El perfeccionamiento de nuevos servicios como el de la Agencia de Trenes Nacionales, creada en julio último, pese a la escasez de piezas especializadas para el mantenimiento de coche- motores y otras limitaciones generadas a partir del bloqueo norteamericano a Cuba, devino motivación principal en Guantánamo durante el Día del Trabajador Ferroviario cubano, este 29 de enero.
Resultados superiores en la reparación de vías, tramos y alcantarillado, la reanimación de nuevas estaciones y paraderos en el territorio, así como el transporte de pasajeros (más de 544 mil durante el año anterior) también formaron parte de la conmemoración, en la que se ponderó la tenacidad del sector en la puesta en marcha de locomotoras, equipos y maquinarias con más de medio siglo de explotación.
Incentivar los movimientos vanguardistas y de los innovadores, consolidar y fortalecer la preparación de nuevos jóvenes en la actividad y disciplina ferroviarias, están entre los retos del gremio, empeñado en el transporte de carga y pasajeros de cara al desarrollo de la economía nacional.
En el contexto de la celebración, trabajadores con más de 20 y 25 años en el sector recibieron la medalla “José María Pérez Capote”, en tanto fueron estimulados maquinistas, mecánicos, técnicos de seguridad y protección, responsables de trenes y otros obreros.
Cincuentenarios reconocidos por el Ministerio de Transporte
Virgilio Lores de 67 años, llegó a los ferrocarriles como reparador de vías cuando sólo tenía 17. Ya jubilado, regresó hace cinco años porque considera que aquí esta “su vida”. Esa efusión la comparte Nelson Duporté quien comenzó como reparador de vías y luego Jefe de Brigada hasta su jubilación.
“Solo duré 17 días jubilado, necesitaban de mi y regresé a asesorar al Ejército Juvenil del Trabajo en las tareas de reparación. Hoy todo ha cambiado y creo que independientemente a la compra de equipos y la modernización de nuestros ferrocarriles, nos hace falta rescatar el concepto de la disciplina ferroviaria y enseñar a los jóvenes a amar la estación como su propia casa”.
Por su parte Gerardo Mansfarroll inició como Auxiliar-ayudante de Maquinista y luego de cursos, unidos a la curiosidad propia, condujo por primera vez un tren. Lleva 51 años de labor en la Estación Principal de Guantánamo, donde labora como Maquinista- Instructor y Profesor Adjunto de la Escuela Ferroviaria donde me cuenta “es un orgullo formar a los más jóvenes en el talento, la disciplina y la pasión por la profesión…El ferrocarril requiere de exigencia, tenemos un reglamento ferroviario y ahí está la clave de la responsabilidad en cumplir con esfuerzo las tareas…No pensé nunca en llegar a cincuentenario, pero aquí estoy, hasta que mi salud y capacidad me lo permitan…”