Varios cronistas de los años de la conquista española aseguran que la guitarra fue el primer instrumento musical ejecutado en Cuba después de los fotutos de concha (caracoles marinos), las flautas y los tambores que hacían sonar los indios aborígenes. De tal modo, el popular instrumento de cuerdas se convirtió en uno de los más apreciados y utilizados en todo el archipiélago, primero en el acompañamiento o interpretación de diferentes temas y posteriormente en el nacimiento y desarrollo de la música clásica, cuyos orígenes se atribuyen a relevantes figuras como Clara Romero, Isaac Nicola, Clara (Cuqui) Nicola y Marta Cuervo Riverón, precursores de la Escuela Cubana de Guitarra (ECG).
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, y gracias al interés del Gobierno por incentivar la práctica y evolución de la guitarra clásica a través del sistema de enseñanza artística, relevantes profesores como —además de los ya mencionados— Marianela Bonet y Leopoldina Núñez Lacret, pusieron en práctica un unificado método para el aprendizaje de este instrumento, dando origen así al surgimiento de la ECG, conformada por una nueva generación de guitarristas y compositores, entre los que se destaca, por sus aportes a la técnica y el repertorio, Leo Brouwer, nieto de Ernestina Lecuona, quien comenzó sus estudios con su padre, y después de cierto tiempo continuó con Isaac Nicola, en tanto realizaba erudiciones autodidactas de armonía, contrapunto, formas musicales e instrumentación, antes de culminar sus estudios en la Juilliard School y en la Universidad de Hartford, en Estados Unidos.
La ECG ha adquirido reconocimiento y respeto a escala internacional, gracias a la formación y desempeño de Brouwer y otras figuras como José Rey de la Torre, Juan Antonio Mercadal y Joaquín Clerch.
Mabel González Torres: “la guitarra de concierto está experimentando un resurgir”
La Universidad de las Artes (Instituto Superior de Arte) ha graduado numerosos guitarristas concertistas cuyos sólidos caminos hacia el éxito ya pueden distinguirse. Tal es el caso de Mabel González Torres (La Habana, 1984), con quien, en vísperas del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, dialogamos sobre algunos temas relacionados con este género de la música, a través del cual tiene previsto realizar dos conciertos. El primero de ellos será el día 19 de marzo, a las 2.00 p.m., en la Casa de la Obrapía, en La Habana Vieja, en homenaje a la mujer cubana, y el otro será el 3 de mayo (3:00 p.m.), en el Museo de la Revolución, junto a la destacada y joven Orquesta de Cámara A-rimas, que dirige la maestra Samira Fernández.
Según esta carismática guitarrista, colaboradora sistemática del Proyecto Cultural Palacio de los Torcedores, en la actualidad “la guitarra de concierto está experimentando un resurgir, un nuevo y beneficioso ciclo de vida. Se realizan conciertos en todo el país, no solamente asumidos por solistas, sino también, por diferentes formatos: dúos, tríos, cuartetos y orquestas de guitarra de muy buena calidad. También hay interés de los graduados en tocar y desarrollarse como solistas, eso es hermoso y valiente a la vez, pues no es un secreto que subsistir de la guitarra clásica es un desafío, en Cuba existe poco trabajo para ejercer este oficio».
“Otro aspecto positivo —agregó— es la existencia de festivales que, aunque aún son pocos, estimulan la relación con el público de este bello y muy difícil instrumento, como son el Encuentro Internacional de Guitarra Identidades, el Concurso y Festival de Guitarra de La Habana, y el joven festival de Cienfuegos Edgardo Martin In Memoriam”.
“Fue vital para el desarrollo de la Escuela Cubana de Guitarra la existencia de un genio como Leo Brouwer”
De los logros más importantes de la guitarra clásica en nuestro país, Mabel mencionó “la existencia de una ECG, creada por Clara Romero de Nicola —madre del maestro y pedagogo Isaac Nicola—, quien la institucionalizó después del triunfo de la Revolución, para así contribuir a que alcanzara gran prestigio a nivel internacional, prueba de ello es la presencia de guitarristas concertistas cubanos en todo el mundo. Ellos han puesto, y ponen, en alto el nombre de Cuba, como Manuel Barruecos, Joaquín Clerch, Marcos Tamayo, Jorge Luis Zamora, Rey Guerra y Aldo Rodríguez, entre otros”.
Significó, además, que también “fue vital para el desarrollo de la ECG la existencia de un genio como Leo Brouwer, artífice que hizo trascender, a escala mundial, dicha escuela y es el creador del reconocido Concurso y Festival de Guitarra de La Habana en 1982 (retomado actualmente por los maestros Jesús Ortega y Joaquín Clerch) y en el que han participado grandes guitarristas de todo el orbe. Sin dudas fue una época de oro, de gran estímulo para la guitarra clásica en Cuba».
“Los jóvenes compositores no crean mucho o nada para este instrumento”
Entre los aspectos más débiles, que de cierta manera obstaculizan “el mejor desarrollo insular de la guitarra de concierto pudiera mencionarte el hecho de que no existen suficientes espacios destinados a su promoción, la cual tampoco es recurrente en los medios. Por otra parte, los jóvenes compositores no crean mucho o nada para este instrumento. Algunos alegan que es muy difícil, y entonces los interpretes debemos seguir acudiendo al repertorio clásico universal, que aunque es necesario incluirlo en el nuestro, es asimismo importante, concebir e incrementar las piezas para la guitarra clásica cubana, sobre todo la que se identifique con nuestra música.
