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Transformar el deber, la ciencia y la educación

Reservorios del conocimiento y próximas siempre a las sociedades, sus demandas y reclamos,  las universidades han sido a lo largo de la historia el retrato de su tiempo. Luces, sombras, destellos y efervescencias de las épocas en que les toca echar luz. Cada vez que una sociedad piensa o se encamina al desarrollo retumba en las universidades, y desde sus aulas y laboratorios el futuro hierve y se abre camino.

 

 

Desde 1980 en Guantánamo existe esa universidad. Pensada una vez como centro formador de jóvenes aptos en Ciencias Agropecuarias, le sorprendió la universalización de la enseñanza superior, y más tarde  el prestigio y academicismo ganados por el claustro profesoral la convirtieron en una institución de cuatro facultades y 11 carreras.  En ese devenir llegó a lucir lo que es hoy: uno de los centros que más aporta al desarrollo científico en la provincia más oriental de Cuba.

Pero el giro principal para posicionarse en la vida económica y social del territorio guantanamero lo reconoce su Rector, el Doctor Alberto Turro Breff. “Transformar la ciencia en deber y la educación en virtud para todos” es la motivación que en estas cuatro décadas ha parido resultados concretos.

Más de 180 mil  titulados superiores en cuarenta carreras han salido de la Universidad de Guantánamo (UG) durante este período. Capacitados por un claustro que mantiene un promedio anual de 15 a 20 Doctores por  año, en tanto posee 675 Másteres en Ciencias, y 10 Especialistas de Primer y Segundo Grados que prestan servicio a diversas tareas del ámbito académico.

 

 

Una carrera de excelencia (Agronomía), cinco certificadas, cuatro avaladas; y asimismo cinco programas de maestrías y tres especialidades evaluadas por la Junta Central de Acreditación Nacional, posibilitaron confirmara como Institución Calificada en 2017.

Asimismo, dos módulos doctorales propios: uno en Ciencias Pedagógicas y otro en Ciencias Agrícolas, atestiguaron su voluntad de hacer ciencia y transformarla en deber.  De esa razón derivó la propuesta de un nuevo Doctorado dirigido al Desarrollo Regional para Ecosistemas de Montaña, un proyecto que se fundamenta y rinde frutos en las potencialidades del relieve de Guantánamo.

De la ciencia al deber

Identificada con responder y solucionar demandas territoriales, así como necesidades del proceso de formación en la educación superior, la casa de estudios describe el compromiso de no engavetar las tesis e indagaciones pulidas intramuros.  De ahí que  introducir los resultados de la investigación científico-técnica en el  avance de los servicios y la producción sea dable en unos 28 proyectos.

Entre los anteriores destacan cinco programas de impacto nacional,  ocho empresariales y cinco de cooperación internacional, todos en función de las perspectivas económicas del territorio, su accionar particular en el plan de desarrollo hasta 2030.

Con una clara estrategia de internacionalización avanzan y se apuntalan 87 convenios con países de Europa, África y América Latina, 153 profesores pertenecen a redes académicas y científicas internacionales y se ponderan los más de diez años de cooperación exitosa con la Universidad Católica de Bélgica en investigaciones referidas a la calidad del cacao, producto típico de la región.

Con el propósito de apoyar las inversiones destinadas al  aprovechamiento de la energía eólica en Guantánamo abrieron recientemente una  maestría que prepara al personal en estas labores.

Fomentar la cultura de exportación necesarias para directivos de empresas y organismos tornan imprescindibles sus Diplomados sobre Comerció Exterior, cuyos corolarios exhibe satisfactoriamente la Empresa Procesadora de Café, de nombre comercial “Alto Serra”.

La educación en virtud

Igualmente, la universidad desarrolla 26 proyectos extensionistas en todas las áreas del conocimiento y desde comunidades priorizadas del territorio, en tanto funcionan una veintena de cátedras honoríficas que tributan al proceso de formación integral de sus profesionales.

A través del componente laboral-investigativo los estudiantes no solo se integran, una vez egresados, a los programas de desarrollo de sus localidades de origen,  también lo hacen durante las prácticas pre- profesionales y actividades de diseño extracurricular donde autogestionan conocimientos.

Desde ese enfoque, la institución cuenta con una revista científica en la que todos los estudiantes publican artículos, en tanto no menos de siete, participan anualmente en fórum internacionales tanto en Rusia como en países de América Latina, compartiendo saberes de Ingeniería Forestal.

Al decir de su Rector, “los retos más importantes son el vínculo para el desarrollo”. Bajo esa visión de futuro amplia y objetiva,  garantizar la preparación político-ideológica de sus egresados le supone el denominador común, en aras de que sean capaces de  insertarse en los procesos productivos y emplear su nivel profesional en la creación de bienes y servicios para la sociedad.

“Cada vez que llega un joven a nuestra universidad nos corresponde prepararlo para ser un profesional competente, pero también un mejor ciudadano, revolucionario, que ame a su país”.

Desafíos que hacen la marcha

Es menester aún incrementar los ingresos en perfiles pedagógicos, agropecuarios y de ciencias básicas, aumentar la satisfacción de necesidades de preparación y posgrado con énfasis en el sector no estatal, y favorecer la implementación de los resultados científicos en el avance de los encadenamientos productivos que generen exportación.

Continuar las indagaciones en el sector productivo: especialmente  en el café, cacao y coco; y ensanchar los nexos entre la Escuela de Capacitación de la Agricultura y el Centro de investigación Agropecuaria de la casa de estudios, donde  esperan este año egresar más de una treintena de Doctores en Ciencias.

Trabajan igualmente en el tema de la creación del alimento animal a partir de investigaciones aplicadas al desarrollo de la ganadería, de lo cual se desprenderá la creación en el municipio de Baracoa de una Fábrica de Pienso, obtenido a partir del mapén, coco, palmiche y otros productos endógenos que facilitarán la cría de cerdos.

Del tesón de los especialistas involucrados en su Departamento de Desarrollo Local  estriba además el estudio de los suelos para apoyar al desarrollo y efectividad de los paquetes tecnológicos y favorecer la utilización de tierras cultivables, manejo eficiente y aprovechamiento. También incursionan, respecto a la Tarea Vida en el estudio de la zona costera en Baracoa, y con ello cómo minimizar el impacto del mar. De igual manera, mejorar los planes de la Defensa Civil para que también contemplen tales riesgos.

Por otra parte, laboran desde Caimanera en los estudios de tipologías constructivas más resistentes a las difíciles condiciones de salinización de esa localidad. Un apoyo más a los cotejos eficaces del programa de construcción de viviendas.

Consolidar un ambiente científico que permita a las empresas y organismos del territorio contar con la universidad en sus actividades  de innovación constituye el desafío mayor.  En esa medida, darse a conocer al mundo, convertir sus indagaciones en resultados aplicables para el desarrollo local, dejó de ser durante estos años mera estrategia.

A la luz del tiempo la Universidad de Guantánamo no solo fortaleció su identidad en los colores que la representan en paredes, señaléticas, gigantografías, vallas informativas, solapines y uniformes de su personal de oficina, la cultura organizacional y su estrategia de comunicación son nada más que otra señal de su paso irrenunciable a la ciencia y al progreso.

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