Cuando hace tres años nos quedamos sin la clasificación al Mundial deBéisbol Sub-23 en el certamen panamericano, muchas críticas se levantaron. Hoy, la tropa comandada por Eriel Sánchez logró el boleto con fecha adelantada y un subítulo final al caer por la mínima 1-0 frente a Nicargua. Y en medio de la lógica alegría, no faltan quienes subestiman el resultado como si este sueño no costara. Y bastante.
Es cierto que el torneo tuvo ausentes de gran calidad (Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico), y México por ser la sede de la justa universal tampoco acudió. Sin embargo, los nuestros vencieron a todos los que encontraron a su paso en la fase preliminar y Súper Ronda, con excepción de Nicaragua, que dicho sea paso, es uno de los países que más ha crecido en cuanto a organizar un sistema competitivo de calidad en este deporte.
La tarea cumplida por los jóvenes talentos estuvo marcada por un excelente trabajo monticular con nombres que veremos quizás en el cercano preolímpico de Arizona como Yosimar Cousín, Andy Rodríguez y Brayan Chi, sin olvidar buenas faenas de Pablo Luis Guillén, Jonathan Carbó y Yankiel Mauri. Tres blanqueadas y apenas 14 carreras permitidas (de ellas la mitad sucias) hablan de un área que en los últimos eventos internacionales no ha sido la oveja negra.
Todo lo contrario volvió a ser la ofensiva a pesar del promedio de 391 en la etapa clasificatoria, pues con las excepciones de Guatemala, Argentina y Honduras su labor se redujo a pocos sencillos por partido, aunque sí llegaron los batazos oportunos para los triunfos. La adaptación a siete entradas resultó quizás un arma de doble filo, de la cual salimos airosos no sin antes mirar con recelo una defensa que pudo ser más precisa.
El sueño de estos muchachos y de los seguidores del béisbol cubano encuentra con este desempeño lo mejor a nivel continental desde el título, en la categoría elite, en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007. ¿Son estos peloteros los mismos que nos representarán en el mundial de octubre? Muchos sí, otros habrá que seguirlos en la venidera Serie Nacional y hasta algunos descartados ahora como el tunero Denis Peña pueden ser convocados en el futuro.
Para el espirituano Eriel una reverencia con aprendizaje. Debe ser quien termine el ciclo hasta la cita del orbe, junto a su cuerpo de entrenadores. Antes de partir a Honduras y Nicaragua solo atinó a decir: “Vamos por ganar el boleto y luego discutir el título”. Ambas cosas las echó en su saco de mentor debutante en la arena internacional, aunque en la final los locales nicaragüenses se impusieron por segunda vez en el torneo, algo que jamás había sucedido contra un equipo Cuba en ninguna categoría.
Cerró así una lid a la sombra de estadísticas y sitio oficial, algo poco común en los tiempos que corren.La próxima parada exigirá más táctica e inteligencia.
