América Latina y el Caribe es la segunda región más propensa a desastres naturales en el mundo, asegura un reciente informe de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCAH u OCHA por sus siglas en inglés).
Desde el año 2000, 152 millones de latinoamericanos y caribeños han sido afectados por 1205 desastres, entre los que se cuentan huracanes y tormentas, inundaciones, terremotos, sequías, aludes, incendios, temperaturas extremas y eventos volcánicos.
La región ha enfrentado en estas dos décadas un promedio de 17 huracanes anuales y 23 de ellos han sido de categoría 5. Las tormentas que afectan a Centroamérica y el Caribe son cada vez más poderosas y producen un aumento de las precipitaciones y mayor marejada, lo cual se debe al cambio climático.
En ese período, los países más afectados por las tormentas en la región han sido Cuba, México y Haití con 110 de estos fenómenos, que causaron 5 mil muertes, 29 millones de personas siniestradas y 39 mil millones de dólares en daños totales.
La del 2017 fue la tercera peor temporada en todos los récords históricos por el número y magnitud de los desastres; pero el huracán más fuerte del Atlántico en registrar un impacto directo a tierra fue Dorian en 2019, que en su punto máximo trajo vientos de más de 350 Km/h y una marejada ciclónica de siete metros sobre las Bahamas.
Unos 34 millones de personas en toda la región, especialmente en México y las islas del Caribe, fueron el total de afectados por estos fenómenos naturales en los pasados 20 años.
En el mismo periodo la región ha experimentado 75 terremotos, que han resultado en 226 mil muertes y 339 mil heridos. En total, los fenómenos telúricos han afectado a 14 millones de personas y causado daños de hasta 54 mil millones de dólares.
La región en general es vulnerable a los terremotos, pero América Central y del Sur tienen una mayor exposición comparadas con el Caribe.
Las erupciones volcánicas, aunque mucho menos frecuentes, tienen el potencial de causar un 100 % de destrucción y, por extensión, conducen a cifras de muerte significativos en las áreas más gravemente afectadas. Las ocurridas en la región desde el 2000 han causado un menor número de víctimas y de daños materiales que los fenómenos naturales citados con anterioridad.
Las inundaciones son el desastre más común en la región. En los últimos 20 años se han registrado 548 de estos fenómenos, con pérdidas que alcanzan los mil millones de dólares. Unos 53 millones de personas fueron afectadas directamente.
Las inundaciones se consideran una de las catástrofes naturales más costosas debido a la gran variedad y al alcance de los daños, desde pérdidas directas a activos físicos y ambientales, incluidos pertenencias y vivienda, sistemas ecológicos y producción en todos los sectores económicos, hasta cuestiones relacionadas con la salud y la pérdida de vidas humanas.
Desde el 2000, América Latina y el Caribe se ha visto afectada por 66 deslizamientos de tierra que causaron casi 3 mil muertes. Hay muchos tipos diferentes de deslizamientos de tierra y casi siempre tienen múltiples causas.
Según los datos publicados en el informe de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios, la sequía en la región, vinculada a ciertos patrones climáticos, ha contribuido a 45 muertes, ha afectado a más de 53 millones de personas y provocado más de 13 mil millones de dólares en daños totales.
Los incendios forestales ocurren en toda la región, particularmente donde hay sequía y vientos fuertes, fenómenos que se combinan para intensificarlos y propagarlos. Tienen el potencial de ser extremadamente destructivos, como se observó este 2019 en Brasil cuando arrasaron vastas áreas del Amazonas.
(Con información de Noticias ONU)
