Alrededor de 463 millones de personas en el planeta viven con diabetes. Por lo que se considera una “catástrofe mundial en salud”, más allá de una epidemia. Al margen de esta situación la directora del Instituto de Endocrinología, Ileydis Iglesias Marichal, señaló que es perfectamente posible vivir con este padecimiento.
Para la endocrinóloga, también especialista en Medicina General Integral, esta condición crónica constituye la primera causa de ceguera en edad productiva, así como de la enfermedad renal, diálisis y trasplante. Es el paciente que más se infarta y amputa, y muchas veces es obeso.
En el 2005, Cuba tuvo 32, 5 pacientes por cada mil habitantes diagnosticados con diabetes, prevalencia que ha ido incrementándose y ya en el 2019 esta cifra ascendió a 66.7. No obstante, gracias a nuestro sistema de salud quienes la padecen tienen una esperanza de vida similar a otros que no la presentan.
Precisó que las defunciones han aumentado. En los últimos 8 años es la octava causa básica de muerte (es decir, lo que se plasma en el certificado de defunción), aunque el primer lugar lo ocupan las enfermedades cardiovasculares, y la diabetes es responsable de muchas causas por estas muertes.
“Siempre decimos que ser diabético es equivalente a haber sufrido un infarto, aunque no haya ocurrido; esto se debe al daño que va ocasionando la enfermedad tanto a la micro como a la macrocirculación. De ahí el daño en la retina, las arterias, los nervios, y todo lo relacionado con el riñón”.
¿Factores de riesgo?
“Obesidad, sobrepeso corporal, sedentarismo, consumo adecuado o mínimo de alcohol y cigarro, hipertensión arterial, trastornos de los lípidos, entre otros. Hoy ya existe evidencia científica sobre la relación existente entre el hábito de fumar y el cáncer con la diabetes”.
¿Qué consejos nutricionales daría?
“Dieta significa restricción y no nos gusta que nos restrinjan. Por eso los endocrinólogos y diabetólogos hablamos de nutrición saludable y actividad física, válidas para el diabético y para la población en general.
“La calidad de vida se afecta cuando una persona se enferma, y enfermarse genera costos no sólo para el paciente y la familia sino para el sistema de salud, aun cuando en Cuba se ofrezcan de manera gratuita. Hoy la población se muestra muy alarmada cuando falta un medicamento u otro, sobre todo si este es uno de los que no existen en nuestro cuadro básico y los encontramos en el mercado internacional.
“De cualquier forma, es necesaria la prescripción y el cumplimiento de la medicación como la indica el médico, pero estamos convencidos que el tratamiento de la diabetes comienza con la educación y los cambios en el estilo de vida. Si esto se cumple es posible vivir con diabetes 80 y más años».
“Hay que alejar estos pensamientos: `no se debe`, `no se puede`, `ser diabético es una desgracia`, `la insulina es lo peor del mundo`, pues son inciertos. Decimos que 50 centavos de CUC cuesta un refresco de lata, por ese mismo valor se pueden adquirir cinco o seis guayabas, preparar un pomo de jugo y comer más sano. El aceite, por ejemplo, lo encontramos costoso en el mercado y muchos opinan, entonces ¿por qué comer frito?
“¿Quién dice que los diabéticos no pueden comer boniato o malanga?, solo que son carbohidratos y se debe conocer la cantidad y frecuencia con que los ingerimos. Debemos realizar un cálculo de lo que necesita cada paciente, en función del peso ideal para una persona con diabetes y su actividad física. Es decir, que si mide 1, 75 usted debe pesar 70 kilos. Basado en esto obtendríamos los requerimientos en calorías a consumir. Lo que no debe -esté controlado o no- es ingerir en una misma comida arroz, frijoles, malanga, boniato en cuantías considerables.
“La proteína (hay que alentar a la población para que consuma proteína de origen vegetal) se puede ingerir en cada comida, solo es necesario tener en cuenta la cantidad. El bistec debe ser del tamaño del puño. Hay que quitar la grasa de las carnes, hervirlas, eso es nutrición saludable”.
