“Boyeros es uno de los municipios donde más llueve y por ello una de las soluciones para darles cauce a las aguas de lluvia fue crear una zanja que se extiende por el frente de nuestras casas desde Santiago de las Vegas hasta el reparto 1.º de Mayo, pasando por el reparto Mulgoba.
“Sucede que por esa zanja no fluye el agua de lluvia sino que constantemente vienen acompañadas de las albañales, que nos dan los buenos días y las buenas noches, y que son provenientes de las redes de alcantarillado adyacentes a la zanja.
“Los organismos encargados de solucionar el problema, Empresa de Saneamiento Básico de La Habana y Aguas de La Habana, han tratado de arreglar, pero solo han dado soluciones temporales mediante “parches cogidos con saliva” que solo duran unos meses.
“Además de la pestilencia y las disímiles cosas que arrastran esas aguas frente a nuestros hogares, representan una seria amenaza para la salud, dadas las potenciales infecciones, además de servir de lugar ideal para mosquitos, roedores y cucarachas, portadores de enfermedades.
“Para mayor pesar, las tuberías de desagüe y de agua potable recorren juntas la misma ruta y las aguas negras de las primeras bañan en buena parte a la segunda.
“Mi nombre es Kenny López Guerrero y estoy consciente de las limitaciones, pero creo que estamos planteando que debe ser una prioridad un problema que ya dura más de 15 años. En el 2018 un funcionario de Aguas de La Habana afirmó que se había aprobado un presupuesto y que quizás se demoraría unos meses, pero que se le daría solución al problema.
“La realidad es que dos años después todo ha empeorado y nada de soluciones”.