivos laborales durante las cerca de 70 mil asambleas -realizadas desde junio del pasado año en todo el país- para la discusión y análisis del Plan y el presupuesto en este 2020.
Desde el compromiso, a veces sin demasiados números ni tecnicismos, pero sustentadas en la experiencia y el sentido de pertenencia, las trabajadoras cubanas también alzaron la voz para dar a conocer sus preocupaciones y propuestas de solución, desde el pedazo de realidad que les toca.
Y, como todos, fueron escuchadas con el respeto que se han ganado a lo largo de la historia. No por gusto, desde 1983, en la nómina de los trabajadores más admirables y entregados del país, han tenido su puesto 63 mujeres Heroínas Nacionales del Trabajo.
Convencida de que participar en la conformación del Plan, en función de lo establecido en los Lineamientos del VII Congreso del Partido, hace a todos más dueños, la participación femenina se sumó en esas asambleas a pronunciamientos para evitar el desvío de recursos, identificar importaciones a sustituir, proponer cómo lograr mayor eficiencia en medio de las tenciones impuestas por el bloqueo estadounidense, comentar sobre posibles impactos en los salarios, sobre medidas de control interno y contable…
Este tiene que ser un año transformador porque marca el primer aniversario, en abril próximo, del XXI Congreso de la CTC, por tanto, han de cambiar las maneras de hacer, el liderazgo y el aporte del sindicato a las prioridades de la economía nacional, una lucha por mayores garantías a nuestras prestaciones sociales, así había asegurado el secretario general de la CTC y miembro del Buró Político, Ulises Guilarte de Nacimiento, y las trabajadoras cubanas lo están ratificando junto a los colectivos obreros.
Mujeres, presencia viva de la Revolución
Texto y fotos: Agustín Borrego
Las cubanas son presencia viva de la Revolución, sustento de cada obra, de cada hecho, detalle y resultado forjados durante más de 60 años. Su participación es decisiva, en la vida económica, social y cultural de nuestro país.
La ferviente defensa del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, del papel cardinal de las féminas en el desarrollo del país, lo motivó a expresar «la mujer es una Revolución dentro de la Revolución».
Las mujeres han ocupado y ocupan puestos relevantes en la educación, la salud, la agricultura, la ciencia, la cultura y el deporte; son internacionalistas, federadas, heroínas. Frente al cruel bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra Cuba, hace casi seis décadas, ellas rompen obstáculos y demuestran que la Revolución es indetenible.
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Rostros de mujer
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“Por las necesidades de maestros que tenía el país, me incorporé a trabajar con solo 16 años, en 1973. Me hice maestra tras varios años de estudio. Después de estar un tiempo en el municipio de Banes, me incorporé en 1978 a esta escuela, donde siempre me preocupé porque mis estudiantes aprendieran, que es la tarea más importante de un maestro. Y en la actualidad me da mucha satisfacción ver el fruto de mi obra”, cuenta. (Leer más)
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Se le conoce por Loly, apodo que le ha acompañado por el cariño ganado a fuerza de ser directa, clara y exacta desde la infancia y adolescencia. El sobrenombre quedó para siempre, se mantiene con total aprecio, pero cargado del respeto que le añade el cargo que desempeña con estricto compromiso desde hace más de una década. (Leer más) [/tab][/tabs]