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¿Cómo y cuándo se fundó la CTC? (II)

Tras la inuguración del Congreso en la noche anterior, el 24 de enero los participantes se trasladaron a la antigua sociedad El Pilar ubicada en las capitalinas calles Estévez y San Gregorio.

La antigua sociedad El Pilar ubicada en las capitalinas calles Estévez y San Gregorio. Foto: Archivo/Periódico Trabajadores

Allí comenzaron a abordarse la amplia gama de asuntos contenidos en la convocatoria del encuentro que fueron:  el mejoramiento y cumplimiento de la legislación social;  problemas de unidad de acción;  constitución de una organización que agrupase a todos los trabajadores de Cuba;  problemas generales de organización; medidas de interés popular y nacional;  reclamaciones especiales de auxilio de sectores discriminados (trabajadores negros, mujeres, jóvenes ); posición del proletariado ante la asamblea constituyente;  la lucha contra la guerra y el fascismo y deberes de solidaridad internacional;  fórmulas y medidas prácticas que aseguren la cultura en general y la educación del proletariado en el espíritu propio de su clase.

Los delegados no solo se limitaron a analizar el temario sino que constantemente les llegaban denuncias de diversos sectores laborales del país a las que les dedicaron atención y todas fueron divulgadas en la prensa, particularmente en las páginas del periódico Noticias de Hoy, convertido en vocero del evento.

Vale recordar dos ejemplos: el de los cesanteados de la fábrica de tabacos El Triunfador, de La Habana, cuya reposición fue exigida por los delegados;  y el telegrama enviado por estos al Presidente de la República para que se les pagara inmediatamente a los obreros de dragado del puerto de Isabela de Sagua, a quienes la Compañía Dragados del Golfo S.A. les había estafado la suma de 37 mil pesos.

En la jornada se aprobó una Resolución que reclamaba la inclusión en la Comisión de Salarios Mínimos, hasta el momento solo integrada por representantes del Ministerio del Trabajo, de delegados obreros designados por la organización sindical.

Otros acuerdos  se refirieron al establecimiento de un  salario mínimo de $1.20 para el sector agrícola y $1.50 para el industrial no especializado, sobre la base de la jornada de ocho horas; el apoyo a todas las demandas tendentes a elevar los salarios y a la lucha por el cumplimiento de las tarifas reclamadas por las organizaciones nacionales de los diversos sectores.

Fue un reclamo de esta sesión hacer extensivos los beneficios de las leyes sociales a todas las actividades, ya que existía la práctica, calificada de nociva y antisocial de incluir a algunos y excluir a otros.

En cuanto al auxilio a los desocupados, se señaló la urgencia de que el gobierno desarrollara un Plan de Obras Públicas por provincias para darles ocupación a esos trabajadores; que destinase una cantidad en el presupuesto nacional para la atención de los desempleados y sus familias, y que se les distribuyesen tierras ociosas para que las cultivasen.

Se recomendó igualmente la constitución de un Patronato con representación de la Confederación de Trabajadores de Cuba que fuese creada, para garantizar que los descuentos que se hacían a los empleados públicos con destino a los necesitados se destinara realmente a ese fin.

Los delegados se pronunciaron además por prohibir a las empresas y patronos a reducir personal o rebajar salarios.

Los debates continuaron el día siguiente en el mismo escenario.

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