El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo en la mañana de este lunes un encuentro con profesores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, de La Habana, y con expertos de otros universos.
Hablar o escribir correctamente es asunto de primer orden, pues en la Lengua, que ante todo entraña un valor de identidad, somos. Se aprende, uno nutre el espíritu cuando escucha ideas tales, que explicadas por un maestro como Juan Ramón Montaño, asesor técnico-docente de la Dirección de Formación del Ministerio de Educación Superior, hacen pensar.
«La meta está en que sintamos orgullo por la variante cubana del Español», afirmó el docente en la mañana de este lunes, durante un encuentro que el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo en el Palacio de la Revolución con profesores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas «Enrique José Varona», de La Habana, y con expertos de otros universos del saber.
A modo de continuidad de una reunión que tuvo lugar en enero del presente año, la agenda de esta vez versó sobre la enseñanza de la Lengua Española y la Literatura, y sobre las neurociencias aplicadas a la educación. Este encuentro contó con la presencia del viceprimer ministro, Roberto Morales Ojeda, así como los titulares de Educación y Educación Superior, Ena Elsa Velázquez Cobiella y José Ramón Saborido Loidi.
En referencia al impacto social de la aplicación de las neurociencias en la sociedad -del cual se dijo por los especialistas en la reunión de enero que ayudará a desentrañar cómo ocurre el aprendizaje en el cerebro y cómo se pone de manifiesto la diversidad de vías, estilos de aprendizaje y de enseñanzas en las aulas cubanas-, el Jefe de Estado valoró la importancia de que ya se trabaje en los Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO), como resultado de un proyecto entre la Universidad de las Ciencias Pedagógicas y el Centro de Neurociencias de Cuba, el cual ha concebido actividades de capacitación, pruebas dinámicas para pulsar el funcionamiento de los CDO, y doctorados conjuntos por parte de ambas entidades.
Particular énfasis mostraron los profesionales que tienen en sus manos la formación de los nuevos maestros, en la enseñanza de la Lengua Española y la Literatura.
Los profesores coincidieron en que cada clase debe ponerse en función de formar seres cultos, creativos, educados. Se trata, sin embargo, de procesos complejos, por lo cual hace falta el empeño de cada profesor de Español y Literatura, y también de quienes imparten cualquier otra materia, así como de comunicadores, dirigentes, y la sociedad toda.
Estimular a los estudiantes en el ejercicio del pensar; incluir en los planes de estudios obras literarias tradicionales pero también de la contemporaneidad -sobre todo cubanas-, y fomentar la lectura como método martiano de ahondar en la vida, fueron temas en torno a los cuales reflexionaron los maestros. De igual manera el diseño de una Política Lingüística que atraviese todos los procesos formativos resultó punto de partida para más de un análisis.
En un gesto que también tuvieron otros profesores, el doctor Juan Ramón Montaño dio las gracias a la máxima dirección del país por hacer tiempo para este tipo de encuentros. «Creo que hay una voluntad política en Cuba de la cual debemos sentir orgullo», dijo él en alusión a los esfuerzos que se han hecho por impartir materias que son troncos raigales como las Matemáticas, la Historia o la Lengua materna.
El profesor no pasó por alto, sin embargo, que hay un deterioro creciente, entre cubanos, del uso de la Lengua; y que eso merece atención, porque, si ese modo de expresión se daña, otros ámbitos de la vida también comenzarían a deteriorarse.
Juan Ramón Montaño trajo a colación ejemplos como Martí y Fidel, quienes nunca se cansaron de tener en el lenguaje un arma de lucha. «Todo signo es signo ideológico», alertó; y afirmó que necesitamos lectores inteligentes y críticos, capaces de abrirse paso en el mundo de hoy, tan lleno de falsas noticias.
De otros caminos habló el profesor: de hacer alianzas institucionales, y de que los medios de comunicación asuman una campaña de bien público por el bien hablar -cuyo propósito medular no es hacerlo ni más ni menos bonito sino esencialmente decente.
Hacia el final de una reunión rica en conceptos, el Presidente cubano hizo referencia a la idea, compartida por todos, de que se han hecho enormes esfuerzos en el perfeccionamiento del dominio de la Lengua, cuyo frutos impactan en el desarrollo de la sociedad. Subrayó, sin embargo, que todavía hay enormes insatisfacciones ante cómo se está empleando el Español.
En tal sentido no obvió realidades como las Nuevas Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones, las cuales plantean otras maneras de usar el lenguaje. Señaló, además, la amenaza que los centros hegemónicos de poder, con su afán colonizador, representan para la identidad de los pueblos; y resaltó la trascendencia de conformar un plan de acciones, una Política Lingüística que sea amplia y trabaje en todos los ámbitos, para asumir con eficacia las complejidades de un tema como este.
Habrá otros encuentros para dar seguimiento a lo que se va haciendo, y para seguir reflexionando sobre cómo hacer para que Cuba siga creciendo en esa dimensión cardinal de su espiritualidad.
(Tomado de Presidencia)