Las artes escénicas de Cuba están de fiesta: el prolífero dramaturgo cubano doctor Abel González Melo (La Habana, 1980) obtuvo el codiciado Premio Casa de las Américas 2020, edición 61, en el apartado de Teatro, con la obra Bayamesa. Réquiem por María Luisa Milanés.
El texto galardonado expone, al decir del jurado, “una dramaturgia madura que fluye de manera clara y profunda, además de mantener la tensión dramática, y cautivar al difundir la vida y la obra de una gran poetisa del siglo XIX, mujer poco conocida y que padece una discriminación y opresión social y familiar que aún prevalecen y por manejar recursos expresivos metateatrales con personajes convincentes que otorgan modernidad a la escritura, en un texto preciso y listo para la puesta en escena y para su publicación”.
El tribunal en el apartado de teatro estuvo conformado por Lowell Fiet (Puerto Rico), Estela Leñero (México) y Oriol González (Cuba).
Abel fue el único cubano en alcanzar el Premio Casa 2020, el resto de los laureados son de México (cuento), Brasil (literatura brasileña), Puerto Rico (ensayo de tema artístico-literario), Martinica (literatura caribeña en francés y creol), Guatemala (estudios sobre culturas originarias de América). Por su parte, Emerio Medina, de Cuba, obtuvo Mención en cuento con la obra Welcome, señor Kerry
Durante la ceremonia de premiación, presidida por Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de las Américas, y Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, además de numerosas personalidades de las letras insulares, la también prestigiosa escritora Mercedes Melo, madre de Abelito —como se le conoce en los medios teatrales—, evidentemente emocionada y orgullosa por la nueva noticia sobre el quehacer artístico de su hijo, dio lectura a un texto remitido por él en el que expresa que fue imposible asistir a este acto por encontrase en esos momentos “en una geografía no tan lejana, junto al elenco del Teatro Avante, que hoy mismo estrena Bayamesa”.
En sus palabras, asimismo, agradeció al jurado y al equipo de Casa, que “preservando el legado de Haydée Santamaría y Roberto Fernández Retamar y de tantos maestros fundadores (…) hace posible cada año este emblemático Premio”.
El dramaturgo enfatizó que la pieza, escrita en el año del centenario de la muerte de María Luisa Milanés, “es una ficción documental inspirada en la vida y la obra de la gran poeta cubana María Luisa Milanés (1893-1919)”, y puntualiza: “He pasado meses sumergido en sus versos y su biografía, entre cartas, testimonios y fotos amarillentas. Leyéndola, admirándola, soñándola. Emocionándome con cada hallazgo. Queriendo devolverla, mediante el teatro, a la realidad”.
Teatro Avante, de Miami, había hecho una premiere de la obra, bajo la dirección de Mario Ernesto Sánchez, durante el 34º Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami, (25 al 28 de julio de 2019), el cual auspicia esa compañía y que tuvo como escenario el Carnival Studio Theater.
El espectáculo, volvió a representarse en la Florida, el pasado jueves 30 enero de 2020, durante el evento Culture Shock, especialmente concebido para un público joven, esta vez en el Auditorio del Condado de Miami-Dade. Ese mismo día fueron entregados los premios Casa de las Américas 2020.
Con el admirable uso del lenguaje que caracteriza la producción literaria de Abel, Bayamesa es una obra que aborda el teatro dentro del teatro, para exponer la historia de un grupo de actores que descubren varios textos inéditos de la Milanés y a partir de allí asumir una puesta en escena que recrea la tempestuosa vida de la escritora, quien sufrió agobio psicológico y moral por el excesivo control que sobre ella ejercía el padre, un respetado general de la Guerra de Independencia, a quien en sus misivas la poetisa calificó como El Káiser, título en alemán que significa emperador. Con marcados sentimientos de patriotismo, la poetisa también sobrellevó el dolor de sentirse traicionada por su marido, un Don Juan mujeriego.
Con tales elementos biográficos, así como a través de la poesía de la Milanés, quien en uno de sus versos se cuestionaba ¿Morirá mi recuerdo, morirá en el olvido?, el joven autor la reivindica a través de su probado ejercicio dramatúrgico, del que sobresale un texto con matices líricos, en el que asimismo destaca la personalidad de una figura casi olvidada que descolló también como valiente criolla nacionalista, resistida en su natal ciudad de Bayamo, contrariamente a su padre, a los dogmas de la época colonial en la que vivió e infructuosamente intentó amar con intensidad.
“…un ser apasionado que se aferra a la lucha de la mujer contra la opresión social y los condicionamientos culturales de su tiempo. Asimismo, el autor saca de la penumbra la valía de una cubana no ubicada en el sitio relevante, que considera le correspondería dentro del romanticismo poético nacional. La audacia de la pluma de Abel González Melo y la pasión con que cada uno de los creadores que interviene en el montaje asume su rol, eleva el texto de esa historia local al rango de un conflicto universal que aún padecen muchas mujeres en el mundo”, apunta la colega Norah Hamze en la revista digital Cubaescena.
