No tan lejos del instante en que se hará la luz producida por una fuente de energía renovable con un futuro prometedor, la Máster en Eficiencia Energética Carmen Taboada Hernández explica a Trabajadores con lujo de detalles las acciones constructivas de !a primera bioeléctrica en Cuba, aledaña al central azucarero Ciro Redondo, en Ciego de Ávila.
Rememora que «nuestra empresa mixta Biopower S.A., que tiene como accionistas a la británica Havana Energy y la cubana Zerus, fue creada en noviembre de 2012, pero por causas del bloqueo imperialista tuvimos que paralizar las primeras contrataciones, las cuales continuaron gracias a las negociaciones con la empresa Shanghai Electric, de la amiga República Popular China».
Casi cinco años después los equipos pesados intensificaron la nivelación del terreno para el inicio de la obra civil de la moderna industria que debía haber iniciado operaciones comerciales entre octubre y noviembre de 2019. Otra de las causas del atraso fue el paso del huracán Irma en septiembre de 2017; hasta que, por fin, empezaron las labores constructivas en marzo del año siguiente.
Ahora se aplica una estrategia denominada ruta crítica para poner en marcha la instalación en su primera etapa, con el objetivo de ir amortizando la inversión valorada en más de 180 millones de dólares.
Tal alternativa posibilitó energizar recientemente la nueva subestación de 110 kilovoltios y su línea de distribución hasta el interruptor de la bioeléctrica, en la cual se realizarán en el presente mes, con una de las dos calderas de vapor, las pruebas de sincronización de su generador y la comprobación de la fiabilidad de ese ejercicio durante 72 horas, con vistas a la posterior entrega a Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
«Le suministraremos energía térmica y eléctrica al central Ciro Redondo para su proceso productivo, de cuya fábrica de azúcar recibiremos el bagazo y el agua condensada. Nuestro aporte al SEN será de 30 mega watt en las temporadas azucareras y de 50 en tiempo fuera de la zafra, de una capacidad nominal de 60…», ejemplificó la ingeniera Carmen Taboada, vicepresidenta de Biopower.
El susto del marabú
Acostumbrado a infectar el campo cubano, el marabú se asustó cuando lo sorprendieron las modernas cosechadoras. Armando Urquiola, gerente comercial y de logística de Biopower, destacó que durante cinco años realizaron pruebas con varias cortadoras hasta que llegaron para quedarse las BMH 80, de procedencia alemana, pero estas también dejan tocones.
«Para eliminarlos adquirimos el equipo RT 400 que chapea, al cual se le adapta el implemento RF 1000, un rotovator capaz de demoler los tocones y las raíces del marabú; así se le facilita la tierra casi lista para la siembra a unidades de producción de alimentos».
Con todos los hierros aseguran el biocombustible. «Tenemos suficiente biomasa almacenada para la arrancada de la bioeléctrica, cuya materia prima es garantizada con 11 cosechadoras, 24 tractores, 14 tráiler y otros medios», informó Orlando Suárez Pino, gerente de operaciones de Biopower.
Argumentó que la planta necesitará para su funcionamiento cada día de unas mil 200 o más toneladas de biomasa forestal o de 2 mil 100 de bagazo de caña.
De manera que la sostenibilidad de la cercana producción de una energía limpia, también requerirá de que se trabaje de sol a sol en el fomento de los bosques energéticos, como parte de los encadenamientos productivos que suscita el programa de fuentes eficientes de energía para transformar la matriz energética del país.
Máxime que en la visita a ese centro en noviembre pasado, el presidente de la República de Cuba, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, reflexionó sobre la importancia de la obra y la posibilidad de que se realicen pasantías de estudiantes para formar los futuros ingenieros y técnicos en esa instalación que deberá generar el 50 % de la energía que demanda la provincia de Ciego de Ávila, según informaron allí al mandatario, quien afirmó: «Esta es una buena inversión «.