La costurera, recurso primero de la industria cubana de las confecciones textiles, defiende la economía puntada a puntada para coser hasta las contingencias del día a día en este oficio. Su más relevante hazaña fue la confección en tiempo récord de los uniformes escolares destinados al inicio del presente curso académico.
Tal proeza acaeció antes de septiembre pasado. Así de titánica y sin precedentes fue calificada la tarea, a pesar de las 90 máquinas inertes por la falta de operadoras, en las fábricas pertenecientes a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Confecciones Trébol, de la provincia de Ciego de Ávila.
Una de las razones de la inactividad fue la cantidad de plazas vacantes y otra la partida de las cosedoras hacia puestos del mismo empleo, pero mejor remunerados en el sector no estatal. Las que se quedaron, todavía no han podido «zurcir» ese déficit de fuerza calificada porque el salario es de las cosas que allí siguen con «pespuntes negros».
Aunque el fondo salarial anual aprobado crece, con vistas a lograr un promedio mensual por trabajador de 520 pesos y el real de la etapa anterior fue de 353, no deja de constituir una preocupación para Saray Fernández Gómez, del establecimiento en Morón.
«Propusimos 67 mil 500 unidades físicas y nos asignaron 94 mil 500 para 24 costureras, puede ser que los tejidos no lleguen en tiempo y se afecte el pago de contra que el sueldo es bajo», ejemplificó.
María del Carmen Viltres, directora de la UEB, explicó en la asamblea de presentación del plan económico 2020, que está almacenada en la entidad la mitad de la materia prima y el resto en la unidad comercializadora Abraxas, en La Habana, con vistas a garantizar las producciones del primer semestre.
No obstante, Maricelis Alonso Pérez, trabajadora de las oficinas en Trébol, propuso algo parecido al reforzamiento de las costuras de la gestión de aseguramiento por parte de la Empresa Nacional de Confecciones Boga.
La también secretaria del núcleo del Partido en la UEB reclamó el acoplamiento de los mecanismos de distribución de los recursos para que no se repita el hecho de venir al territorio avileño cuatro camiones desde la capital, porque enviaron las telas y no los botones, el hilo y demás accesorios, lo que demoró la fabricación de los uniformes para el personal de Etecsa, su cliente de mayor demanda.
Trébol enfrenta un año nuevo más tenso que el 2019. Ahora los retos están relacionados con la necesidad de incrementar las producciones alternativas para, junto a las tradicionales planificadas, multiplicar los ingresos a base de mayor calidad y control de los inventarios, porque se trata en estos tiempos de producir, coordinar, contratar y vender, con vistas a evitar esos rotos de los problemas subjetivos que impiden la coherente relación entre el «botón» (plan económico) y el «ojal» (presupuesto estatal).