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“Sin igualdad de género el desarrollo no es duradero ni sostenible»

De izquierda a derecha panel integrado por: Margarita Valle, funcionaria de asuntos multilaterales; Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión Permanente de Relaciones Internacionales de la ANPP; Yanira Cooper Herrera, Miembro del secretariado nacional de la FMC y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC.

«Que las mujeres no se queden atrás, que las mujeres se sitúen en primera fila en esta producción, expresó Fidel Castro Ruz en el Primer Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 1ro. de octubre de 1962, pensamiento ratificado recientemente en el Taller Nacional Las cubanas 25 años después de Beijing, orquestado por dicha organización y celebrado en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

 

De izquierda a derecha panel integrado por: Margarita Valle, funcionaria de asuntos multilaterales; Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión Permanente de Relaciones Internacionales de la ANPP; Yanira Cooper Herrera, Miembro del secretariado nacional de la FMC y Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC.

«Para conmemorar el cuarto de siglo de la realización de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer,  efectuada en Beijing en 1995, el evento citó a mujeres que son ejemplo y representan en su persona todo lo que ha logrado la fémina cubana en términos de empoderamiento, “para seguir cosechando derecho y haciendo de nuestra sociedad una más justa y equitativa»”, según explicó Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Tal fue el caso de Yolanda Ferrer Gómez, presidenta de la Comisión Permanente de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), quien también compartió su testimonio respecto a las tres conferencias de Naciones Unidas realizadas anteriormente: –la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, (Ciudad de México, 1975), la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (Copenhague, 1980) y la Conferencia Mundial para el Examen y Evaluación de los Logros del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer (Nairobi, 1985).

Leer más: Conferencias mundiales sobre la Mujer

En las tres  fue participante activa, y puso de relieve el aporte de Vilma Espín, presidenta de todas las delegaciones que asistieron a los mencionados eventos, a la causa feminista internacional.

«México fue un importante punto de partida, aun cuando para las cubanas constituyó un espacio de recuento de lo logrado y de socialización de esos logros, puesto que siempre tuvimos nuestro propio rasero, porque la Revolución cubana nunca ha trabajado por metas de congresos internacionales, sino que ha tenido un programa de igualdad de la mujer desde que triunfó para la integración de las féminas como miembros activos y contribuyentes de la sociedad», comentó Ferrer Gómez.

«En Copenaghe» —continuó la funcionaria— «no se aplicaban las legislaciones establecidas, en Nairobi se constataron pocos avances, y persistía la discriminación en la esfera económica, política y social. Ya en Beijing, la mayor de todas, que reunió 50 mil personas, si bien no se pudo lograr todo lo que la delegación cubana hubiera deseado, sí se logró la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, así como plasmar una buena cantidad de intereses que teníamos y  expresar los logros de la Revolución.

«Por vez primera vez en una conferencia internacional de este tipo se lograba denunciar lo que representaba el bloqueo para la mujer y la infancia, y se discutió durante horas el derecho a una libre orientación sexual, aunque no logró que se aprobara»”, explicó.

«A partir de ese documento, se trazó el Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Plataforma de Beijing, que constituyó una “iniciativa que resume el sentir y la voluntad política del Estado de hacer realidad la igualdad de la mujer y ampliar las posibilidades de las mismas en la construcción de una sociedad más justa y equitativa”, apuntando hacia la obtención de la plena igualdad de género expresada en “la autonomía física, económica y en la toma de decisiones»”,  señaló Margarita Valle, funcionaria de asuntos multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex).

En una tarde que convocó al recuerdo, al homenaje, a la esperanza de seguir avanzando en los objetivos de igualdad, desarrollo y paz, se resaltaron los logros obtenidos por la FMC antes y después de Beijing, sin perder de vista que este evento «marcó un hito para millones de mujeres y constituyó un importante punto de partida y el renacer de nuevos sueños, porque delimitó acciones concretas  y necesarias para la potenciación del papel de la mujer en la sociedad, pues al fin y al cabo, sin igualdad de género el desarrollo no es duradero ni sostenible», aseveró Valle.

De acuerdo con Amarelle Boué, también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y del Consejo de Estado, «las mujeres cubanas, organizadas en la FMC, somos auténticas, unitarias, genuinas y heterogéneas, porque 60 años después la FMC ha sabido representar los intereses de todas las mujeres», por lo que, «a 25 años de Beijing, concluimos que las mujeres cubanas son sujetos activos de derecho y protagonistas de su propio desarrollo y también del de la sociedad».

 

 

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