Camagüey.- Los 29 años de ansiedad, maleficios y de vaivenes inexplicables en la pelota cubana concluyeron para Matanzas este sábado 18 de enero con el título de la 59 Serie Nacional de Béisbol, al imponerse en el sexto partido de la final 11-2 a unos Toros de Camagüey que naufragaron en el intento al fallarle sus mejores cartas del pitcheo.
Un ambiente frío y de humedad recibió a los dos conjuntos pasada la una de la tarde en el estadio Cándido González, donde el derecho Yosimar Cousin no pudo hacerse justicia en su cuarta salida en la postemporada, al saltar del box en el segundo capítulo tras jonrones de César Prieto y Erisbel Arruebaruena en las aperturas de cada entrada. En su auxilio, cual opción inapelable, vino Yariel Rodríguez, quien mantuvo la pizarra pegada hasta el sexto.
Pasadas las 3:15 p.m, los cocodrilos “mordieron” con la furia de salir del pantano de una vez y por todas. Fabricaron seis carreras en la sexta entrada y la corona de monarcas empezó a buscar su lugar en el banco de los visitantes. El repunte de dos anotaciones por parte de los agramontinos eran solo las del honor, cual guerreros aplaudibles y subtitulares merecidos
La fiesta se ampliaría sin humillación en el octavo, cuando pisaron tres veces más los yumurinos. Noelvis Entenza y Jonder Martínez se aliaron en la faena monticular y luego del out 27 la celebración en rojo, amarillo se apoderó de un parque beisbolero en el que la lluvia se sumó a la entrega de los premios, cual acompañamiento de limpieza y bendición luego de casi tres décadas sin el más codiciado premio del deporte cubano.
Matanzas con ese nombre nunca se había impuesto en Series Nacionales. Sus antecedentes más cercanos estaban en los cetros conquistados por Henequeneros (1970, 1990 y 1991), y Citricultores (1977 y 1984). Con el actual nombre del territorio los podios llegaron en el 2012 con bronce, mientras terminaron en plata (2013 y 2014) y reservaron medallas de bronce en 2015, 2016, 2017 y 2018.
Lo inédito de este triunfo es que por vez primera en la pelota cubana un conjunto pasa del pantano del sótano (2019) a monarca. Armando Ferrer se convirtió en el duodécimo mentor que debuta dorado en nuestros clásicos. Asimismo, se supo que el lanzador Yamichel Pérez, con tres juegos salvados y una victoria fue seleccionado el jugador más valioso del play off.
Para Camagüey este segundo puesto repite su mejor faena de 1985 y 1991 (en esta última cayeron con Henequeneros) y aunque todos esperaban que pudieran llegar a un séptimo encuentro, la historia volvió a ubicar sus cábalas, pues en ninguna final nadie ha podido remontar un 3-1.
Declaraciones de los campeones
“Este juego ha sido el más importante de mi carrera y se lo agradezco al mentor Ferrer, quien me dijo sobre las 11 de la noche de ayer que abriría este partido. Se lo dedico a mi padre que está ciego y a mi tía que le dio una isquemia. Había sido campeón con Granma, cuando le gané a Matanzas el sexto juego de una final. Y la vida me ha permitido ahora disfrutar este título con ellos”. (Noelvis Entenza, pitcher)
“Ha sido un gran triunfo que no me gusta comparar con el de Henequeneros en 1991, cuando era coach de primera. Son equipos diferentes, aunque buscamos ahora la disciplina, la entrega y la unidad que tenían aquellos hombres. Confíe en Entenza, pero también confié en Arruebaruena cuando muchos querían que lo sentara. Es una victoria que celebraremos con el pueblo, el Gobierno y el Partido de Matanzas. Estoy muy feliz por haber logrado hacer feliz a mi provincia”. (Armando Ferrer, mentor)
“No tuve un papel protagónico, pero en un resultado colectivo cada cual pone su granito de arena al resultado y lo importante es que ya somos campeones. Jugué con una fisura en el dedo y lo di todo por mi equipo. Es un triunfo que esperábamos desde hace ocho años y ahora vamos a disfrutarlo con todas nuestras familias. Espero estar listo para poder asistir al preolímpico de Arizona con el equipo nacional”. (Yurisbel Gracial)
Moralejas del campeón
– Matanzas tuvo en los jonrones iniciales de Prieto y Arruebaruena los motores para un éxito que se aventuraba desde el tercer triunfo. Esas inspiraciones levantan equipos y dan campeonatos.
– Entenza hizo recordar a muchos sus mejores actuaciones con aquel Cienfuegos del 2011 (bronce) y el Granma del 2017 (oro), pero lo más importante en el juego fue silenciar por seis entradas a un equipo de Camagüey que vio arruinar su futuro al flaquear su arma principal: el pitcheo
– Matanzas es campeón porque todos estos nombres aportaron luces en un momento: Prieto, Blanco, Santos, Arruebaruena, Gracial, Yera, Yamichel, Jonder, Lahera, Santoya, Jefferson, Camero, Ariel Martínez, Freddy, Cosme, y un largo número de nombres a quienes no se les vio presionados sobre el terreno, sino alegres y felices.
– Armando Ferrer demostró conocimientos beisboleros y sencillez; valentía y perseverancia. Defendió como Cocodrilo enfurecido a sus hombres; corrió riesgos al llamar a figuras que otros no quisieron y escribió una proeza que será muy difícil igualar: pasar del último lugar al primero en apenas 12 meses.
– Matanzas discutió comodines para entrar en la segunda fase; escogió refuerzos que necesitó reemplazar luego; derrotó al campeón nacional anterior (Las Tunas) y finalmente se impuso al equipo más estable de la campaña (Camagüey). Premio y recompensa, honor y vida.