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Empresa Estatal Socialista: destrabar las trabas

Como se ha reiterado infinidad de veces, la Empresa Estatal Socialista (EES) es el eslabón esencial de la economía cubana. Así está refrendado en la Constitución de la República (artículo 27), en los Lineamientos de la Política Económica del Partido y la Revolución y en la Conceptualización del Modelo Económico Cubano. De los resultados de su gestión depende, en lo fundamental, el comportamiento económico del país.

Empresa de Cereales – Cienfuegos. La Empresa Estatal Socialista está urgida de una mayor eficiencia y mejores resultados integrales. Foto: Modesto Gutiérrez, ACN

En varios escenarios en los cuales he podido estar, como en los dos últimos congresos de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec), se ha abordado el tema, principalmente desde la óptica de los académicos, cuyas consideraciones siempre deben ser escuchadas y tomadas muy en cuenta.

La realidad evidencia que la EES aún no despega lo requerido y en su gestión persisten trabas que deben ser destrabadas cuanto antes. A ese asunto se ha referido en diversas ocasiones Miguel Díaz─Canel Bermúdez, Presidente de la República.

En el más reciente pleno del Comité Nacional de la Anec se hizo una valoración profunda al respecto.

Sobre la base de lo señalado en esa ocasión y lo registrado a través de la labor periodística cotidiana, figuran entre otros, que la proyección estratégica definida por las empresas no constituye un instrumento real para la adopción de decisiones; aún se mantiene un elevado nivel de centralización y rigidez en el proceso de planificación, lo que no incentiva el desarrollo, y la entidad no decide su forma de gestión.

También resulta evidente que en las estructuras de dirección los grupos empresariales son demasiado grandes y abarcadores y algunos agrupan a empresas con características muy diversas.

Las unidades empresariales de base (UEB) merecen un análisis diferenciado, pues hay múltiples elementos de inconformidad en cuanto a su establecimiento, niveles de subordinación y prerrogativas. Por ejemplo, algunas de ellas, por sus particularidades, merecen ser una empresa.

Por otro lado, los controles administrativos resultan excesivos, y en cuanto a la necesidad de incrementar las exportaciones y reducir las importaciones, son pobres los incentivos, debido al tipo de cambio monetario, las formas de financiamiento y a otros factores de influencia.

¿Qué puede hacerse entonces?

Las respuestas adecuadas las tienen los especialistas y quienes deciden, pero en un acercamiento periodístico a ellas pudiéramos señalar las siguientes:

Ante todo resulta imprescindible la aprobación de una Ley de Empresa, que defina las facultades de carácter general, sin que constituya una camisa de fuerza; definir un patrón de especialización estratégica que sirva de guía al desarrollo empresarial; evaluar el plan fundamentalmente por los indicadores de gestión y otorgarle más flexibilidad al proceso de modificación del mismo; que cada empresa determine cómo gestionar y bajo qué sistema, y pueda contar con más autonomía para estimular a los trabajadores y los procedimientos para el proceso inversionista.

En la misma línea de pensamiento, debe estudiarse la forma de estructura empresarial y los criterios de agrupación y organización; crear mayores incentivos de financiamiento a la exportación y la sustitución de importaciones; adecuar los sistemas de control a los diferentes sectores; eliminar la duplicidad de la información; diseñar una política de cuadros específica para el sector empresarial, sobre la base de sus particularidades, y perfeccionar las exigencias y mecanismos para la selección de los directivos.

Evidentemente, la cantidad de trabas y posibles soluciones resulta mayor que las esbozadas. Solo el hecho de que se determinen y analicen constituye un paso esencial en la aspiración de fortalecer cada vez más la EES.

De igual manera, deben tenerse muy presente las 28 medidas aprobadas para robustecer ese eslabón de la cadena económica cubana. En ellas están resumidos numerosos aspectos que favorecen en sí la flexibilización, la gestión de créditos financieros y comerciales, las relaciones con las entidades mixtas y el sector no estatal, las facultades de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (Osde) para la modificación del plan, el incremento del pago de utilidades a los trabajadores y el desarrollo de investigaciones y de acciones de capacitación.

En la EES está el presente y el futuro del desarrollo económico del país.

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