El calor extremo ocasiona una pérdida de productividad laboral que podría costarle a la India — el segundo país más poblado del mundo y una de las principales potencias emergentes—, entre el 2,5 y el 4,5 % de su producto interno bruto (PIB) para el año 2030.
Así lo revela un nuevo estudio del centro internacional de investigaciones económicas McKinsey Global Institute (MGI), recientemente divulgado, que confirma una anterior investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, de Naciones Unidas), donde se advierte del severo impacto que ocasionará el cambio climático en la productividad laboral.
Según el informe de MGI, del cual se ha hecho eco la agencia Internacional Press Service (IPS), el trabajo al aire libre produce aproximadamente la mitad del PIB de la nación asiática desde el año 2017; y en ese país, hasta el 75 % de la fuerza laboral total trabaja en áreas exteriores donde las personas están expuestas durante parte de la jornada laboral al calor extremo o altas temperaturas, como ocurre en la agricultura, la construcción, la minería y otras ocupaciones.
La mayoría de los trabajadores consultados durante la investigación dijeron que la exposición a la radiación solar directa les causó un mayor cansancio y agotamiento; algunos sufrieron mareos, náuseas, pérdida de apetito, debilidad y desmayos, mientras otros dijeron que se les nublaba la visión, se mareaban por la noche, se irritaban y se sentían impedidos para analizar.
Asimismo, la mayor parte se quejó también de dolor muscular-esquelético, que se desencadena por la pérdida de sales corporales debido a la sudoración excesiva.
Mekala Krishnan, investigadora principal del MGI y coautora del informe, afirma que la cantidad efectiva de horas de luz al aire libre perdidas en un año promedio, debido a la caída de la productividad laboral, aumentaría en aproximadamente 15 % para el año 2030, en comparación con la actualidad.
Para el año 2050 se espera que algunas partes de la India se encuentren bajo una presión de calor y humedad tan intensa que trabajar fuera no sería viable durante casi el 30 % de las horas anuales con luz solar, agrega Krishnan.
Las olas de calor en la India están en ascenso. Mientras en el año 1970 se produjeron 44 de ellas, en el 2017 su número se elevó a 524, aunque al año siguiente se redujo hasta 484. Tras la ola de calor que en el 2015 costó la vida de 2 mil 81 personas —la cifra más elevada desde 1970—, a partir del 2017 ese fenómeno es clasificado como un desastre nacional, junto con inundaciones, terremotos y otros graves trastornos naturales y medioambientales.
Anualmente, las olas de calor ya matan a unas 12 mil personas en todo el mundo, una cifra que según la Organización Mundial de la Salud crecerá a 255 mil fallecidos anuales para el año 2050, si no se pone freno al aumento global de las temperaturas, trastorno climático ocasionado básicamente por la concentración en la atmósfera de los gases de efecto invernadero generados por actividades humanas.
La productividad laboral en el trabajo al aire libre continuará disminuyendo en la India y a nivel mundial, porque los trabajadores estarán obligados a tomar descansos más largos y más frecuentes debido al efecto que el calor ocasiona en su salud física y mental, sentencia el reporte del MGI.
Los expertos estiman además que el calor extremo contribuirá a incrementar la desigualdad económica en el planeta, porque las regiones más afectadas serán las más pobres. Ello se debe, principalmente, a que a menudo esas zonas tienen climas más agresivos hacia el organismo humano, dependen más del trabajo al aire libre y carecen de los recursos necesarios para adaptarse rápidamente a los trastornos que ocasiona al clima global el progresivo calentamiento que padece la Tierra.