En recordación a los aniversarios 125 del reinicio de la lucha independentista contra el colonialismo español en Cuba y 121 de la entrada triunfal de las tropas insurrectas en La Habana, tuvo lugar este lunes la inauguración de salas expositivas en la casona donde vivió temporalmente el Generalísimo Máximo Gómez, al concluir la guerra emancipadora.
Ubicada en los parajes de La Quinta de los Molinos, la mansión convertida en museo tras un programa de restauración capital, ofrece una amplia visión de la trayectoria del insigne estratega militar, objetos personales, cartas, documentos e imágenes de su participación en la contienda emancipadora junto a otros patriotas.
Al decir del doctor Eusebio Leal Spengler, historiador de la ciudad de La Habana, este lugar es un homenaje perenne al General en Jefe del Ejército Libertador de Cuba, a su esposa Bernarda Toro Pelegrín y a su hijo, el joven capitán mambí Panchito Gómez Toro, caído en combate junto al Lugarteniente General Antonio Maceo.
En el día de hoy –expresó- llegamos a la frontera de todo cuanto podía restaurarse en este recinto y agradeció la contribución de los trabajadores de la Quinta, a los jardineros, niños con necesidades educativas especiales, así como a los restauradores, arquitectos y al personal de la Unión de Historiadores de Cuba, al Instituto de Historia y a la Oficina de Asuntos Históricos y el Centro de Información para la Memoria
Dedicamos esta obra al aniversario 501 de nuestra capital, a los padres de nuestra independencia, dijo Leal Spengler en el acto que contó con la presencia de Luis Antonio Torres Iribar, primer secretario del Partido Comunista en La Habana; Alpidio Alonso, ministro de Cultura, y Reinaldo García Zapata, Gobernador de La Habana , entre otros invitados.
En declaraciones a la prensa, Leonardo Pascual Mesa, director de la Quinta de los Molinos y María Isabel Martínez Oliver, jefa del departamento de inversiones del Malecón y extramuros de la Oficina del Historiador de la Ciudad, se refirió a las tareas llevadas a cabo para rescatar la belleza de la mansión que además fue casa de verano de los Capitanes Generales de la metrópoli española en la Isla y posteriormente cuartel general del Ejercito Libertador.