¿Cuáles serían los mensajes más importantes para los pacientes?
“Con el azúcar alta su merienda no debe ser fruta, porque estas tienen azúcares, unas más que otras, como es el caso del mango. Algunas personas incluso refieren que algunas frutas como la piña, el mango o el platanito, les incrementa los niveles de glucosa, pues todos los organismos no reaccionan igual.
“Ahora, si la glucemia está elevada, quizás, no deba merendar o sólo ingerir un té. Hay que decirle a la población que tomar agua baja los niveles de azúcar, pues la diabetes no es otra cosa que un estado de deshidratación, donde prima mucha azúcar y poca agua. Eso mismo debe hacer el paciente obeso durante las comidas, de esta forma ingiere menos alimentos».
“¿La pizza?, puede comerla a la hora del almuerzo y No como merienda, y si aún se queda con apetito son recomendables las frutas y los vegetales. En cuanto a los dulces debemos `respetarlos` (no solo los diabéticos), pues el azúcar es veneno. De ello no escapan los refrescos de gas, también con altos concentrados de conservantes.
“Es un error suministrar a los niños alimentos azucarados. Hoy la evidencia científica señala que los pequeños no deben consumirlos antes de los dos años de edad».
“Resulta necesario mantener el control del colesterol y los triglicéridos. A veces la gente no sabe que el primero aumenta con el consumo de los derivados de la leche, y dicen `yo no como frito`, pero Sí consumen queso, mayonesa, mantequilla, leche amarilla, yogurt. En los triglicéridos influyen los dulces, las harinas, el alcohol y el cigarro».
“Hay que velar por la atención bucal, pues se ha demostrado que el diabético con sepsis oral (caries) es más propenso a infartarse. Otro aspecto es que todavía tenemos registros muy bajos de pacientes diabéticos que no se chequean la función renal. Es, sencillamente, recoger la orina y hacer un test de microalbuminuria, con ello buscaríamos la enfermedad renal oculta, retinopatías tempranas y algún riesgo cardiovascular”.
¿Las mujeres y la diabetes?
“En relación con este tema me interesa trasmitir tres mensajes. Primero, la mujer que vive con la enfermedad antes de salir embarazada debe, como mínimo un año antes, estar controlada y de conjunto con el médico decidir cuál es el momento ideal para tener el bebé.
“Por otra parte, hay quienes poseen otros factores de riesgo (sobrepeso e hipertensión) y deciden tener un embarazo sin controlar estos indicadores. Entonces, durante el período gestacional debutan con una diabetes, lo cual ocasiona complicaciones para la salud de la madre y del niño».
“Otro elemento que me preocupa está relacionado con el seguimiento a las mujeres que tuvieron una diabetes durante el embarazo y después del parto está desapareció. Tal antecedente constituye un factor de riesgo temprano para padecer una diabetes tipo II”.
¿Respecto a los adultos mayores?
“El envejecimiento poblacional en Cuba es indetenible. El adulto mayor necesita atención de la familia, de los proveedores de salud, de la sociedad. Por lo general, tiene más de una enfermedad y, por lo tanto, toma mayor cantidad de medicamentos».
“Muchos ancianos viven solos o forman parte de núcleos donde los familiares trabajan y la atención —infelizmente— no es la mejor. Si son diabéticos, a veces son más disciplinados, quieren cumplirlo todo cabalmente y una glucemia de 7 u 8 les preocupa. Pero no hay por qué pretender que la tenga en 5″.
“Si además viven solos, no se alimentan adecuadamente y se acuestan a dormir sin tomar algo (leche, jugo, galleticas, yogurt) pueden fallecer por tener niveles bajos de azúcar. Estos pacientes tienen otros requerimientos y enfermedades que deben atenderse de manera integral. Es probable que sean ciegos o débiles visuales y pueden equivocarse a la hora de tomar la pastilla o al poner una cantidad de insulina».
“Sobre ello hay que hacerle un llamado a la población, no en balde el lema fundamental del Día Mundial del pasado año fue La diabetes concierne a la familia. Y eso hay que tenerlo muy presente”.