El desempleo mundial subirá ligeramente en el 2020 y el 2021, tras una década de lento descenso, lo que podría aumentar la conflictividad social, que ya se tradujo en numerosas protestas globales durante el 2019.
La alerta fue dada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe anual sobre las perspectivas sociales y de empleo en el mundo, recientemente divulgado en el sitio web de esa entidad.
El informe prevé que en el 2020 la cifra de desempleados aumente en números absolutos, de los 187,7 millones en el 2019 a 190,3 millones, aunque debido al crecimiento demográfico la tasa se mantendrá en el 5,4 por ciento.
Sin embargo, para el 2021 ya augura que esa tasa crezca al 5,5 %, con 193,7 millones de desempleados, después de una década en la que, tras la crisis financiera del 2008, la tendencia fue a la baja.
El informe alerta también del mantenimiento de la precariedad de muchos empleos, teniendo en cuenta que junto a los 187,7 millones de parados hay 165 millones de subempleados (personas que trabajan menos horas remuneradas de lo deseado) y 119 millones que han dejado de buscar empleo.
Todo ello suma cerca de 480 millones de personas, un 13 % de la fuerza laboral global infrautilizado, “lo que da una idea más amplia de los obstáculos y la falta de oportunidades que la gente encuentra para lograr un trabajo digno”, recalcó en la presentación del informe el director general de la OIT, Guy Ryder.
“Incluso cuando la gente tiene acceso a un empleo asalariado, éste no garantiza una vida decente, muchas personas están forzadas a aceptar ocupaciones poco gratas que no cumplen con los estándares de un trabajo digno”, añadió Ryder, para recordar que un 61 % de los trabajos en el planeta son informales.
Esos trabajos están caracterizados por salarios bajos, inseguridad, falta de acceso a protección social y a derechos laborales, recordó el titular de la OIT, quien también subrayó que casi uno de cada cinco trabajadores del planeta (630 millones) vive en la pobreza moderada o extrema.
Resaltó que la participación de la mujer en el mercado laboral se mantiene a larga distancia del hombre (un 47 % de las mujeres en edad de trabajar lo hacen, 27 % menos que el porcentaje masculino); y apuntó que un 22 % de los jóvenes del mundo (267 millones) no trabajan ni estudian. El paro juvenil, dijo, es “uno de los mayores dramas sociales de nuestros tiempos”.
El informe, apuntó, “muestra que para millones de trabajadores es cada vez más difícil construir una mejor vida a través de su trabajo, y sigue habiendo desigualdades que les impiden encontrar un empleo decente, algo que tiene profundas implicaciones para la cohesión social’.
“Las condiciones del mercado laboral contribuyen a la erosión social en muchas de nuestras sociedades”, afirmó Ryder, lo cual concuerda con lo acontecido en el año recién finalizado, en el que el descontento social, por motivaciones políticas, económicas, o una mezcla de ambas, creció en el mundo.
El problema “debe ser afrontado por los Gobiernos mediante la política, porque solo lograremos desarrollo sostenible si afrontamos estas brechas y desigualdades”, concluyó el director general de la Organización Internacional del Trabajo. (Con información de EFE)