Según el guión de Abel, los protagonistas de la pieza asumen primero un trabajo de mesa que los conducirá a la posterior representación de los más significativos personajes que tuvieron que ver con su existencia. Ejercicio complicado en el engranaje de una dramaturgia fácilmente interpretada por el espectador, sobre todo por la claridad y excelente uso del lenguaje, gracias a lo cual al ser estrenada en el verano pasado en Miami por Teatro Avante, durante las celebraciones por el aniversario 40 de esa compañía, la pieza fue un rotundo éxito de público y de crítica.
González Melo comenzó el año 2020 con su cadena de lauros al recibir, junto con Argos Teatro y Los impertinentes, el Premio Villanueva de la Asociación de Artistas Escénicos de la Uneac, por la puesta en escena de su obra El principio de Arquímedes, la cual fue ovacionada por el numeroso público que la disfrutó.
El descollante escritor es Licenciado en Teatrología por el Instituto Superior de Arte de La Habana y Máster en Teatro y Artes Escénicas por la Universidad Complutense de Madrid. Dentro de su producción dramática se destaca Chamaco, Premio de la Embajada de España en Cuba (2005); traducida a una decena de idiomas. Fue publicada en Argentina, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Venezuela, y estrenada por Argos Teatro en el Teatro Nacional de Cuba –montaje que también obtuvo el Premio Villanueva de la Crítica Teatral–, Semaver Kumpanya en Estambul, La Vida Teatro en Ciudad de México y Teatro HOME en Manchester, entre otros, además de haber sido llevada al cine.
Considerada su obra dramatúrgica más sobresaliente Chamaco, ha sido escenificada en Olavarría, Argentina, además de leída en inglés en el festival Crossing Borders de Two River Theater, New Jersey, y en esloveno en la Academia de Teatro de Liubliana.
Sobre esta producción literaria, el diario Frente, de México, comentó: “es una obra que toca fondo en asuntos que, aunque pudieran parecer exclusivos de la sociedad cubana, son más que identificables en la mexicana”.
Otro de sus títulos, Nevada, fue estrenada en Estados Unidos, producida en inglés, con traducción de Yael Prizant y dirección de Otto Minera, en el Freed Center for the Performing Arts, dentro del International Play Festival de Ohio Northern University. Y Sistema, pieza con la que González Melo obtuviera Mención de Honor en el Premio Casa de las Américas en el año 2014, clausuró la 1ª Muestra de Dramaturgia Iberoamericana de Santiago de Chile.
Otros títulos de Abelito han sido editados y representados con resonancia entre los espectadores y teatrólogos, como Talco y Por gusto. Entre los galardones de dramaturgia que ha obtenido en Cuba se encuentran el Premio de la Crítica Literaria por Sistema, el Premio de la Unión de Escritores y Artistas por Mecánica y el Premio Virgilio Piñera por Epopeya –estrenada en 2016 por Aguijón Theater, en Chicago.
Como dramaturgo ha tenido el gran privilegio de haber visto representadas casi todas sus obras con gran éxito de público. Es editor de la revista cubana de artes escénicas Tablas y ha trabajado como asesor dramático de Teatro El público y Origami Teatro. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Trabajos suyos han aparecido en numerosas publicaciones culturales cubanas como Tablas, Revista Revolución y Cultura, El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, La Mojiganga, Manita en el suelo, Extramuros, Gestus, Perro huevero, Cúpulas, La Jiribilla, Cubaliteraria, Actualidad Escénica Cubana, así como en la revista española Encuentro. Ha sido reconocido por el público y la crítica en teatro, narrativa y poesía mediante otros premios que atesora, entre ellos, el Alejo Carpentier de Ensayo (2009), Premio Calendario por sus obras Memorias de cera (1998), Temor del que contempla (2002) y El hábito y la virtud (2005), además del José Jacinto Milanés por sus obras Ubú sin cuernos (2002) y Adentro (2005), el de crítica Teatral Mario Rodríguez Alemán de la Uneac 2004, Dador otorgado por el Instituto Cubano del Libro por Ubú sin cuerno (2003), Luis Rogelio Nogueras por Perderás la tierra (2004) y Yorich (Ensayo) por El teatro que nos falta (2001).
Argos Teatro, la prestigiosa compañía insignia del teatro de González Melo, ha escenificado varios de sus grandes éxitos, entre ellos Mecánica, en 2015, dirigida por su gran amigo Carlos Celdrán — Premio Nacional de Teatro 2016 y también director de esa compañía—, pieza que fue disfrutada por miles de habaneros durante casi medio centenar de funciones a teatro lleno. Esta obra captó la atención de la crítica y los espectadores, al poner sobre el escenario conflictos de candente actualidad y valorarlos desde una óptica muy humana, que cristaliza en el desempeño de un elenco fabuloso.
La brillante carrera artística de Abel González Melo suma estrenos, traducciones, conferencias, lecturas de guiones y publicaciones en diversos países de casi todos los continentes, en tanto una decena de libros —teatro, poesía, cuento, crónica y ensayo— suyos han sido publicados en Cuba y otras naciones.
González Melo, con sus apenas 40 años de edad, puede considerarse ya como uno de los dramaturgos vivos más importantes de Iberoamérica. Enhorabuena para el amigable intelectual que con virtud y acierto ha hecho revivir a una figura preterida de la intelectualidad cubana en la época de la colonia española.