El nombre de Reina le viene como anillo al dedo. ¿Será por eso que ha podido enseñorearse con éxito en el ámbito de la dirección empresarial en el país? ¿Será por eso que es la primera mujer nombrada como gerente general de la empresa mixta cubano-francesa ELF Gas Cuba?
Pues no, el desempeño de la santiaguera Reina María Núñez Espinosa, nada tiene que ver con el azar, más bien con el talento y el empeño por hacer las cosas bien.
Así fue desde sus años mozos, mucho más cuando en 1985 se graduó como licenciada en derecho de la Universidad de Oriente y comenzó a laboral en el Tribunal Popular Municipal de Santiago de Cuba, sitio en el cual supo sopesar las cualidades que hasta hoy sigue equilibrando en la balanza: exigencia y comprensión, rectitud y justeza.
“Mente fría y corazón ardiente”, como ella misma dice.
Con esos talantes transitó como jueza, jefa de la sala de lo penal hasta presidenta del Tribunal Popular Provincial en Santiago de Cuba.
“Fue una etapa intensa, de crecimiento laboral en el que aprendí lecciones de profesionalismo y de vida, además de entender que es más ventajoso escuchar que hablar, propiciar la dirección participativa porque cualquier persona, desde un jefe hasta el obrero más sencillo te puede enseñar un mundo de cosas”.
Con esa máxima llegó en el 2003 al Grupo Jurídico de Cuba Petróleo (Cupet) en la provincia santiaguera, poco tiempo después le pidieron “aguantar” como directora de Gas Licuado en la provincia, algo que duró unos seis años, y en junio del 2013 la designan como gerente general de la empresa mixta cubano-francesa ELF Gas Cuba, con sede en la Ciudad Héroe.
“Desde que se fundó, en 1997, de conjunto con el Grupo Total, cuarto en importancia a nivel mundial dentro del sector petroquímico y energético, la entidad había sido dirigida exclusivamente por franceses; es lógico imaginar entonces lo que implicaba ser la primera nacional, mujer además, en asumir ese desafío».
“Pude hacerlo, y he llegado hasta este día en el cargo, gracias a muchísimas personas y oportunidades que han aparecido en mi camino».
“Primero que todo la familia, donde encuentro apoyo y comprensión, con mis hijos Gabriela y Juan Carlos, las dos nietas, mi hermana y hasta mis vecinos, todos incondicionales, dispuestos a cubrirme las espaldas.
“Puntal ha sido igualmente la preparación recibida en Cupet, donde existe un sistema para la capacitación a trabajadores y cuadros, además de la ventaja que representa ser jurista, con herramientas y dominio en todo el entramado legal que ello facilita”.
Tal vez por modestia Reina María no habla de otras cuestiones que le han granjeado dominio y respeto en el sector petroquímico en el país.
Su afán por la autosuperación y su desenfado a la hora de estar en el lugar y el momento donde más pueda aprender, lo mismo en Cuba que en Venezuela, España o Panamá, de día o de madrugada, encima de un camión de distribución de combustible, en pleno proceso de descarga en la refinería, o imbuida en los detalles de los procesos inversionistas para modernizar la planta.
Qué decir del tiempo dedicado a conocer de válvulas, de composición química del gas licuado del petróleo (GLP), de llenado de cilindros, de seguridad industrial para que la ELF siga libre de accidentes.
Tal vez por eso un viejo conocido no se cansa de repetirle: “Usted es jurista de profesión y química de pantalones”.
Ella es, a no dudarlo, ejemplo fiel de que el respeto no se impone, se conquista, tal y como reconocen quienes la rodean en el día a día, los de más experiencia y los de menos años, en quienes muy especialmente confía y estimula para que triunfen.
Por estos días anda feliz luego de que la planta que dirige, responsable de la distribución de GLP a todo el oriente cubano, lograra estabilizar la producción a 14 mil cilindros llenados en una jornada de 12 horas de trabajo, tras los tensos días de restricciones con la entrada de combustible al país, en los que solo promediaban entre 3 mil y 8 mil.
Que no decaiga ese ritmo productivo, que su empresa y el país avancen, que la familia siga como bastón de apoyo y los amigos se multipliquen en el camino que aún le queda por recorrer, son sueños de esta santiaguera que no por gusto se llama Reina.