“Sería muy estimulante —enfatizó— escuchar todos los géneros en la guitarra concertante. Otro aspecto negativo ha sido el éxodo de algunos de los más grandes intérpretes y referentes. No obstante, se trabaja duro en las escuelas para mantener el alto nivel técnico y musical que ha caracterizado a la ECG”.
Ovacionada en dos ocasiones en Francia, primero en el Festival Internacional de Música Universitaria (FIMU), en el año 2009, y luego durante una gira por toda la geografía de ese país europeo como integrante del ya extinto Cuarteto de Guitarras (2017), Mabel recuerda entre los momentos más relevantes de su aun corta trayectoria artística “el haberme graduado con Título de Oro en el Instituto Superior de Arte (Isa), ser parte de la Orquesta de Guitarra Sonatas Habaneras (como concertino y guitarra principal), etapa muy importante en mi desarrollo como intérprete y que me abrió el camino como solista y así defender la música cubana y latinoamericana con mi instrumento”.
“Es impresionante la sensibilidad del público cubano cuando se le brinda un concierto de calidad y con amor”
Con evidentes muestras de alegría en el agraciado rostro de esta muchacha de notable estatura, pelo largo y una gallarda complexión física, recordó, además, su “ingreso como solista en el Centro Nacional de Música de Conciertos, un soñado anhelo que exigió mucho sacrificio; así como mi participación como solista en varios conciertos de la Orquesta Sinfónica de Oriente y de la Orquesta de Cámara de La Habana. Como aspectos relevantes no puedo dejar de mencionar la participación, en mis conciertos como solista, de músicos tan geniales como Rolando Luna, Lázaro Rivero (El Fino), Javier Zalba, el dúo Martin, Ensemble Vocal Luna, y la Orquesta de Cámara A-rimas, entre otros”.
Alumna destacada de profesores de la talla de Marta Cuervo, Sergio Morales, Roberto Kessel y Jesús Ortega, la reconocida instrumentista finalmente dijo que “es impresionante la sensibilidad del público cubano cuando se le brinda un concierto de calidad y con amor. La guitarra clásica es bella y emana una gran ternura e intimidad. Debemos ayudar a que el público siga creciendo y disfrutando de nuestra música, con un repertorio atractivo, virtuoso y creativo, además de vincular la guitarra con otras artes, formatos y estilos musicales, así como a otros instrumentos y, lo más importante, unirnos todos los guitarristas cubanos donde quiera que estén (estudiantes, maestros, todos), pues en la unión está la fuerza de este movimiento”.
Otros artistas destacados de la Escuela Cubana de Guitarra
En la década de los años 60 del pasado siglo, varias generaciones de intérpretes, profesores y compositores se formaron en la ECG en instituciones educacionales como la Escuela Nacional de Arte, y el Instituto Superior de Arte. Otros guitarristas, tales como Manuel Barrueco, un concertista de fama internacional, desarrollaron sus carreras fuera del país.
Entre los muchos artistas destacados en la guitarra clásica, además de los ya mencionados por Mabel: Carlos Molina, Sergio Vitier, Efraín Amador Piñero, Flores Chaviano, Armando Rodríguez Ruidíaz, Martín Pedreira, Lester Carrodeguas, Mario Daly, José Angel Pérez Puentes y Teresa Madiedo.
Un grupo más joven incluye a: Rey Guerra, Félix Puig, José Armando Guzmán, Pedro Cañas, Leyda Lombard, Eduardo Martín, Walfrido Domínguez, Esteban Campusano, Jorge Luis Zamora, Manuel Espinás, Alfredo Panebianco, Carlos Alberto Lloró, Jorge Luis Garcell, Alexis Méndez, Rubén González, Freddy Pérez, Rosa Matos, Iliana Matos, Rafael Padrón, Amed Dickinson, Marco Tamayo, Alejandro González, Ernesto Tamayo, René Izquierdo, Miguel Bonachea, Gerardo Pérez Capdevila, Edel Muñoz, Yalil Guerra, Alejandro Gonzáles, Alí Arango, Lazara Luisa Díaz, Carlos Vázquez Matos y Carlos Ernesto Varona Velázquez.
Reconocidos compositores cubanos en este género:
Muchos compositores cubanos, varios de ellos guitarristas, han contribuido a crear una colección de obras que pudiera servir de apoyo a los esfuerzos didácticos y estéticos de la ECG. Antes de 1959, algunos compositores como Amadeo Roldán, José Ardévol, Joaquín Nin Culmell, Natalio Galán y Harold Gramatges comenzaron a componer música para la guitarra clásica.
Aparte de Leo Brouwer, que puede ser considerado como el compositor cubano más importante para la guitarra durante el Siglo XX y principios del XXI, otros compositores han creado obras originales, música didáctica y transcripciones para este instrumento. Entre ellos, además de los ya citados por Mabel: Carlos Fariñas, Nilo Rodríguez, Flores Chaviano, Efraín Amador Piñero, Armando Rodríguez Ruidíaz, José Angel Pérez Puentes, Martín Pedreira, Julio Roloff y Yalil Guerra.