Con la pizarra más holgada entre las dos semifinales celebradas (11-6), los Cocodrilos de Matanzas pusieron punto final al play off contra los Leñadores de Las Tunas, y desde el 11 de enero discutirán el título de la pelota cubana frente a los Toros de Camagüey en un duelo al mejor en siete juegos, con inicio por la tierra agramontina.
El jonrón de Danel Castro en el capítulo inicial frente al zurdo Yoanni Yera inyectó una adrenalina que parecía suficiente para extender el match a un quinto desafío, sin embargo, cual torre de papel, los yumurinos no demoraron en emparejar la pizarra con la primera de las cuatro impulsadas de Yurisbel Gracial, en tanto el derecho tunero Carlos Juan Viera se notaba sin la potencia y efectividad que lo llevaron al equipo Cuba en esta propia campaña.
Tanto fue así que en la entrada siguiente Yasiel Santoya y Ariel Martínez le abrieron con cañonazos, Eduardo Blanco tocó la pelota para adelantar los corredores y terminó en segunda por error del máscara Alarcón. Tras el pasaporte gratis a César Prieto y comenzar con par de bolas frente a Raico Santos, el mentor visitante no dudó en quitarlo y traer a un zurdo también de la última selección nacional: Yudiel Rodríguez.
El zurdo dominó al peligrosísimo Yurisbel con batazo para doble play, pero luego Bárbaro Arruebaruena rompió su sequía de imparables en los play off e impulsó la cuarta anotación del capítulo. Como si la inspiración solo se hubiera detenido por minutos, los anfitriones decidieron el partido con un ramillete de cinco rayas en la conclusión del primer tercio, suficientes para echarle un cubo de agua al carbón de los Leñadores.
Yoanni Yera alcanzó su sexta sonrisa de la temporada y primera en esta semifinal, solo que ahora le puso un ingrediente adicional: el ponche mil en su carrera por Series Nacionales, conseguido frente a Carlos Benítez en el cuarto capítulo, lo cual mereció un sentido aplauso de los asistentes el estadio Victoria de Girón.
David Mena funcionó con sincronización moderna para el relevo largo de tres entradas, mientras Miguel Lahera se encargó de liquidar el noveno, aunque tuvo a la tanda más minada de los visitantes: Danel, los hermanos Alarcón y Benítez.
“Le pedí la bola a la dirección del equipo con cuatro días de descanso porque sentía que podía hacerlo y ganar como lo hice. Espero seguir contribuyendo y por fin llevarnos el campeonato”, declaró al término del desafío Yera, principal figura del staff, de quien siempre se ha dicho que si aporta par de éxitos en una misma postemporada, Matanzas sería campeón.
Los Leñadores de Pablo Civil quedaron así con una honrosa medalla de bronce y el tercer podio en línea, desde que alcanzaron la plata en el 2018 y el título en el 2019, ambos con el mismo colectivo de dirección y casi los mismos jugadores.
El próximo sábado 11 de enero comenzará la gran final de la 59 Serie Nacional de Béisbol, con arranque en el estadio Cándido González. Por cierto, estos mismos representativos, pero con los nombres de Henequeneros y Camagüey se enfrentaron en la final de hace 29 años (1991) con el segundo título consecutivo entonces para los occidentales, tras vencer a los agramontinos en cinco encuentros.
¿Cambiará la historia ahora?
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